Las elecciones de Georgia, nuevo campo de batalla entre la Unión Europea y Rusia
Los georgianos escogen en las urnas el rumbo futuro de su país después de meses de protestas en la calle por la deriva prorrusa del partido gobernante
Primero fue Ucrania, hace unos días Moldavia y ahora Georgia. Este país del Cáucaso es un nuevo escenario de enfrentamiento indirecto entre la Unión Europea, es candidata a la adhesión desde el pasado mes de diciembre, y Rusia, cuya influencia en el país es mayor y que apadrina la independencia de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Las elecciones vienen marcada por la deriva prorrusa de Sueño Georgiano, el partido gobernante que ha ido virando cada vez más hacia una actitud parecida a la de Putin en Rusia. En concreto, dos leyes han hecho saltar las alarmas de los activistas europeístas de Georgia: la que permite perseguir a "agentes extranjeros", es decir, empresas o individuos que puedan recibir financiación de otros países, y la que restringe los derechos de la población LGTBIQ+. Legislaciones muy parecidas a las vigentes en Rusia y que incluso en el último caso se ha negado a firmar la propia presidenta del país.
Hablamos con Marika Mikiashvili, conocida activista pro-europeísta, quien cree que Sueño Georgiano ha disimulado su verdadera identidad durante años: "Siempre fueron así, aunque no estaba a la vista del gran público. Y ahora se han quitado la máscara. Pienso que siempre fueron prorrusos, pero no podían decirlo porque no hubieran mantenido el poder estos años si lo hubieran dicho. Ahora tenemos un gobierno prorruso y una ciudadanía pro-europea", relata.
Durante los meses de las protestas recibimos muchas amenazas, golpes y arrestos. También investigaciones financieras, presiones, chantajes y registros domiciliarios
— Marika Mikiashvili, activista georgiana
Amnistía Internacional denuncia en su último informe sobre el país un aumento de la persecución de la libertad de expresión o nuevas medidas restrictivas contra la de reunión. A pesar de estos avisos, y de las protestas que se han sucedido en Tiflis y otros puntos del país, el gobernante Sueño Georgiano es el principal favorito para la victoria según las encuestas. La oposición y movimientos civiles se han unido en un frente común para presentarse de forma conjunta a estos comicios.
Europa pendiente
Las últimas encuestas en Georgia apuntan a que una abrumadora mayoría de sus ciudadanos quieren unirse a la Unión Europea, pero desde Bruselas han sido ya varios los avisos sobre las piedras que se están poniendo en su propio camino con la aprobación de las últimas leyes restrictivas de derechos. Hasta este momento, la Comisión había destacado los avances de Georgia en las reformas que se le habían pedido en relación con la mejora de la administración pública o la economía.
Sueño Georgiano ha intentado avivar el miedo entre la ciudadanía a una posible intervención militar de Rusia semejante a la de Ucrania y ha llegado a acusar a los aliados occidentales de Kiev de conformar "un partido por la guerra global". Mikiashvili cuenta cómo este partido ha hecho campaña con el miedo: "Por supuesto que hay miedo a la guerra en Georgia porque Rusia nos ha invadido más de una vez en estos 33 años de independencia. Sueño Georgiano ha capitalizado la invasión de Ucrania y dice que si la oposición llega al poder, dado a que la oposición es más fuerte que en Rusia, habrá una guerra inmediatamente".
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Ahora bien, el argumento puede no convencer a toda la población, ya que según Mikiashvili "Sueño Georgiano trata de presentarse cómo quien va a unificar el país, que su victoria sería sinónimo de la unificación de Georgia. Sin embargo, la gente afortunadamente se ha dado cuenta de que eso es un engaño, de que no es verdad. Rusia no va a irse de los territorios que ha ocupado y la gente es consciente de ello. La ocupación de Abjasia y Osetia del Sur es una especie de amenaza constante sobre nuestras cabezas: Rusia no les está ayudando en ese relato, más bien al contrario", concluye.
El porcentaje más joven de la población georgiana ha protagonizado las mayores manifestaciones en el país desde su independencia en 1991 para defender el rumbo hacia Europa. La propia presidenta del país, Salomé Zourabichvili, ha intentado frenar hasta donde ha podido la deriva prorrusa del gobierno georgiano y, de hecho, ha propuesto la formación de un gobierno tecnócrata después de las elecciones que garantice las reformas necesarias para seguir por el camino de la integración en la Unión Europea.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...