Jaime Chávarri recibirá el Feroz de Honor 2024

Alejado del aura de autor maldito, Jaime Chávarri es un hombre encantador, al que no le molesta hablar todo el tiempo de El desencanto, obra maestra del cine español, sobre su juventud en la España postfranquista o sobre por qué han pasado diecisiete años sin rodar. Solamente por ese título ya merecería todos los premios a una carrera, pero Chávarri cuenta con películas de todo tipo y condición, es profesor de nuevos cineastas y es memoria viva del cine que nació a finales del franquismo. Por todo ello, la Asociación de Infomadores cinematográficos de España le entregará este año el premio Feroz de Honor, en la gala celebrada el próximo 25 de enero en Pontevedra.

"Aquel documental sobre la familia Panero sigue siendo décadas después uno de los mejores y más precisos retratos de la clase burguesa franquista en un momento de inflexión para la historia de nuestro país", justifica la asociación en un comunicado. "Pocos directores encarnan tan bien el nombre de estos premios. Detrás de la sonrisa y de la amabilidad de Jaime Chávarri hay una carrera feroz".

Feroz fue enfrentarse a su familia, que lo consideró un bicho raro en la familia por dedicarse a lo de hacer películas, pero la reconciliación familiar llegó cuando vieron Los viajes escolares en 1976. A partir de ahí, la carrera de este voraz lector, burgués inquieto, como suele definirse, fue para adelante compaginando un cine autoral, que viajaba a los festivales, con películas comerciales y musicales, como Las cosas del querer o A un dios desconocido. Sin olvidar que también tuvo su incursión en el cine erótico. El veneno del cine le volvió a picar a los 80 años. "En estos años ya había escrito un guion que era un guion precisamente sobre los escritores. Pensaba que era un disparate porque era un tema que nadie nunca le iba a interesar a nadie, y entonces leí la novela de Aramburu", contaba en la SER sobre su última película, La manzana de oro.

También son feroces sus trabajos realizados antes de El Desencanto, son miradas radicales como Run, Blancanieves, Run (1967) o Ginebra en los infiernos. Así como en los que siguen a su obra más conocida y que también produce, como esta, con Elías Querejeta, con Dedicatoria (1980) -con la que compitió por la Palma de Oro en Cannes- como dos de los mejores ejemplos. Un repaso a su filmografía es también hacerlo a la historia de España y de su cine, y tras su primera etapa más radical, Jaime Chávarri también realiza varias de las obras más populares y queridas del cine de las últimas décadas, como Las bicicletas son para el verano (1984), escrita por Fernando Fernán Gómez sobre Madrid resistiendo durante la guerra civil.

Feroz fue su compromiso político, pues Jaime Chávarri pertenece a esa generación de jóvenes españoles que quisieron cambiar el mundo, cambiar la sociedad, cambiar el país. Eso estaba detrás del motor de muchos cineastas que, cómo él, se matricularon en la Escuela de Cine. Fue un reducto frente a la censura imperante, pero él mismo provocó un pequeño incidente que acabaría con todos fuera de la institución. Chávarri hizo una práctica sobre el asesinato de la actriz Sharon Tate. "Lo hacíamos en un plató con un chico que hacía de travesti y que cantaban canciones de Chico Ibáñez Ferlosio", contaba el director que, curiosamente, ahora es profesor en la Ecam, la actual escuela de cine de la Comunidad de Madrid. Lo decía durante la inauguración de la exposición sobre la Escuela de Cine. La canción que sonaba y que vio un censor de visita a la escuela por casualidad era Gallo negro, Gallo Rojo, todo un emblema de la lucha antifranquista.

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"Hicimos una huelga general de brazos caídos y Bardem nos dio el título después", explica. Y es que sin la licenciatura en dirección no podían dirigir películas, pero Juan Antonio Bardem consiguió que salieran con el título y pudieran firmar sus trabajos. En esa época Chávarri trabaja como ayudante en una de las películas clave del cine español, El espíritu de la colmena, de Víctor Erice y en Ana y los lobos de Carlos Saura, otros dos estudiantes de esa escuela. Era un momento donde todos colaboraban. "Iván Zulueta nos traía las novedades de Londres", nos contaba recientemente en una entrevista sobre el director de Arrebato, con el que colaboró en el musical 1,2,3… al escondite inglés (1969).. De hecho, Chávarri salió como actor en una película de Almodóvar, en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, donde interpretaba a un vecino putero que se desnudaba bailando delante de Carmen Maura y Verónica Forqué.

Jaime Chávarri se une así a la lista de los ilustres galardonados con el premio honorífico, en la que figuran directores y directoras como Pedro Almodóvar, Cecilia Bartolomé, Chicho Ibáñez Serrador, José Luis Cuerda y Carlos Saura; e intérpretes como Mónica Randall, Victoria Abril, Julia y Emilio Gutiérrez Caba, Verónica Forqué, Rosa María Sardà y José Sacristán.