Tras el paso de los reyes, Felipe VI y doña Letizia, de la princesa de Asturias, Leonor, y de la infanta Sofía, la encargada de representar a España en las dos últimas jornadas de los Juegos Olímpicos de París ha sido la reina Sofía, quien el sábado asistió a la final de waterpolo femenino en el Paris La Défense Arena, en la que España ganó la medalla de oro. Por la tarde, además, doña Sofía asistió a la competición de natación artística en la modalidad de dúo y rutina libre. Este domingo, última jornada de París 2024, acudió al Palacio del Elíseo, donde mantuvo un encuentro el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y posteriormente acudió al Estadio de Francia para asistir a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos. Un evento espectacular en el que el actor Tom Cruise se encargó de plasmar el relevo simbólico de la capital francesa a Los Ángeles, que acogerá los Juegos de 2028. El estadio se transformó en una gran sala de conciertos, donde se llevó a cabo un espectáculo que reunió a deportistas, como el nadador francés Léon Marchand (ganador de cuatro oros y un bronce), y más de 100 artistas, incluyendo acróbatas, bailarines y artistas de circo, junto a cantantes de fama mundial, como Phoenix, Kavinsky o la belga Angèle. Pero algunas de las imágenes de televisión mostraron a la reina Sofía, de 85 años, en una actitud que muchos interpretaron como de cansancio, de hastío o de aburrimiento, que conectó de inmediato con lo que sentían muchos de los que estaban viendo la ceremonia desde casa. «Estoy viendo la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos. La única vez en mi vida que la Reina Sofía me representa», dijo en una de sus publicaciones de red social X el usuario Javier Durán (@tortondo). Un comentario que desató otras chanzas y bromas al respecto: «Esto es lo que pasa por levantarse todos los días a las 6 de la mañana», comentó otro usuario. «Celia Villalobos estaría jugando al Candy Crush... y la entendería», añadió la tuitera Zaira Alonso. No es la primera vez este verano, de todas formas, que un miembro de la Casa Real se convierte en el centro de los comentarios en las redes sociales. La semana pasada, disfrutando ya de sus vacaciones en Palma, la princesa de Asturias se dejó ver al volante en público por primera vez, conduciendo por el centro de la ciudad. La primogénita de los Reyes saludó a los medios que inmortalizaban el momento con su hermana Sofía en el asiento del copiloto, y su madre y su abuela Sofía en la parte de atrás. Pero el hecho de que no llevara la «L» reglamentaria, siendo una conductora novel, con menos de un año de antigüedad en el carnet de conducir, generó muchos comentarios porque colocarla de forma incorrecta o que no sea visible puede suponer una multa entre los 100 y los 200 euros.