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Al menos 670 muertos y más de 2.000 sepultados tras un corrimiento de tierras en Papúa Nueva Guinea

La catástrofe ha ocurrido en una zona remota del norte del país y la avalancha ha cortado los accesos por carretera, lo que dificulta las tareas de rescate

Al menos 2.000 personas continúan desaparecidas, sepultadas tras un corrimiento de tierras que este sábado causó al menos 670 muertos en Papúa Nueva Guinea. El Centro Nacional de Desastres del país ha informado de que los equipos de rescate trabajan para encontrar supervivientes en la zona, una región montañosa del norte.

Las tareas de rescate y recuperación se están viendo enormemente dificultadas porque la avalancha ha dejado toda la zona cerrada al paso de los vehículos. Además, la zona no es ni mucho menos estable.

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Vídeos publicados por residentes de la zona en redes sociales, recogidos por Reuters, muestran a personas escalando por el manto de rocas y tierra, armados con palas y picos para tratar de encontrar supervivientes, escuchando los gritos de las personas enterradas vivas.

La avalancha ha afectado, según las autoridades, a 150 edificios al menos pero resulta difícil hacer un cálculo de la población afectada, pues la catástrofe se ha producido en una zona montañosa plagada de pequeños núcleos de población sin censar. Los edificios afectados han quedado cubiertos por una capa de 8 metros de piedras, tierra y barro.

El secretario de general de Naciones Unidas, António Guterres, trasladó este domingo su solidaridad con el pueblo y el Gobierno de Papúa Nueva Guinea. Guterres, que se ha mostrado "profundamente entristecido por la pérdida de cientos de vidas" y ha expresado "su más sentido pésame a las familias de las víctimas", ha indicado que la ONU y sus socios están apoyando los esfuerzos de respuesta del Gobierno papú.

Asimismo, ha subrayado que el organismo internacional está "dispuesto a ofrecer asistencia adicional en este momento difícil", tal y como ha indicado el portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, en un comunicado.

La directora de Care International para el país, Justine McMahon, avisó además de que la avalancha ocurrió en un lugar marcado por recientes luchas tribales que dejaron en febrero en torno a 50 muertos y acabaron expulsando a las comunidades afectadas precisamente a las tierras altas arrasadas por la avalancha. De hecho, un nuevo episodio de estos enfrentamientos ha dejado ocho muertos y más de una treintena de edificios quemados en la cercana localidad de Tambitanis.

 
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