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La guerra sin tregua entre Alemania y Turquía por el döner kebab llega al corazón de la UE

Las exigencias de la Federación Internacional del Döner no se corresponden con los estándares de la gastronomía alemana

Un doner kebab en Berlín. / zkruger

Un doner kebab en Berlín.

Berlín

El Döner kebab es una de las comidas preferidas por los alemanes, pero no está claro si se inventó en Turquía o en Alemania, concretamente en Berlín. Por ello, en cada país los ingredientes y elaboración son distintos, algo que Turquía no está dispuesta a aceptar, y se ha enfrascado con Alemania en la que ya se conoce como 'la guerra del Döner'.

La Federación Internacional del Döner, con sede en Estambul, ha presentado ante la Unión Europea (UE) una solicitud para que se proteja como una “especialidad tradicional garantizada”. El objetivo es garantizar que en la elaboración de “un kebab real” sólo se puedan utilizar determinados tipos de carne y recetas.

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Alemania ha maniobrado para evitarlo, presentando una objeción ante la Comisión Europea. Desde el Ministerio de Agricultura y Alimentación alegan que si Bruselas acepta, existe la amenaza de una “intervención en el mercado alemán con efectos económicos notables”. En otras palabras: el kebab podría encarecerse, y el aumento de su precio se ha convertido desde hace meses en un tema político que preocupa incluso al canciller Olaf Scholz.

Detrás del kebab hay una auténtica industria: alrededor de 65.000 personas trabajan en un negocio que genera unas ventas anuales de 2.500 millones de euros en Alemania. En el país hay 200 centros de producción de carne para kebab, así como 15.000 tiendas donde se puede degustar. Berlín encabeza la lista de ciudades alemanas con mayor número de tiendas de kebab: unas 18 por cada 100.000 habitantes.

El equilibrio de los ingredientes

Las exigencias de la Federación Internacional del Döner no se corresponden con los estándares de la gastronomía alemana. Turquía, por ejemplo, excluye el uso de carne de ternera y de vacuno joven, así como de carne de pavo en su consideración de Döner kebab. Sin embargo, el uso de estos ingredientes es muy común en Alemania. También especifica claramente que en los kebabs de carne roja sólo se debe utilizar carne de vacuno de al menos 16 meses o carne de pierna y/o lomo de oveja de al menos seis meses. Para el elaborado con carne de pollo demandan una mezcla proporcionada de 100 kilos de pechuga o muslos de pollo, de ocho a diez kilos de grasa animal y de dos a tres kilos de cebolla. Incluso regulan el grosor de las tiras de carne, que debería ser de dos a cinco milímetros, según las especificaciones de producción turca.

Bruselas examinará la objeción alemana y, si es necesario, iniciará un "procedimiento de consulta". En ese caso, Alemania y Turquía tendrían que llegar a un acuerdo en seis meses, algo que en principio no va a ser fácil.

El kebab alemán ya había provocado tensiones diplomáticas en abril. El presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, viajó a Turquía en visita de Estado con un pincho de kebab procedente de Berlín en su equipaje. El gesto tenía como objetivo honrar los logros de la vida de los inmigrantes turcos en Alemania, pero sin embargo, fue percibido por muchos en Turquía como una provocación.

 
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