Pablo Benegas conoció a Amaia Montero de la manera más inverosímil: vestido de tuno, durante una quedada con amigos. El guitarrista y fundador de «La Oreja de Van Gogh» publica «Memoria» (Editorial Plaza y Janés), un libro muy personal que habla sobre la amistad y sobre cómo la música fue su vía de escape en aquellos años 80 y primeros 90, siendo hijo del histórico dirigente socialista Txiki Benegas. Por aquel entonces la presión ambiental de la banda terrorista ETA en una ciudad como San Sebastián era enorme. Benegas cuenta durante una entrevista en la SER, en «Hora 25» con Aimar Bretos, cómo consiguió que Amaia Montero se sumara a la Oreja. «Yo estaba en la tuna de peritos y nos invitaron a cenar a casa de una amiga. Allí estaba Amaia. Yo no sabía que cantaba, pero en un momento de la cena sus amigas le pidieron que cantara. Amaia pidió que apagaran la luz, supongo que porque se sentía más protegida, pero me quedé alucinado», explica el músico. El periodista y el guitarrista han paseado por algunos de los escenarios que marcaron la vida de la banda y su propia vida. La playa de Ondarreta, el bar Pokhara o el velódromo de San Sebastián. Benegas ha ahondado en ese primer contacto con Amaia Montero. «No me esperaba esa canción a capela. Me pareció algo increíble. Nosotros necesitábamos a alguien que cantara nuestras canciones. Le propuse venir a probar», relata el fundador del grupo. Curiosamente, tuvo que llamarla varias veces al teléfono porque Montero no quería coger la llamada. «A la tercera ya se puso ella. Las dos primeras veces me cogió doña Pilar, su madre, encantadora, mientras Amaia hacía gestos de que no», cuenta entre risas Benegas. «Es curioso qué cerca estamos muchas veces de que nos pasen cosas maravillosas», ha reflexionado. En el verano del 97, la Oreja vive el momento más «emocionante» de su historia. Ganaron el concurso Pop Rock de los 40 Principales, organizado por la SER. «En años anteriores, Amaia y Xavi fueron al despacho del director de Radio San Sebastián a pedir explicaciones porque no ganamos el premio. No nos habían ni seleccionado, pero con buen criterio, porque era infumable esa maqueta», relata con emoción Benegas. «Amaia le dio al grupo esa mentalidad ganadora. Esa necesidad de tirar palante y conseguir cosas. Lideró aquella noche del 97 y otros discos. No solo era una voz, sino que tenía la personalidad para liderar una banda», dice el guitarrista. «Hemos ganado muchísimos premios a lo largo de nuestra carrera, pero aquel premio de Radio San Sebastián fue especial. Ese primer premio no lo ha igualado nada. Es el origen, nos ayuda a recordarnos de dónde venimos, por qué nos juntamos, la ilusión. Creo que tener esa referencia ahí siempre te hace tocar tierra», reflexiona Benegas. «Son 30 años de carrera, de haber vivido muchas cosas. Siempre hemos intentado que aquello extraordinario no se convirtiera en algo ordinario. Nos hemos preocupado mucho por que cada vez que sacáramos un disco, fuera extraordinario», sentencia el fundador de la Oreja. Este fragmento forma parte de la entrevista de Aimar Bretos a Pablo Benegas en «Hora25», en la que recorren los escenarios que marcaron la vida del músico.