'Capitanes', el corto que explica la homofobia del mundo del fútbol de manera festiva
El Cinema Jove estrena este cortometraje dirigido por Edu Hirschfeld y Kevin Castellano que normaliza la libertad sexual en el mundo del fútbol a pesar de que los equipos sigan silenciando
Valencia
En plena celebración de la Eurocopa hemos visto como los aficionados ultras insultan sin cesar a Kylian Mbappé, uno de los mejores jugadores del mundo y el flamante fichaje del Real Madrid para la próxima temporada. Lo que hizo fue opinar sobre el miedo para él y para muchos franceses de la extrema derecha acercándose al poder en las próximas elecciones. Mbappé es un francés racializado, que nació en una banlieu parisina y que sabe muy bien qué es el racismo, algo que viven muchos futbolistas cada jornada en los estadios de fútbol. Las aficiones buscan humillar al equipo rival con cánticos racistas y homófobos. “Maricón” es uno de los insultos que más han recibido los jugadores. Guti, Borja Iglesias… y mucho más.
Eso nos lleva a otra cosa inédita, que ningún futbolista, o muy pocos, en activo, hayan hecho pública su homosexualidad o bisexualidad. Ninguno. ¿Quiere decir esto que no hay futbolistas gays o que los jugadores temen y ocultan su identidad sexual para evitar la marginación y el insulto dentro y fuera del vestuario? A esta cuestión se enfrentan los directoras valencianos Edu Hirschfeld y Kevin Castellano, autores del corto Capitanes, que se ha presentado en el Cinema Jove estos días. “Hicimos una investigación muy amplia sobre el mundo del fútbol, porque somos aficionados y queríamos hacer una película sobre él fútbol. Había muchos temas, las apuestas ilegales, los jugadores que traen de otros países para explotarlos. Había muchas cosas, pero hubo un tema que nos sorprendió bastante que era este anacronismo tan bestial dela falta de visibilidad homosexual en los equipos, en todo tipo de equipos de todas las categorías”, explican los realizadores sobre la idea original de esta historia festiva y reivindicativa.
“Es muy llamativo que la sociedad esté mucho más avanzada de lo que lo están los equipos de fútbol, que se han quedado muy atrás en esto”, señalan y explican que no ha sido fácil obtener ayuda de los equipos. “Hemos hablado durante la preproducción con un par de jugadores de de Primera División que sí que lo han apoyado, pero en general el apoyo ha sido nulo y ningún equipo de fútbol nos ha dejado rodar en su campo”, cuentan. “Pero luego, cuando llega el orgullo, todos colocan en las redes la banderita con su escudo”
Capitanes comienza con una imagen de un campo de fútbol donde le partido se ha parado. Vemos a los jugadores ir de un lado a otro y los narradores del partido comentan que el árbitro ha parado el juego por insultos homófobos en las gradas. Después dos jugadores del mismo equipo discuten en solitario en uno de los vestuarios. “Nuestra idea desde el principio fue que la peli tenía que empezar con un partido de fútbol muy real y, poco a poco, lo queríamos ir convirtiendo en un mundo más surrealista, hasta llegar a una secuencia onírica que es el final. No queríamos hacer un dramón, sino más bien una celebración”. De ahí que la película acabe en una coreografía con un poso erótico con los jugadores dentro del vestuario, un intento de mostrar que algunas dinámicas que se dan en el fútbol, ese mundo de masculinidades hegemónicas por excelencia, también tiene su punto gay.”La secuencia final están las celebraciones que a nosotros siempre nos nos llama mucho la atención. Y encima bañados por la música del pasodoble. “Es algo muy mediterráneo, tenemos a Fellini, tenemos a Buñuel”. Los directores acudieron por consejo del cineasta Isaki Lacuesta a una escenógrafa y a bailarines en lugar de actores. “Lo que hemos es contarles a todos los bailarines la situación y darles expresiones que pudieran utilizar. Les llevamos a ver algunos partidos antes e hicimos capturas de partidos. La cuestión era hacer una realización cien por cien televisiva”.
Otro de los elementos que utilizan los directores es el sonido. Primero con esa narración y después con los insultos homófobos que los jugadores oyen desde el vestuario. “Todo eso merece un poco de responsabilidad por parte de todos, también entrenadores, de los clubes como entidades. Deben ser conscientes del altavoz que tienen. En realidad las aficiones en una afición es un retrato de la sociedad en miniatura. Al final, yo creo que la mayor parte de la gente, estoy seguro de aficionados, es un tema que tienen súper superado. Parece que es una cosa más como de interna de los clubes”, explican.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...