Internacional

Rusia, la política migratoria y la tensión interna en la Unión Europea frenan la ampliación a los Balcanes Occidentales

Varios países balcánicos exigen que las negociaciones no se detengan en el contexto actual al tiempo que algunos como Serbia o Montenegro no se plantean crear centros de retención de inmigrantes como los construidos en Albania

Equipo negociador de Montenegro para la adhesión de este país en la Unión Europea durante un acto en el Parlamento Europeo / Embajada de Montenegro en España

Equipo negociador de Montenegro para la adhesión de este país en la Unión Europea durante un acto en el Parlamento Europeo

Serbia, Bosnia, Montenegro, Albania y Macedonia del Norte son los cinco países de los Balcanes Occidentales que llevan años negociando para poder acceder a la Unión Europea. Procesos largos, que van a distintas velocidades según cada país, y que viven en este momento un tiempo de indefinición por la influencia que Rusia intenta tener en esta zona de Europa, por la presión migratoria en la mayor ruta terrestre de acceso al continente y por las dificultades que está teniendo para formarse el nuevo Colegio de Comisarios.

Uno de esos países, Albania, tiene un acuerdo con Italia para retener en su territorio a inmigrantes retenidos por las fuerzas de seguridad italianas para que sea desde suelo albanés donde se decida si se les concede o no asilo. Un paso intermedio ante el que ha respondido ya la Justicia italiana, pero que para el primer ministra albanés, Edi Rama, puede suponer una alianza para acelerar el proceso de adhesión. "Soy consciente de que presido un país pequeño y que entrar en un club grande no es como pedir un menú, a veces no puedes elegir el plato", explicaba recientemente.

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Un tipo de acuerdo que de momento descarta Serbia, aunque ha admitido que países gobernados por partidos populistas como Hungría o Eslovaquia le han ofrecido ayuda para contener a inmigrantes en sus fronteras, y que tampoco asume Montenegro. En declaraciones a la SER, el negociador jefe de este país para su adhesión a la UE, Predrag Zenovic, reconoce que "aunque existe cooperación entre la UE y los Estados no miembros para abordar este tema importante, dicha cooperación no puede sustituir el cumplimiento de todas las condiciones esenciales de adhesión".

Zenovic defience que "la gestión efectiva de la migración necesita un enfoque integral que respete los derechos de los migrantes y garantice la seguridad nacional y regional. Además, los problemas relacionados con la migración deben abordarse en base a la solidaridad", desviando así la posibilidad de plantearse un acuerdo como el de Albania con Italia para intentar acelerar el proceso de adhesión.

Montenegro está realizando mejoras en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado para encajar en los estándares comunitarios y Zenovic defiende que la ampliación hacia los Balcanes Occidentales es fundamental "particularmente en este momento tan preocupante de la historia europea causado por la agresión rusa a Ucrania". De hecho, el negociador subraya que la política exterior montenegrina se alinea al cien por cien con la del conjunto de la Unión Europea.

Tanto Serbia como Montenegro llevan más de una década de negociaciones para su entrada en la Unión Europea, y el Alto Representante para la Política Exterior europea, Josep Borrell, reconoció el pasado 30 de octubre que la implementación de los planes necesarios para la adhesión están al 60%.

Países con buenas relaciones con Rusia

La invasión de Ucrania es un quebradero de cabeza para Bruselas que apunta directamente a este proceso de adhesión. En el caso de Serbia, las autoridades comunitarias han exigido a Belgrado que alinee su política exterior con los 27 después de que el gobierno del país haya mostrado en más de una ocasión su sintonía con Rusia, con quien Serbia mantiene lazos culturales y religiosos.

No puedes tener lazos con Rusia, hacer negocios con Moscú como siempre y pretender entrar en la Unión Europea. O una cosa o la otra

—  Josep Borrell, Alto Representante para la Política Exterior de la UE

La propia Úrsula von der Leyen viajó en octubre a Serbia con ese mensaje antes de pasar también por Bosnia. La presidenta de la Comisión ha recordado en esos viajes los paquetes de ayuda que han ido aprobándose en el seno de la Unión durante los años de negociaciones.

Zenovic pone de ejemplo a Montenegro como sociedad a imitar de cara al futuro rumbo de la Unión Europea respecto a Rusia y Ucrania. "Desde marzo de 2022, Montenegro ha otorgado protección temporal a los ucranianos y alberga a la comunidad de refugiados más grande en relación con su población en Europa", explica, y añade que en el país "conviven comunidades rusas y ucranianas, y también albaneses, bosnios, croatas, serbios y montenegrinos".

En todo caso, la convivencia de ucranianos y rusos se rige por un estatus distinto al del resto de ciudadanos originarios de los países de los Balcanes Occidentales.

División interna

A Úrsula von der Leyen le está costando poder conformar un nuevo Colegio de Comisarios después de las elecciones europeas, en parte por las críticas de algunas familias políticas a determinados candidatos, como pasa con los populares y su rechazo a la española Teresa Ribera. Una situación que suma inestabilidad a las instituciones comunitarias y que, de manera indirecta, no ayuda a acelerar procedimientos como las negociaciones con los países candidatos a la adhesión.

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Dentro de los 27 no todos los países mantienen la misma posición respecto a la ampliación. Aquellos en los que gobiernan formaciones conservadoras y de extrema derecha, como Hungría o Italia, mantienen su respaldo a países con gobiernos de su misma ideología, como es el caso de Serbia. Pero dentro de esa misma familia, hay partidos de extrema derecha como el de Le Pen en Francia o el de Wilders en Países Bajos que abogan directamente por un debilitamiento casi total de la UE, lo que incluye que no crezca más. Y, a su vez, estos países se dividen entre los más prorrusos como Hungría y los que no lo son, como Italia.

Entre unas cosas y otras, el último socio que sumó la Unión Europea fue Croacia en el año 2013, un país cuyo camino era más sencillo que el de sus vecinos porque su propio pasado e identidad es más cercano a Europa Occidental que el entorno ruso. Tiene incluso mejores datos económicos que países que ya estaban dentro del club comunitario como Rumanía o Bulgaria y desde el pasado año forma parte también del Espacio Schengen.

Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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