Fuego y chinchetas
Ocio y cultura

Los 10 años más ácidos de Ángel Stanich

El ermitaño del rock homenajea a su disco debut 'Camino Ácido' en la sala Galileo Galilei, la misma donde lo presentó en 2014

Ángel Stanich, junto a su antigua y actual banda, en la sala Galileo Galilei / Maite Moreno

Ángel Stanich, junto a su antigua y actual banda, en la sala Galileo Galilei

Mucho ha llovido desde aquel concierto del 23 de abril de 2014 en la sala Galileo Galilei de Madrid donde un tipo con barba larguísima y pelo alborotado presentó el que era su primer disco llamado Camino Ácido. Hasta en el desierto pasa el tiempo —e incluso llueve—, aunque en Ángel Stanich no se note. De por medio, su segundo trabajo Antigua y Barbuda, algún que otro EP como Máquina y Una Visión Global Bastante Aproximada, su disco más reciente Polvo de Battiato e incontables conciertos, viajes y festivales. ¡Hasta alguna entrevista! 10 años ácidos (y de morderse muy poco la lengua) después, Ángel Estanislao Sánchez Durán regresó a las mismas tablas donde prácticamente todo empezó.

Ángel Stanich ya llenó esta histórica sala de conciertos. Ni un Real Madrid-Bayern de Múnich de Champions pudo con él hace una década. Las comparativas con Bob Dylan, Quique González, Leiva, Coque Malla y compañía... empezaron a repetirse en las crónicas de aquellos tiempos, pero su estilo único y su personalidad chanante le han convertido en un artista tan especial que ya no existen comparaciones. Simplemente es Ángel Stanich. El ermitaño del rock. No hace falta recordar noches épicas de su carrera, solo basta con ver qué pasó cuando anunció que tocaría íntegro su Camino Ácido en la Galileo Galilei. Dos fechas y lleno hasta la bandera.

Aquel chaval de Santander que estudió periodismo en Valladolid quizás nunca se imaginaba esta trayectoria. Pero ahí salió, bastantes años después, solo, con su guitarra, otra vez en la Galileo Galilei. Silencio sepulcral y los primeros acordes de Amanecer Canibal. Álex Izquierdo, Víctor Pescador, Lete y Jave Ryjlen, la Stanich Band, salieron mientras las 'lucecicas' se encendían y apagaban sobre el escenario para acabar con ese "down, canibal dawn" con sonidos del oeste. Mojo, de su EP Cuatro Truenos Cayeron que sirvió de continuación de su disco debut, enlazó a la perfección en un inicio que puso en pie a los de las mesitas de atrás. "Se está quemando", repetían todos. Le siguieron el baladón Miss Trueno '89 y un primer gran disparo con El Cruce.

Un homenaje en el que Stanich y cía intentaron "colocarse igual" que hace diez años. "De posición", añadió entre risas. Un bolo lleno de emociones y que dejaban huella en el concierto del viernes tras lo sucedido un día antes en ese mismo lugar. De tocar más noches allí, a Víctor (guitarrista) se le iba a poner cara de Faemino y a Álex (bajista) de Cansado, en alusión a las grandes noches de monólogos que también se viven en la mítica sala de la capital española. "Y a mi de Galileo Galilei", siguió Ángel. Un artista que además de su buen hacer en la música, podría hacer carrera como humorista: "Imagino que ningún terraplanista tendrá, paradójicamente, las 'esferas' de venir a esta sala". Un discurso —menos político que otras veces— con el que dio paso a los invitados Javier Vielba 'El Meister' y Guille Aragón (de Arizona Baby y Oihan, su proyecto personal), con los que tocaron la canción que da título a ese primer trabajo.

Y todos saben que cuando Ángel Stanich pilla la armónica, hay que escuchar con atención. Siempre pasan cosas. La Noche del Coyote, El Río, con su "Siri, siri, siri", y Jesús Levitante, con la intermitente presencia del Meister, dieron continuidad a la parte central del concierto. "Quizás la que acabamos de tocar no os acordabais de ella, pero ahora vamos con otra que no llegamos ni a grabar", explicó en relación a las inéditas El Menor y Hey Hey My Wy. El público ya había dejado de picar cacahuetes para las "últimas curvas" antes del pelotazo con Carbura, de las canciones más reconocidas de su repertorio. Con el puño en alto, desaparecieron del escenario. Pero no por mucho tiempo, ya que a los pocos minutos regresaron en buena compañía. Martí Perarnau y Zahara, que juntos forman _Juno, presentaron junto al protagonista de la noche, y por primera vez, su preciosa CHEVY 57.

Lete dejó su sitio a Guille Aragón, Víctor Pescador a Vielba y allí estaban todos, los mismos que tocaron aquel 23 de abril de 2014 en la sala Galileo Galilei. "Cita para emocionarse", aseguraron. Un concierto a la altura de la efeméride, con un final apoteósico con el Outsider, Mezcalito y Metralleta Joe. Varias generaciones vibraron con el reconocidísimo grito de "el tipo en quien confía el carnicero cuando quiere el género fresco" mientras manteaban a un artista que esa noche puso la guinda a un disco honesto, diferente y capital en su carrera. "Si ayer no pudisteis venir, que sepáis que hicimos lo mismo. 'Clavao'", sentenció Stanich con su gracia habitual. Quién sabe si dentro de 10 años volveremos a estas mismas tablas para celebrar el 20 aniversario, pero lo que está claro es que la noche se alargó, porque la celebración lo merecía. Eso sí, esperamos que ningún beatle muriese de sed en la quilla de algún desierto.

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Íñigo Renedo

Íñigo Renedo

Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....

 
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