Entrevista a Pepe Mujica: "No somos robots; somos humanos, nos hemos criado en el seno de la naturaleza, y vamos a pagar un precio cuando lo olvidemos"
Uruguay
El expresidente de Uruguay, Pepe Mujica, ha abierto las puertas de su chacra en las afueras de Montevideo a la Cadena SER, pocos días después de que la coalición de izquierdas donde todavía milita a sus 89 años, el Frente Amplio, haya ganado las elecciones presidenciales en Uruguay con el candidato Yamandú Orsi, su “hijo” político. A sus casi 90 años y recuperándose de un cáncer de esófago, Pepe Mujica sigue siendo un referente en este pequeño país de 3,4 millones de habitantes, donde la mayoría de la gente lo ve como un luchador íntegro y entrañable.
Mujica celebra el regreso de la izquierda al poder en Uruguay porque es urgente, ha dicho, redistribuir mejor la riqueza. Confía en Orsi como un “gran negociador”, y asegura sentir una “íntima satisfacción” por dejar una organización política poderosa que ha salido victoriosa en esta elección: “más no puedo pretender”. Tras un año de gobierno del ultraliberal Javier Milei en la vecina Argentina, Mujica insiste en la necesidad de un estado presente que cuide a los sectores más vulnerables: “está muy de moda criticar al estado”, dice, “y el estado es como una caja de herramientas; no es ni bueno ni malo, somos los humanos los que lo manejamos”.
Ante el “individualismo feroz”, Mujica señala que “a los sectores acomodados les cuesta ver” que “la solución a los problemas sociales también es luchar por la estabilidad de una sociedad futura”. Habla de la era de la inteligencia, donde ya el capital no va a ser el elemento clave, sino que lo va a ser el conocimiento: “estamos obligados a meter una fortuna en la cabeza de nuestros niños, para que estén a la altura de la sociedad que se viene; de lo contrario, pertenecerán al mundo de los irrelevantes”.
Sobre la emergencia climática, Mujica nos invita a no olvidar que “nos hemos criado en el seno de la naturaleza y vamos a pagar un precio si lo olvidamos”. Lamenta la falta de voluntad y coordinación política en la resolución de un problema del que tenemos conocimiento hace décadas. En cuanto a la geopolítica del mundo, Mujica opina que “Europa ha perdido personalidad política” y ha “renunciado a cualquier forma de liderazgo” porque “se ha colocado bajo la tutela norteamericana”. Para él, la potencia “imparable” en este momento de la historia es, sin duda, China, “presente en más de 160 puertos” del mundo. Sobre la crisis en Venezuela, rechaza la injerencia extranjera, considera que “es problema de los venezolanos” y que “no se arregla de afuera para adentro”, pero no simpatiza, dice, con un régimen autoritario, “se llame Maduro o Bukele”.
En el tramo final de su vida, Pepe Mujica reconoce que la historia le ha demostrado que, teorías que defendió en el pasado, son “un fracaso, como la dictadura del proletariado: nos hacía pensar, en la época, pero terminó [siendo] la dictadura de la burocracia”. Se define como un “viejo estoico”: “encontré en el estoicismo un patrón de vida; es terriblemente cómodo”. Y nos invita a reflexionar sobre la idea del éxito y la sociedad de consumo: “¿cuándo soy libre? Cuando gasto tiempo de mi vida en cosas que yo decido y que a mí me gustan”. A los jóvenes, les anima a que cuiden su tiempo, el amor, y las relaciones humanas, y a “que amen la vida; que la verdadera aventura y el único milagro que hay en el mundo, para cada uno de nosotros, es haber nacido”.
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