La economía de la inmigración: las cuatro principales mentiras sobre la aportación de los extranjeros
Más allá de los debates políticos, es innegable que la aportación de los inmigrantes a la economía es mayúscula y que hay argumentos en contra de la propia inmigración muy alejados de lo que dicen los datos
Verdades y mentiras (económicas) sobre la inmigración
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Madrid
En las últimas semanas, el debate político ha estado centrado en la inmigración y en el desacuerdo que hay para ver qué se puede hacer para gestionar la masificación de algunas regiones. Más allá de lo ideológico, con la extrema derecha aupando los discursos en contra de la inmigración, lo que hay son una serie de argumentos económicos que demuestran el papel esencial de los migrantes en la economía española.
Las cuatro mentiras sobre la inmigración y su aportación real
Si hay unos mantras que la ultraderecha ha repetido una y otra vez son los relacionados con la seguridad o con el robo de nuestros puestos de trabajo y nuestra sanidad. Todo esto se desmonta con datos que, una vez más, ponen de manifiesto la importancia de los inmigrantes en la economía:
- Están llevando a cabo una invasión. Las tasas de inmigración están en torno al 3% y solo 1 de cada 30 personas emigra de su país, según datos del FMI. En el caso de España, la población inmigrante solo representa el 17%.
- Nos roban los puestos de trabajo; argumento muy repetido también por la ultraderecha. Lo que ocurre es que los inmigrantes vienen a cubrir puestos de trabajo que los ciudadanos nacionales no cubren, en sectores que además son clave. Según datos del Banco de España, la gran mayoría de los inmigrantes que llegan a España están en edad laboral (el 80%), y de ellos (el 78%) participa en el mercado de trabajo, es decir, trabaja o está en paro buscando empleo. En el caso del trabajo doméstico, trabajan el 12% de los extranjeros, mientras que solo trabajan el 7% de los españoles. El segundo sector en el que se concentra es la hostelería, donde superan en 9 puntos la tasa de los nacionales y le siguen construcción y transporte. A la vista de este reparto, dice el Banco de España que hay una "infrautilización del capital humano" que pueden aportar los extranjeros. Además, dice el regulador que España es el país europeo con más extranjeros sobrecualificados: el 50% tiene una formación superior a la que exige el puesto de trabajo que ocupa. A todo esto se suma que las tasas de paro de los extranjeros son superiores a las de los nacionales (10,74% vs. 17.43% según datos de la última EPA).
- Aumentan la delincuencia. Según datos del Ministerio del Interior, la tasa de criminalidad se ha mantenido constante entre 2010 y 2022, así como el índice de homicidios.
- Saturan la sanidad y los servicios públicos. En 2022 tuvieron lugar más de 16 millones de consultas médicas en el SNS y en 14,5 millones de ellas se atendió a españoles, mientras que en 1,7 millones se atendió a personas de origen extranjero. Esto significa que en el 89% de las consultas se dio cobertura a ciudadanos españoles y en el 11% a personas nacidas en otros países.
En Hora 25 de los Negocios hemos hablado con Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada Universidad Barcelona, y su tesis respecto a la inmigración y su aportación, fundamentada en datos, refuerza el argumento a favor de la necesidad de este colectivo para la economía. "Recuerdo los estudios del Banco de España de principios de los 2000, que cifraban que la inmigración había contribuido en cerca del 40% al crecimiento de aquella década prodigiosa. Yo diría que, como mínimo, el 40% del aumento de los ingresos públicos del PIB está generado por la inmigración. Entre 2017 y 2023, en toda España, el 65% aproximadamente de todo el nuevo empleo lo han ocupado inmigrantes y en Cataluña esto se va al 95% y en Madrid debe estar en el 80", asegura el experto.
El ejemplo de Alemania
Con la victoria de la ultraderecha en dos regiones alemanas, Turingia y Sajonia, las empresas temen el freno a la inmigración, sobre todo si hablamos de que se trata de dos regiones que necesitan desesperadamente inmigrantes y con la propia ultraderecha avisando de que van a tener "muchos problemas". En Turingia, 385.000 personas se van a jubilar del millón de trabajadores que hay allí, así que sin inmigrantes, 1 de cada 3 puestos de trabajo no podrá ser cubierto. Por su parte, en Sajonia, van a ser 366.000 las vacantes.