Éxito de Netanyahu

Madrid

Asombroso éxito de Netanyahu. En solo seis meses, ha logrado matar a 33.000 palestinos indefensos en Gaza. Entre ellos, a muchos niños. Ha destruido la mitad de los edificios de la franja. Ha llevado la hambruna a casi dos millones de personas. Ha erosionado el prestigio del pueblo judío, la admiración que suscita y el respeto universal por su sufrimiento histórico. Ha roto la imagen que aún pudiera tener el Estado de Israel. No ha sumado ni un solo Estado a su favor. Ha provocado a Irán bombardeando su consulado en Damasco. Ha eliminado a 200 militantes solidarios de oenegés desinteresadas, algunos a golpe de misil perfectamente dirigido y milimetrado. Y afronta un juicio por genocidio ante el prestigioso Tribunal Internacional de la Haya.

Lo único que no ha logrado eran los dos objetivos de su guerra: liberar a los rehenes que el grupo terrorista Hamás guardaba en su poder: quedan muchos vergonzosamente prisioneros. Y eliminar a su cúpula. Se estima que podría haberse quitado de en medio a la mitad de los milicianos, unos 13.000, pero el resto sigue ahí. Y ha fulminado a alguno de los dirigentes, pero los dos principales siguen intactos.

Cuando en una empresa privada consigues todo lo que no perseguías, sino lo contrario. Y ninguno o casi ninguno de los objetivos marcados, ¿cuál es tu futuro?

Mientras se plantea esta cuestión, el Ejército que ha movilizado este irresponsable primer ministro suspende buena parte de sus operaciones. Le llaman retirada para preparar una contraofensiva. Quizá en realidad sea un alto el fuego vergonzante, impulsado por Washington, para comprar tiempo y encontrar alguna salida. Lo que se discute otra vez en Egipto. Quizá la única salida viable exija primero su salida de escena.

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