Acabarán en la cárcel

Madrid

Uno de los mayores escándalos del franquismo fue la quiebra fraudulenta del llamado imperio Sofico, un conjunto de empresas inmobiliarias que estafó sus ahorros a miles de pequeños inversores. Miles de ciudadanos que reunían moneda a moneda de aquellas antiguas pesetas para pagar la entrada de un pequeño apartamento en la Costa del Sol, un verdadero sueño de clase media de los años sesenta. La empresa parecía muy sólida porque en el consejo de administración figuraban nada menos que tenientes generales, el antiguo jefe de seguridad del mismísimo Francisco Franco y algún magistrado. Todos ellos fueron eximidos de responsabilidad por el Tribunal Supremo de la época. Nadie recuperó su dinero y solo dos personas, dos civiles, fueron juzgadas, aunque tampoco llegaron a ir a la cárcel. Fue un escándalo enorme que puso de relieve todas las lacras de aquel régimen. Muchas cosas han cambiado, pero, por lo que se ve, las estafas inmobiliarias, no. Hoy mismo, se ha admitido a trámite la querella por una enorme y presunta estafa de 1.172 viviendas vendidas, pero jamás construidas, por el llamado Grupo 21 en localidades costeras de Granada, Murcia y Almería. Afortunadamente, las cosas son ahora muy distintas y acabarán de otra manera. Los estafadores terminarán, no tengan duda, en la cárcel.