Ciencia y tecnología

El verano de 2023 fue el que registró más calor en 2.000 años

Científicos de la Universidad británica de Cambridge demuestran este récord analizando las cortezas de los árboles milenarios

Varias personas intentan aliviarse del calor en Bilbao durante la quinta ola de calor del verano, en agosto de 2023. / Javier Zorrilla (EFE)

Varias personas intentan aliviarse del calor en Bilbao durante la quinta ola de calor del verano, en agosto de 2023.

Madrid

El verano del 2023 ha sido el más caluroso en el hemisferio norte en los últimos 2.000 años, porque su temperatura media ha superado en casi cuatro grados al más frío en este mismo periodo.

Así lo ha demostrado un equipo de científicos de la prestigiosa Universidad de Cambridge y de la alemana “Johannes Gutenberg” de Maguncia, después de analizar una serie de anillos de árboles que han crecido durante los dos últimos milenios.

Por lo tanto, esta nueva investigación, que publica la revista Nature, demuestra que el último verano en el hemisferio norte ha registrado las mayores temperaturas desde el apogeo del mismísimo Imperio Romano, superando los extremos de la variabilidad climática natural en medio grado Celsius.

"Cuando se analiza el largo recorrido de la historia, se puede ver cuán dramático es el reciente calentamiento global", advierte el profesor Ulf Büntgen, investigador del Departamento de Geografía de Cambridge.

La mala noticia no es que 2023 fue un año con un calor de récord, sino que esta tendencia continuará durante el 2024, si no se reducen, de forma drástica, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Superado el límite legal

Estos nuevos datos también demuestran que en el hemisferio norte ya se ha incumplido el Acuerdo de París, firmado por 200 países en el año 2015, porque se ha superado ya el límite máximo de calentamiento de 1,5 °C que establece este acuerdo mundial.

Estos investigadores han comprado los primeros datos instrumentales, registrados desde 1850, con un conjunto de datos de anillos de árboles a gran escala.

En concreto, los investigadores calcularon que las condiciones del verano de 2023 en el hemisferio norte fueron 2,07 °C más cálidas que las temperaturas medias del verano entre 1850 y 1900.

Los anillos de los árboles pueden proporcionar este contexto, ya que contienen información anual sobre las temperaturas de los veranos del pasado.

Períodos fríos

Los datos disponibles sobre los anillos de los árboles revelan también que la mayoría de los períodos más fríos de los últimos 2.000 años (como la Pequeña Edad del Hielo del siglo VI y la Pequeña Edad del Hielo de principios del siglo XIX) fueron provocadas por grandes masas de “nubes volcánicas” ricas en azufre.

Estas erupciones arrojan enormes cantidades de aerosoles a la estratosfera y esto formó una “sombrilla a escala planetaria” que provocó un rápido enfriamiento de la superficie.

De hecho, el verano más frío de los últimos dos mil años fue el 536 d.C., siguió a una erupción de este tipo y fue 3,93 °C más frío que el verano de 2023.

Períodos más cálidos

En cambio, la mayoría de los períodos más cálidos cubiertos pueden atribuirse al patrón climático de El Niño.

El Niño afecta el clima en todo el mundo debido al debilitamiento de los vientos alisios en el Océano Pacífico y, a menudo, provoca veranos más cálidos en el hemisferio norte.

Sin embargo, en los últimos 60 años, el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero está provocando que los fenómenos de El Niño se vuelvan más fuertes, lo que da como resultado veranos más calurosos.

De este modo, se espera que el actual episodio de El Niño continúe hasta principios del verano de 2024, por lo que es probable que este verano vuelva a batir récords de temperatura.

"El calentamiento en 2023, causado por los gases de efecto invernadero, se verá amplificado adicionalmente por las condiciones de El Niño, por lo que terminaremos con olas de calor más largas y severas y períodos de sequía prolongados", anuncia Jan Esper, profesor de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz en Alemania.

Los investigadores señalan que sus resultados son sólidos para el hemisferio norte, pero es mucho más difícil obtener datos globales para el mismo período en el hemisferio sur, por varias razones.

Además, el hemisferio sur también responde de manera diferente al cambio climático, ya que está mucho más cubierto de océanos que el hemisferio norte.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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