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Lo que no sabías sobre los relojes: así es el muy compartido hilo de Twitter que desvela por qué tienen forma redonda

Un experto detalla cómo funciona este objeto y qué conexión tiene con el pasado ancestral

Una persona cambia la hora de un reloj. Recurso. / JAVIER BELVER (EFE)

Una persona cambia la hora de un reloj. Recurso.

Madrid

El paso del tiempo y la manera de medirlo ha sido una de las curiosidades que han rodeado al ser humano a lo largo de los siglos. El tiempo es incontrolable y el ser humano se ha afanado en intentar medirlo para hacer la vida así más ordenada y darle un sentido. Y el reloj es el objeto que creó para, de alguna manera, conseguir materializar algo que es absolutamente intangible e inabarcable. Este artículo es esencial e indispensable en la vida de las personas. Los hay de muchos tipos, con diferentes colores, materiales y diseños, pero los analógicos comparten un aspecto: son generalmente de forma redonda. Y, esto, no es casualidad.

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El escritor Jorge Corrales ha hecho un hilo en X (antes conocido como Twitter) en el que explica las curiosidades que rodean a este objeto y lo ha hecho a raíz de otro artículo que se ha hecho viral recientemente: una agenda japonesa que rompe con la concepción habitual que tenemos de este tipo de libretas. Se trata de una agenda que, en lugar de tener un solo día por página, divide cada hoja, correspondiente a un día y mes, en cinco fragmentos pensados para cinco años. "Es muy bonita, es muy práctica, pero esa no es la razón por la que se vende tanto. La razón es porque nos devuelve el sentido del tiempo ancestral", comienza explicando Corrales.

El autor asegura que hace unas semanas se le rompió su reloj de muñeca digital, de la marca Casio, y decidió comprar uno analógico. "Esta vez decidí cambiar. Nada de cifras y pantallas, volvería a las flechas y posiciones. Y la culpa de este cambio se debió a un historiador italiano", apostilla. En concreto, se refiere al ensayista Pietro Redondi, que en su libro Historias del tiempo comenta que el reloj analógico es de las pocas conexiones que el ser humano moderno mantiene con el mundo ancestral.

Esto es así porque el reloj no solo es una manera de medir el tiempo, también es un símbolo que presentar, de una manera física, cómo se observaba el tiempo en la antigüedad. "Quizás no te ha dado cuenta, pero apenas existen relojes triangulares o rectangulares. Casi todos tienen una forma esférica. Esto es debido a que, esa esfera es, en realidad, la representación de la bóveda celeste. La observación del cielo fue nuestro primer reloj. A través del movimiento de las estrellas o el ciclo de la luna, nuestros antepasados fueron capaces de predecir la llegada de las estaciones, de las cosechas o, muy importante para ellos, del momento para honrar a los dioses", añade el escritor.

El sol siempre ha sido uno de los elementos más importantes y sobre los que ha girado la evolución. También ha sido el que marcaba la temporalidad. "Su paso a través del cielo era la unidad principal de tiempo en aquella época. Todo se medía en soles, por así decirlo. Y nuestros relojes analógicos son una evolución de aquella forma de medir el tiempo. Las flechas simulan el paso del sol a través de la bóveda celeste. Es más, señalan directamente al sol durante todo el día", sostiene el experto y para detallarlo mejor pone un ejemplo.

"Si ponemos nuestra muñeca en dirección sur, la manecilla pequeña señala el este en el momento de la ascensión del sol por el este. Es más, durante toda la mañana sigue el movimiento del sol a través de la manecilla pequeña. Y si os fijáis, las 12 del mediodía, el momento del cenit solar, se simboliza con la manecilla en la posición más alta. Igual que el sol. Todo esto que os cuento no es casualidad. Durante milenios, el sol ha seguido siendo la forma más fiable de calcular el tiempo. Tan solo hace 57 años que se abandonó el ciclo solar como base para las unidades de tiempo", afirma.

Una agenda que gira año tras año

Lo que hizo cambiar la concepción del tiempo, especialmente en occidente, fue la llegada de las religiones monoteístas, como el judaísmo, el cristianismo y el islam. Sin embargo, en oriente sí mantuvieron este concepto circular. "Pero lo más interesante de esta forma de ver el tiempo no es fijarse en lo que vuelve, sino, también, en aquello que cambia. Porque el verdadero concepto del tiempo es ver qué cambia cuando el tiempo vuelve al mismo lugar", apostilla.

Tras esta explicación, el experto vuelve al objeto con el que comenzó todo: la agenda que está triunfando y por qué. Para entenderlo, cuenta la historia de un hombre. "El Sr. N compró su primera Hobonichi [marca de la agenda] el año que murió su mujer. Juntos se habían hecho la promesa de que vivir juntos hasta los 100 años, pero una enfermedad se llevó a su mujer a los 50 años. Pero el Señor N. no quería romper su promesa. Quería vivir juntos hasta los 100 años con su mujer. Así que compró la agenda Hobonichi 5 años. Allí comenzó a escribir en cada uno de los días, aquellas cosas que le hubieran gustado a su mujer. Pequeños recuerdos familiares o simplemente canciones que escuchaba en la radio", señala.

De esta manera, este hombre siente que el tiempo no ha terminado, sino que sigue girando. "Los días vuelven una y otra vez cada año y él comprueba que, aunque lejos, su mujer sigue con él desde hace mucho tiempo. Al igual que a mí me recuerda el reloj que gira una y otra vez en mi muñeca, siempre está dando vueltas. Y eso me devuelve un pensamiento que me ayuda a rebajar la ansiedad: si los buenos tiempos se fueron, pronto volverán. Porque todo vuelve. El reloj siempre está girando", finaliza.

 
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