Estados Unidos abraza el 'trumpismo' cuatro años después con una arrolladora victoria sobre Kamala Harris

Estados Unidos ha decidido que quiere un segundo mandato de Donald Trump al frente de la Casa Blanca. El republicano ha arrasado en los estados bisagra de Carolina del Norte, Georgia, Pennsylvania y Wisconsin para superar la barrera de los 270 votos electorales que dan la presidencia de EEUU. El país tenía en sus manos la tarea de hacer presidente por primera vez a una mujer o a un condenado por la justicia, y ha escogido lo segundo. Tras una campaña agresiva, apocalíptica y llena de racismo, Donald Trump ha vuelto a repetir su hazaña de hace ocho años y será el 47º presidente de Estados Unidos. Los mensajes populistas de Trump han calado en su electorado por encima del discurso de optimismo, unidad, libertad y por el derecho al aborto de la candidata demócrata, Kamala Harris, que no ha sido capaz de cumplir con las expectativas puestas en ella tras la retirada de la candidatura de Joe Biden y una campaña exprés que había conseguido dar esperanzas a los demócratas de acabar para siempre con el «trumpismo». La demócrata se ha quedado muy atrás de las cifras que necesitaba en los suburbios y los grandes núcleos urbanos de los siete estados clave de estos comicios, por lo que Trump, al que no han pasado factura en las urnas sus numerosos litigios penales, su condena por el pago a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, sus innumerables polémicas durante la campaña ni la incitación a la insurrección en el Capitolio en enero de 2021, volverá a sentarse en el Despacho Oval de la Casa Blanca, convertido en el presidente de más edad de la historia del país. La noche electoral en EEUU comenzaba con un Trump muy fuerte desde primera hora en todos los estados considerados clave y en los que las encuestas no encontraban un líder claro antes de este 5 de noviembre. El magnate neoyorquino, que ya anunció durante la campaña electoral que si llegaba a la Casa Blanca lo haría con la intención de ajustar cuentas, ha superado a Harris sin dejar lugar a dudas y será investido presidente de EEUU el próximo 20 de enero, fecha en la que tendrá lugar la ceremonia de toma de posesión. Poco antes de las 5 y media de la mañana (hora española) llegaba la primera confirmación de un estado bisagra. Carolina del Norte, el único de los siete estados clave en el que ganó Trump en 2020, repetía color rojo republicano por cuarta elección consecutiva. Una hora después, las principales cadenas de televisión anunciaban que Georgia y sus 16 votos electorales caían también del lado de Donald Trump. Desde 1996, Georgia siempre había votado republicano menos en 2020, cuando ganó Joe Biden. Pasadas las 7 y media de la mañana, Fox News era la primera cadena en anunciar que la joya de la corona, el preciado estado de Pennsylvania y sus 19 votos electorales —que en 2020 fueron conquistados por Biden— iban a manos de Donald Trump. Con eso ya solo le quedaban 3 votos electorales para llegar a la cifra mágica de 270, algo que sucedía minutos antes de las 8 de la mañana en España, cuando la cadena conservadora también daba Wisconsin para Trump, pero hubo que esperar hasta las 11:35 horas para tener la confirmación oficial en ese estado, que le daba la mayoría. El ya presidente electo, que no solo ha ganado en el Colegio Electoral, sino que también se ha hecho con el voto popular por varios millones de papeletas, ha comparecido sobre las 8 y media de la mañana (hora española) para celebrar su arrolladora victoria en las urnas: «Hemos logrado la victoria política más increíble que nuestro país había visto nunca», aseguraba un eufórico Trump ante centenares de entregados seguidores desde su cuartel general (y el del movimiento MAGA) en West Palm Beach, en Florida. Trump, que se ha adueñado en los últimos años del Partido Republicano y al que ha convertido en el «partido de Trump», ha reutilizado en su discurso lemas de sus mítines de campaña como la promesa de arreglar la frontera con México o la idea de una nueva edad de oro para Estados Unidos, pero sin utilizar el mensaje duro y la retórica oscura de sus eventos. De hecho, ha realizado un alegato por la unidad y por «dejar atrás la división» de la presidencia de Joe Biden: «Haremos que Estados Unidos vuelva a ser seguro, fuerte, próspero, poderoso y libre. Pido a todos los ciudadanos que se unan a mí en este esfuerzo noble y justo. De eso se trata. Es hora de dejar atrás las divisiones de los últimos cuatro años. Es hora de unirnos». «Quiero agradecer al pueblo estadounidense el extraordinario honor de haber elegido a su 47º presidente, y a su 45º presidente», ha dicho el dos veces ganador de las elecciones presidenciales, que ha aparecido rodeado de su familia en el escenario y ha recordado su intento de asesinato: «Dios me salvó la vida por un motivo», ha apuntado. El compañero de papeleta de Trump, el senador JD Vance, ya vicepresidente electo del país, también se ha puesto frente al micrófono para festejar «el mayor regreso político en la historia de los Estados Unidos de América». «Al final ha resultado ser una buena elección», bromeaba Donald Trump, que ha recordado que recibió críticas cuando escogió al de Ohio como su futuro vicepresidente. Como si de un mitin se tratara, Trump ha ido felicitando a todos y cada uno de los compañeros y personalidades que apoyan su movimiento MAGA («Make América Great Again»), especialmente al fundador de Tesla y dueño de la red social X, Elon Musk. «Ha nacido una estrella», ha dicho sobre el billonario, al que ha agradecido su apoyo durante estas últimas semanas: «Es un tipo increíble. Hemos estado juntos esta noche. Ha pasado dos semanas en Philadelphia, en diferentes partes de Pennsylvania, haciendo campaña». La campaña de la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, aseguraba durante la noche tener todas las esperanzas puestas en dar la vuelta a los primeros resultados de lo que se conoce como «el muro azul» (Wisconsin, Michigan y Pennsylvania). En la Universidad de Howard, sede de su cuartel general en el noroeste de Washington, estaba previsto que la de California compareciera. En cambio, quien apareció ante los simpatizantes fue un representante que aseguraba que la vicepresidenta no comparecería durante la noche del martes en la capital de EEUU. «Todavía tenemos votos por contar. Todavía hay estados que aún no han sido decididos. Seguiremos luchando durante la noche para asegurarnos de que cada voto se cuenta, de que cada voz ha hablado. Así que no habrá noticias de la vicepresidenta esta noche, pero sí mañana», explicaba. Las caras de los asistentes a la Universidad de Howard lo decían todo. El jarro de agua fría en las filas demócratas, que tendrán que abrir un proceso de reflexión tras la marcha de Joe Biden y el fracaso electoral de su vicepresidenta en poco más de 100 días, hacían recordar la decepción en las urnas en 2016 con Hillary Clinton, quien también habló al día siguiente para asegurar que ella estaba tan decepcionada como sus seguidores. Trump no solo tendrá la presidencia del país, sino que además su presidencia no tendrá contrapesos, ya que su partido controlará el Senado. El Partido Republicano ha conseguido durante la noche del martes al miércoles el poder de la Cámara Alta del Congreso de Estados Unidos al hacerse con 51 escaños, suficientes para tener la mayoría. Los republicanos han ganado al menos dos escaños que estaban hasta ahora en manos demócratas (Virginia Occidental y Ohio), suficientes para darle la vuelta al control de la Cámara Alta. Ahora la batalla se centra cada vez más en el control de la Cámara de Representantes, una carrera que lideran también los republicanos, que aspiran a retener su poder en este organismo y hacerse con el poder total con la presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes.

Estados Unidos abraza el 'trumpismo' cuatro años después con una arrolladora victoria sobre Kamala Harris

Donald Trump será el 47º presidente de EEUU (y el primero condenado) tras conseguir victorias en los decisivos estados de Carolina del Norte, Georgia, Pennsylvania y Wisconsin frente a Kamala Harris, que se ha quedado muy por debajo de lo que decían las encuestas

Guillermo Nieto

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