El entrenador del Tenerife, Pepe Mel, cargó contra los suyos tras perder este sábado por 4-0 en Granada, dijo que fueron “una patera contra un transatlántico (el Granada) y que se encargará de “meterle el dedo en el culo a los jugadores para que espabilen, con perdón de las señoritas”. “Salió todo al revés, lo único positivo es que el próximo partido es el jueves. Quiero pedir perdón a la gente y me encargaré de meterles el dedo en el culo a los jugadores para que espabilen”, declaró Mel sala de prensa. “Hemos sido claramente inferiores al Granada. Fuimos un transatlántico contra una patera. No hemos tenido muchos argumentos para contrarrestar nada. En la segunda parte mejoramos algo, pero con 2-0 ya es muy difícil”, añadió. “Todo lo bueno de los dos últimos partidos no se ha visto. Estoy cabreado y decepcionado. No sé qué adjetivos emplear, pero este no es el equipo que yo ni la gente quieren. La imagen que hemos dado es malísima, horrorosa, deplorable”, finalizó un enfadado Pepe Mel. El Granada aplastó a un pobre Tenerife (4-0), con sendos dobletes del albanés Myrto Uzuni y del argentino Lucas Boyé, y con su tercera victoria consecutiva de la temporada se acerca cada vez más a la parte alta de la clasificación, mientras que el conjunto tinerfeño sigue una semana más como colista de LaLiga Hypermotion. El Granada, que jugó su mejor partido de la temporada, dominó desde el principio a un Tenerife demasiado agazapado y, tras una buena ocasión de Lucas Boyé, marcó el 1-0 en el minuto 20 por mediación de Uzuni tras una buena asistencia de Pablo Sáenz. Los visitantes no reaccionaron, el Granada seguía dominando a placer bajo el mando en el verde de un excelso Gonzalo Villar y lo que llegó en el minuto 33 fue el 2-0, marcado de nuevo por Uzuni esta vez a asistencia de Lucas Boyé. Antes del descanso, en pleno festival rojiblanco ante un Tenerife escaso de recursos, perdonaron el 3-0 de nuevo Uzuni y Ricard Sánchez. Los de Pepe Mel trataron de irse arriba en el segundo tiempo, pero apenas crearon peligro y el partido se mantenía totalmente controlado por los locales, con Salvi Carrasco evitando el tercer gol rojiblanco por partida doble ante el camerunés Theo Corbeanu y ante Pablo Sáenz. El Tenerife bajó los brazos fruto de su propia incapacidad y Lucas Boyé cerró la cuenta con un doblete, el tercero del partido a asistencia de Ricard en el minuto 81 y el cuarto y último a placer tras un saque de esquina en la última jugada del choque.