Las inundaciones que azotan el extremo nororiental de Australia han arrastrado cocodrilos hasta ciudades y comunidades aborígenes, lo que ha provocado que las autoridades pidan precaución a los vecinos. En la ciudad de Ingham, con unos 5.000 pobladores, uno de los vecinos avistó un cocodrilo de más de un metro de longitud en un desagüe del centro de la localidad, que más tarde fue capturado. En un vídeo, se ve al reptil emerger de las aguas, mientras que a unos pocos metros varios vehículos circulan por una carretera. «¡Urgente! Hay un cocodrilo en el cruce del puente. Padres, mantengan a sus hijos alejados del área», apuntó en un mensaje en Facebook la remota comunidad aborigen de Wujal Wujal que alertaba que había niños bañándose en aguas cercanas. Las lluvias torrenciales que caen desde hace días se deben al ciclón Jasper, que tocó tierra el pasado miércoles cerca de la comunidad aborigen y se debilitó para convertirse en tormenta. El vicealcalde de Wujal Wujal, Regan Kulka, relató que se vio obligado a nadar junto a su perro por aguas infestadas de cocodrilos cuando la tromba de agua entró a su casa cerca de la medianoche. Es difícil «predecir lo que se esconde bajo la superficie», advirtió hoy el Servicio de Incendios y Rescate de Queensland en referencia a la posible presencia de más cocodrilos. Las inundaciones han dejados aislados a un número indeterminado de personas en la comunidad aborigen tras tenerse que abortar el operativo aéreo de rescate previsto debido a las copiosas lluvias. Sin embargo, en otras localidades, como la turística ciudad de Cairns, cuyo aeropuerto canceló o retrasó decenas de vuelos a raíz de los limpieza en la pista de aterrizaje, se espera que las aguas comiencen a amainar durante esta jornada. Si bien los ciclones de gran poder no son comunes en Australia, cada cierto tiempo alguno golpea el norte del país oceánico, como el ciclón Yasi, de categoría cinco, que arrasó el estado nororiental de Queensland en febrero de 2011, y dejó un muerto y cuantiosos daños.