Carlos Sainz se ha impuesto en el Gran Premio de México de Fórmula 1, su segunda victoria de la temporada y quién sabe si la última de su etapa en Ferrari. En un día marcado para Fernando Alonso por correr su Gran Premio número 400, el asturiano tuvo que abandonar la carrera en la vuelta número 16 y todo el protagonismo lo acaparó el madrileño, que completó una carrera prácticamente inmaculada. Después de él terminó un Lando Norris que aviva así la pelea por el Mundial con Max Verstappen y, en tercer lugar, Charles Leclerc completo el podio en México. El de Ferrari, que perdió el liderato en la salida ante un Verstappen que traccionó de manera brillante, le devolvió el adelantamiento en la novena vuelta y desde entonces tuvo un camino tranquilo hasta cruzar la línea de meta 62 vueltas después, con Norris frustrando un nuevo doblete de Ferrari tras su adelantamiento al monegasco Charles Leclerc, que acabó tercero, a falta de ocho vueltas para el final. El monegasco, especialmente enfadado con Sainz después de la carrera, visibilizó su enfado con el piloto madrileño una vez terminó la carrera. Carlos estaba eufórico y no paraba de celebrar su triunfo en un circuito complicado como siempre es el de México. En mitad de ese festejo, se encontró con su compañero de escudería en Ferrari, Charles Leclerc. En ese momento, el español se fue a saludarlo, pero, sin embargo, la reacción del monegasco fue totalmente inesperada. Se quitó el casco, las protecciones de su cabeza y, viendo que Carlos le saludaba, pasó de él. No le hizo ni el más mínimo gesto de aprecio y siguió andando hacia adelante como si nada pasara. Carlos se quedó sorprendido y eso lo reflejó su cara. Sin embargo, el madrileño sabía que era su momento y lejos de quedarse preocupado se fue directamente hacia la grada para festejar con el público mexicano su segundo triunfo del curso.