La maltesa del Partido Popular, Roberta Metsola, ha sido reelegida presidenta del Parlamento Europeo con el apoyo de 562 eurodiputados de los 623 que emitieron su voto de manera válida. Un mandato que durará dos años y medio (hasta enero de 2027) para luego pasar, como manda la tradición, a manos del segundo grupo de la Cámara, el de los socialistas. La izquierda, como ya hizo la anterior legislatura, ha presentado a un candidato alternativo, la española Irene Montero, que recibió 61 votos. El gesto simbólico pretende mostrar su rechazo a la Presidencia de Metsola. Sin embargo, el cordón sanitario aplicado a la extrema derecha ha sido a medias, ya que se ha aislado a Patriotas por Europa, integrado por los partidos de Le Pen, Salvini, Orbán o Abascal, pero no a Reformistas y Conservadores (ECR), que finalmente han logrado representación en dos de los 14 puestos como vicepresidentes de la Eurocámara. En el pleno también se han elegido a dos españoles en la mesa de la vicepresidencia: el socialista Javi López y el popular Esteban Gonzáles Pons. No ha estado en el pleno Toni Comín, de Junts, que está a la espera de que la justicia europea se pronuncie sobre las medidas cautelarísimas que ha presentado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que el Parlamento lo reconozca como diputado. «¿Con qué legitimidad pide la señora Metsola la confianza de la cámara? La última decisión políticamente relevante que habrá tomado antes de someter su candidatura a votación será una decisión que perjudica de manera directa y clara y abierta la democracia europea» dijo ayer Comín en rueda de prensa desde Estrasburgo. La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha afirmado durante su discurso como candidata a su propia reelección, que los ciudadanos europeos necesitan un Parlamento “fuerte” y prometió “trabajar incansablemente” para “unir a las personas”. “Éste debe ser un parlamento fuerte, en una Unión fuerte. Eso es lo que los tratados pretenden que seamos y eso es lo que la gente necesita que seamos. No podemos aceptar que nuestro papel como parlamentarios se diluya”, destacó la presidenta Metsola ante el hemiciclo. También recordó en su discurso a su predecesor en el cargo, el fallecido socialista italiano David Sassoli, de quien aseguró que colocó “la dignidad de las personas ante todo lo demás,” y prometió seguir en la línea de su trabajo y “redoblar los esfuerzos para aunar a las personas”. La conservadora maltesa aseguró que su “pasión por el proyecto europeo no ha menguado” y que desea “colmar las lagunas que quedan en las personas respecto a Europa”. “Hemos empezado, pero aún no hemos terminado. Necesitamos fortalecer y racionalizar nuestras operaciones para garantizar que este Parlamento pueda ser la potencia legislativa y política que queremos que sea”, dijo. “Debemos de ser capaces de decir cuándo las propuestas van demasiado lejos o cuándo no, cuándo son demasiado costosas o cuándo son imposibles de llevar a la práctica”, señaló. Por su parte, los eurodiputados españoles Esteban González Pons (PP) y Javi López (PSOE) fueron elegidos este martes como dos de los catorce vicepresidentes del Parlamento Europeo para esta legislatura, con el apoyo de 478 y 367 eurodiputados respectivamente, ambos por encima de la mayoría absoluta necesaria. Será la primera vez desde el final de la octava legislatura, que concluyó en 2019, que España tiene representantes en la Mesa del Parlamento Europeo, que reúne a la presidenta del Parlamento Europeo -donde ha sido reelegida Roberta Metsola-, los catorce vicepresidentes y cinco cuestores, encargados de asuntos administrativos internos que afectan a los propios diputados. En la misma ronda que López y González Pons salieron elegidos los eurodiputados Sabine Verheyen, Ewa Kopacz, Katarina Barley, Pina Picierno, Victor Negrescu, Martin Hojsik, Christel Schaldemose, Sophie Wilmés y Nicolae Stefanuta. Quedan, por tanto, por llenarse tres puestos, que se decidirán en sucesivas rondas durante el resto del día. Por parte de los Patriotas por Europa se presenta el exdirector de Frontex, Fabrice Leggeri, que dimitió de su puesto en la agencia europea que se encarga del control de las fronteras por un escándalo relacionado con devoluciones en caliente de migrantes y ahora es eurodiputado de la Agrupación Nacional de Marine le Pen. Es improbable que consiga el cargo, no obstante, por el cordón sanitario que los grupos mayoritarios de la Eurocámara aplican a la extrema derecha. La décima legislatura del Parlamento Europeo, que se extenderá hasta el verano de 2029, se inició este martes en el hemiciclo de Estrasburgo (Francia) con 720 nuevos eurodiputados y una interpretación solemne del himno de la Unión Europea, la Novena Sinfonía de Beethoven. «Se abre la primera sesión del Parlamento Europeo tras las elecciones europeas», declaró la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, poco después de las 10:00 horas locales. Para la interpretación del himno, a cargo de un cuarteto de cuerda, se pusieron en pie una gran mayoría de los eurodiputados, si bien permanecieron sentados algunos sectores del hemiciclo donde se sitúa la extrema derecha de los Patriotas por Europa y de la Europa de las Naciones Soberanas. El primer pleno de la legislatura se desarrollará hasta el jueves por la tarde y tendrá entre sus principales tareas elegir a la nueva Mesa del Parlamento Europeo, incluyendo a la nueva presidenta, y también votar si confirman a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea para una legislatura más. En esta décima legislatura, más de la mitad de los eurodiputados (el 54 %) estrenan sus mandatos por primera vez, según las estadísticas facilitadas hoy por la Eurocámara. En cuestión de género, el hemiciclo está lejos de la paridad, con un 39 % de mujeres, un leve retroceso respecto a la legislatura anterior (cuando llegaron casi al 40 %). La edad media de edad de los eurodiputados se sitúa en los 50 años, en una horquilla que va desde los 77 años del más veterano hasta los 23 del más joven. La legislatura comienza con un paso más en la expresión hasta ahora más contenida del malestar con Orban al frete de la presidencia. La Comisión anunció anoche que, como prerrogativa institucional, «a la luz de los recientes acontecimientos que marcan el inicio de la presidencia húngara», la Comisión no mandará, a los comisarios en las reuniones informales del Consejo, en su lugar estarán altos funcionarios. Como ya hicieron varios estados la semana pasada. Cuando todo es extrema derecha, hay que buscar los matices, porque suele ser en esa escala de grises donde encontramos los motivos por los que hoy no tenemos un gran grupo parlamentario que aglutine las posiciones más ultras en el Parlamento Europeo. En la legislatura que comienza este martes, tenemos tres grupos con postulados en común, pero con diferencias notables. A la cabeza, y en tercera posición, los Patriotas por Europa, con 84 diputados. Impulsados por Orban, capitaneados por el lepenista Jordan Bardella, aglutina a fuerzas de extrema derecha como la Chega portuguesa o el español Vox. Euroescépticos, contrarios al multiculturalismo, y varios con postulados pro-putin. A ellos pretenden hacer un cordón sanitario las fuerzas europeístas, excluyéndolos del reparto de vicepresidencias o presidencias de comisiones. En cuarto lugar, reformistas y conservadores, liderados por Meloni y el PIS polaco... con parte de este grupo sí se abriría a hablar Von der Layen, aunque socialistas liberales y verdes quieren incluirlos también en ese cordón sanitario. De postulados conervadores, son atlantistas y contrarios a Putin. Por último, la octava fuerza, los soberanistas, una suma de fuerzas minoritarios pero ultras, liderados por Alternativa por Alemania.