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Sigrid Nunez, la autora que ha adaptado Almodóvar: "Si la mitad de este país vota a Trump debemos estar aterrorizados, incluso si pierde"

La escritora estadounidense, de quien Pedro Almodóvar ha adaptado su última película, publica nueva novela 'Los vulnerables', sobre el duelo, y la amistad, ambientada en la pandemia

Imagen de archivo de la escritora Sigrid Nunez / MARION ETTLINGER

Imagen de archivo de la escritora Sigrid Nunez

El estilo de Sigrid Nunez (Nueva York, 1951) mezcla la ficción con sus reflexiones y opiniones políticas y literarias. De forma analítica y sencilla nos propone indagar en la amistad, en el miedo a la muerte y en la memoria. Son temas que han sido recurrentes en sus dos últimos libros, conectados de alguna manera, como son El amigo y Cuál es tu tormento, este último elegido por Pedro Almodóvar para adaptarlo a la gran pantalla en La habitación de al lado, la película ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia. Ahora cierra una trilogía no planeada sobre el duelo, llena de humor y de comentarios inteligentes y citas cultas, con Los vulnerables (Anagrama). La novela consta de dos partes y en ellas la protagonista se traslada a un lujoso apartamento de Nueva York para cuidar al loro de alguien que ha quedado atrapado por la pandemia en otro lugar. Esa anécdota permite a la autora volver a sus obsesiones, como la amistad con los animales, la crisis climática, el tiempo y la memoria y cómo la literatura o la ficción puede influir en nuestra vida. Durante toda la novela se plantea Sigrid Nunez si toda nuestra vida no es más que un duelo.

En sus tres últimas novelas parece que haya creado una especie de trilogía sobre el duelo, ¿por qué?

Es cierto, es el tercer libro de una trilogía no oficial, pero creo que lo interesante es que esa trilogía no haya sido algo planeado. Escribí la primera, El amigo, y no estaba pensando en lo que vendría después. Pero cuando escribí el siguiente sí pensé que seguía en conversación con el primer libro. Sale directamente del mismo lugar. Ahora ha pasado con la tercer novela, con Los Vulnerables. Eso me hizo reflexionar que si estaba escribiendo una tercera historia sobre ese tema podría haber una especie de cierre al final, eso me hace pensar que es una trilogía, porque no puedo imaginarme una cuarta. No puedo imaginarme otro libro como este. Cualquier cosa que escriba a continuación tendrá que ser muy diferente.

¿Hay una diferencia en cómo entendemos y vivimos el duelo entre el antes de la pandemia y el post covid? ¿Ha cambiado nuestra forma de superar el dolor?

La verdad es que no. Mucha gente está de acuerdo conmigo en que teníamos expectativas durante la pandemia y el confinamiento como comunidad, pensábamos que las cosas serían diferentes después. Para nuestra sorpresa, al menos en mi entorno, en Estados Unidos, nos sorprende descubrir que es como si nunca hubiera sucedido. En muchos casos, las lecciones que se suponía que debían aprenderse no se han aprendido, y la gente parece haber hecho un esfuerzo para olvidarlas y no pensar en ello. Por eso, no estoy segura de si ha cambiado la actitud de las personas hacia el dolor, la enfermedad o la muerte. Creo que es una gran sorpresa. Es algo que ya ocurrió con la gran gripe de 1918, que es como si nunca hubiera ocurrido. Es como si nadie haya podido explicar por qué tantos millones de personas murieron de manera mucho peor que durante nuestra pandemia. Dicen que esa gripe se perdió entre las dos grandes guerras, esos conflictos mundiales. Tal vez nos haya pasado lo mismo, que nuestra pandemia se ha perdido en todas las catástrofes y ansiedades que tenemos.

Una parte importante de Los vulnerables habla del envejecimiento, ¿Cómo ha vivido usted esta experiencia vital? ¿Le ha cambiado su relación consigo misma y con la literatura?

Ha sido algo muy significativo, sí. Sin pensarlo, en cierto momento, al ir envejeciendo, descubrí que mi enfoque se estaba reduciendo. Lo que me ha sorprendido, lo que no imaginaba cuando era más joven, es que lo único que envejecer es muchas cosas, pero no es algo aburrido. ¡Ojalá fuera más aburrido!. Esta etapa de la vida, la que se acerca al final, es muy interesante, es fascinante. Hay una cita en un libro que dice que cuando los escritores van envejeciendo reducen su enfoque a pensamientos sobre la enfermedad y la muerte o la pérdida. Lo comparto y no lo cambiaría, porque un escritor escribe sobre esas cosas que le obsesionan. Cuando me preguntáis en las entrevistas qué me atrae de la muerte, yo respondo que no me atrae en absoluta, sino que es la muerte la que está interesada en mí.

Ese sentido del humor está muy presente en la escritura, también en Los vulnerables donde habla de bromas durante el confinamiento, ¿por qué es importante que emerja en tus libros?

Es importante porque, al abordar estos problemas, la muerte, la enfermedad terminal, el suicidio, el envejecimiento, necesitas tener algo de humor. El libro pasa por momentos de ligereza, es imprescindible para no ser demasiado pesado. Me pasa que, no importa lo que esté escribiendo o leyendo, si no hay humor en él, tengo un problema, no importa cuán serio sea el tema. Y tengo la sensación de que el humor es una parte esencial de la vida. Forma parte de todo, no importa lo grave o molesto que sea algo, que si no hay comicidad, si escribes una obra sin humor, siento que se está omitiendo algo esencial. Por ejemplo, en la pandemia y el confinamiento, mi bandeja de entrada del correo estaba llena de bromas. La gente estaba siendo muy divertida, las redes sociales eran divertidas.

Un tema muy importante en tus libros es la amistad, que no es demasiado habitual en la literatura…

Se ha dicho que para la mayor parte de la ficción hasta hace poco, lo importante era la familia, las relaciones familiares, el romance y el matrimonio. Las amistades no tanto. Cuando la gente se preguntaba por qué no entraban en los grandes temas, la respuesta solía ser que da menos juego hablar de la amistad, porque no es tan importante como la familia o el matrimonio. Sin embargo, a mí siempre me ha interesado la amistad, quizá porque no me he casado y no tengo hijos. La amistad es un tema que conozco mejor y que quería explorar. También creo que tiene que ver con que ha habido un cambio cultural. Ahora más personas escriben sobre la amistad, especialmente las escritoras y, en particular, sobre la amistad entre mujeres. Para mi es algo muy importante, porque creo que hay mucha gente que quiere leer sobre ello.

Siguiendo con la amistad, ¿podría definirse la literatura como lo más parecido a encontrar un nuevo amigo?

Es que creo que es verdad. Dicen que la gente lee cada vez menos. Al menos en Estados Unidos. Se lee menos ficción, cuentos, novelas, etc. Eso me entristece, porque un libro es un compañero fantástico y se necesita tiempo para leerlo. Si te gusta, te atrae y consigue que te alejes de las cosas que te preocupan. Es una experiencia parecida a la de salir con una buena amiga, reír y pasar un buen rato. A Pienso en los libros como amigos y siento que eso se remonta a mi infancia. De niña siempre sentí que un libro era mi amiga y una buena forma de pasar el tiempo, aunque estuviera sola. De hecho, si tienes un buen libro, nunca estás solo, porque los personajes están contigo.

En Los vulnerables se habla de amistad, entre personas y hasta con animales, que son un punto importante en tu literatura. ¿De dónde viene esta vez la idea de cuidar a un loro?

Tiene algo que ver con eso de la trilogía que hablábamos. En el primer libro estaba el perro, que tuvo un papel muy importante en El amigo. Disfruté mucho escribiendo sobre ese gran danés y la gente disfrutó leyendo. En el siguiente libro pensé en un gato y descubrí que a los lectores les gustaba mucho esa parte. Cuando me puse a preparar este tercero supe que también en esta historia necesitaba un animal. Elegí un loro, porque es un ser maravilloso e inteligente con el que puedes identificarte. Luego, con el confinamiento, recuerdo que recibí un correo electrónico de una mujer que quedó atrapada en Italia y buscaba a alguien que cuidara de su gato, que se había quedado en su casa de Nueva York en plena pandemia. Lo consiguió. Me di cuenta de que era un problema global para mucha gente que vivía con mascotas. Me pareció un rema realista y lo abordé.

En la novela se habla también de memoria, concretamente de memoria selectiva, aquello que recordamos y aquello que olvidamos selectivamente para no sufrir, ¿por qué le interesa esto?

Bueno, creo que también tiene que ver con el envejecimiento. Cuanto más remoto se vuelve el pasado, el tiempo hace que pierdas la memoria o el recuerdo vívido de las cosas que sucedieron. Y de una manera muy triste, estás perdiendo una parte de ti misma. Tengo claro que parte de lo que somos como personas tiene que ver con nuestros recuerdos, con cómo los recordamos. La memoria es realmente una parte muy importante de la personalidad de alguien, de sus valores y deseos. Por eso la memoria es tan importante para mí y, como mis libros tienen muchos elementos autobiográficos, siempre aparece la memoria, siempre escribo mis recuerdos en ellos.

Ahora que menciona lo de la autobiografía, quería preguntarle por su relación entre la ficción y la no ficción, por las historias de sus novelas y esas citas de escritores como Dickens, Borges o Didion, ¿cómo trabaja todos esos planos?

En todo lo que escribo hay una narrativa de ficción. Hay una historia que nunca me pasó. No he tenido nunca un loro, por ejemplo, ni conocí a un joven como el que retrato. Nunca. Nada de esto me ha pasado. Cuento una historia y la invento a medida que avanzo en la escritura, pero, al mismo tiempo, en casi todo lo que escribo, hay una narradora que habla de todas sus observaciones y opiniones sobre literatura o sobre una película que ha visto, o sobre su impresión acerca del yoga. Son reflexiones, meditaciones, ideas, observaciones que siempre son autobiográficas, en el sentido en que salen de mis propios pensamientos. No me invento esas opiniones. Esa mezcla hace que mis libros sean híbridos: tienen una historia de ficción, la narración, pero partes casi de ensayo, en las que propongo tus pensamiento literario.

Cita a la escritora Flannery O'Connor en este libro, en esa frase sobre la gente sin esperanza que no escribe novelas. ¿Estás de acuerdo con ella? ¿Tiene usted esa esperanza?

Una novela supone mucho trabajo. Es mucho tiempo que podrías dedicar a otra cosa. Cuando escribes una novela te acercas a otras personas, ahí hay esperanza porque se produce algún tipo de conexión. Una persona desesperada no escribiría. No haría nada. Eso sí, tampoco creo que ser novelista signifique que seas una persona con una mirada optimista hacia el mundo. Muchos escritores somos extremadamente pesimistas y, sin embargo, no cesamos de publicar. Por tanto, no estoy al cien por cien de acuerdo con ella y con esa idea de que las personas que no tienen esperanza no escriben. Incluso cuando tienes problemas la escritura sirve para sacar a la luz aquello que te obsesiona.

¿Qué obsesiona o que lleva a escribir a Sigrid Nunez un libro tras otro?

No me he parado a pensar si tengo o no esperanza. Siempre he sentido que escribía porque me gustaba hacerlo. Cuando escribo siento que es algo que debo y que puedo hacer. No sé en qué otra cosa sería buena. Escribir también me ayuda, de alguna manera, a aclarar lo que tengo en mi mente, inventando cosas. Desde pequeña me gustaba la idea de poder escribir un cuento de hadas, de hacer hablar a los animales, de que un árbol se convirtiera en una persona y viceversa. Es la parte ingeniosa la que creo que es la que más atrae de la escritura.

En esa trilogía que recientemente hemos ido leyendo, se encuentra ¿Cuál es tu tormento?, una novela que enamoró a Pedro Almodóvar que ahora la ha adaptado en su última película, La habitación de al lado, ¿qué ha supuesto esta adaptación para usted?

Me siento muy contenta. Solo he visto la película una vez. La vi en una sala de proyección con otras tres personas. Ahora, la veré en el Festival de Cine de Nueva York, en una sala grande, llena de público, porque han agotado entradas y con Pedro Almodóvar, y las actrices, Tilda Swinton y Julianne Moore, que estarán allí en el escenario después de la proyección. Me reuní con él cuando estaba escribiendo el guion. Hablamos un par de horas y nos conocimos. Luego me invitaron a el último día de rodaje en Nueva York. Estuve todo el día en el set y fue una experiencia maravillosa estar con él. Yo no he tenido nada que ver con el guion, solo estuve presente para responder algunas preguntas. Sabía que haría muchos cambios, porque el cine lo exige y porque él quería tener su propia visión. Cambió radicalmente el final, cosa que no supe hasta que vi la película. Pero la historia sigue siendo completamente fiel a la novela. Creo que él también tiene esas mismas obsesiones que yo. Tiene 75 años y como yo tememos la mortalidad, la pérdida y el dolor. Por lo que creo que su película podría definirse como la obra tardía de un artista. Además, él tiene mucho sentido del humor, con lo cual estaba tranquila de que todos los elementos de la novela iban a permanecer. Es una película muy hermosa. La música es hermosa. La imagen es preciosa. Las actuaciones son impresionantes. Así que es muy emocionante, porque encima es fiel al espíritu de mi libro. Yo era fan de su trabajo desde hace tiempo, así que cuando me dijeron que estaba interesado, pensé pues sí tiene sentido, porque hay temas que están en su cine, como la amistad femenina, la muerte. Solo tengo gratitud, porque la mayoría de los escritores que conozco terminan decepcionados con sus adaptaciones cinematográficas. Yo estaba segura de que no me decepcionaría. Ahora me muero de ganas de verla con mucha gente, con mis amigos, porque nadie aquí la ha visto.

En esa novela había una reflexión política, estaba el miedo a la extrema derecha, a la derechización del mundo, en Los Vulnerables reconoce que soñó con Trump, queda algo más de un mes para unas elecciones cruciales en su país, Estados Unidos, ¿le da miedo lo que pueda ocurrir?

Estoy aterrorizada. Aterrorizada. Estamos viviendo un momento de gran pavor ahora mismo. Deberíamos estar todos aterrorizados, porque incluso si Trump pierde estas elecciones, tendremos que enfrentarnos al hecho de que habrá sido una contienda muy reñida. La mitad de los votantes de este país lo han elegido. Con lo cual es importante que tengamos claro que aunque gane la vicepresidenta Kamala Harris, los problemas no van a desaparecer. Tenemos un número enorme de personas que no tienen ningún reparo con esa ideología extrema, con el autoritarismo, con sus locuras. Con su apoyo a Putin, a Orban, a Netanyahu. Si la mitad del país apoya este tipo de ideas, creo que tenemos mucho que temer pase lo que pase con estas elecciones. La democracia está amenazada ante el ascenso de la extrema derecha, que parece ser la dirección en la que va el mundo entero. Es un movimiento global. La victoria de Trump va a permitir que siga creciendo la extrema derecha de todo el mundo. Uno de mis grandes temores además es que niegan el cambio climático. Esto me genera una ansiedad enorme.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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