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Penes pequeños y lluvia dorada, una historia del porno en el Museo del Prado

A lo largo de la historia hemos usado el arte como decoración, para emocionarnos o como herramienta de propaganda política. Pero también como pornografía. En la antigüedad, a falta de revistas porno, películas o vídeos de internet usaban los cuadros para, digamos, calentar motores

Madrid

Muchas veces me encuentro con educadores o padres que me dicen: "Oye, tengo hijos o alumnos adolescentes y no hay manera de meterlos en un museo. ¿Cómo puedo hacer que se interesen por el arte?". Y la mejor respuesta es esta: el arte está lleno de sexo. Oyen esto y se les levantan las orejas inmediatamente. Les puedes decir a los jóvenes que el arte te hace más sensible, más inteligente, que aprendes de la vida, pero les va a dar igual. Diles que los museos están llenos de sexo y se lanzarán de cabeza. Es la mejor forma de hacer que se interesen. Y además van a aprender cosas sobre el sexo, el amor y la vida en general.

En el Museo del Prado, el más clásico y serio de los museos de España, hay mucho sexo. Muchísimo. Incluso donde jamás te lo imaginarías. Mira este cuadro: ‘Mercado’, de Joachim Beuckelaer (1564). Tiene casi 500 años. A simple vista, ves cinco campesinos en un mercado vendiendo diferentes productos: vino, queso, pan… Una escena inocente. Pero si te fijas bien, varios de ellos nos están ofreciendo diferentes aves: patos y pollos principalmente. En flamenco, y también en alemán, la palabra ave ('vogel') tenía dos significados. ‘Vogel’ significaba ‘ave’. pero también un término coloquial para decir ‘sexo’. Algo así como ‘follar’. Así que, lo que a primera vista parece que son unos vendedores ofreciéndonos pato, en realidad son gente proponiéndonos sexo. Y cuando sabes esto, ya empiezas a mirar los productos que se ven en el cuadro de otra forma. Los huevos, la leche… Mira los cuellos de pato alargados: ¿no te recuerdan a algo? Observa los conejos peludos, o los pollos desplumados, como ciertas partes depiladas de la anatomía femenina.

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Este tipo de cuadros eran muy populares entre los ricos de Flandes en aquella época. Se usaban para decorar el comedor. Durante mucho tiempo se creyó que eran una crítica a la vida indecente del pueblo llano, guiados por el deseo y no por el espíritu. Pero hoy los historiadores creen que eran un elogio. Por un lado, a los agricultores y ganaderos, que con su trabajo duro llenaban las despensas de los ricos. Pero por otro, era un homenaje al sexo: éste, igual que la comida, ayuda a cubrir nuestras necesidades físicas y a que vivamos felices. Esta es la explicación intelectual, la excusa para colgarlos ahí y que nadie pensara que eras un salido. Lo cuelgas para homenajear a la vida campesina, el alimento, el sexo, la vida… Pero la mayoría lo tenía para ponerse a tono sin que nadie les denunciara por obscenos y sin que la iglesia les metiera en la cárcel.

Lluvia dorada

La Iglesia prohibía los cuadros sexuales, pero había. Mira este que también está en el Museo del Prado: ‘Dánae recibiendo la lluvia de oro’, de Tiziano. Vemos a una mujer desnuda, tumbada en la cama. Esto ya suponía un escándalo porque no se podía pintar mujeres desnudas. Pero lo especial de este cuadro es que esta mujer se está tocando entre las piernas. Parece que se está masturbando. Y eso ya te puedes imaginar que la Iglesia Católica no lo toleraba.

Pero si te cuento la historia que narra el cuadro, el erotismo se convierte en porno puro. Esa mujer es Dánae, la hija del rey de Argos. Zeus, que es un salido, quiere acostarse con ella sea como sea. Pero el padre de Dánae no quiere que eso pase. Así que la encierra en una habitación secreta para que no la encuentre. Pero Zeus averigua dónde está y, para poder colarse en la habitación por la ventana, se convierte en una lluvia de oro. Lo que vemos en el cuadro es justo el momento en el que Zeus, en forma de lluvia dorada, ha entrado en el cuarto y cae sobre ella. Simboliza el encuentro sexual. Ella, toda excitada, se toca entre las piernas porque se las está abriendo para permitir que Zeus, la lluvia de oro, penetre dentro de ella. Porno puro. De hecho, el nombre de lluvia dorada que usamos para nombrar esa actividad sexual viene de esta historia mitológica.

Sexo, erotismo y poder en la antigua Roma

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Estos cuadros sólo podían tenerlos reyes o gente muy poderosa porque la Iglesia lo prohibía terminantemente. Hay varias versiones de esta pintura: una muy parecida la encargó un cardenal (Alessandro Farnese) para recordar los amoríos que tuvo con una cortesana. El del Prado lo compró Felipe IV para decorar su sala favorita del palacio: la sala porno. En ella estaban los cuadros más eróticos del mundo, que iba buscando y comprando por todo el mundo para colgarlos aquí; y ya te puedes imaginar lo que hacía en los ratos a solas en esa sala.

Penes pequeños, el ideal griego

Igual te has fijado alguna vez que en las esculturas de la Grecia antigua, todos los hombres tienen el pene llamativamente pequeño. Sorprende porque siempre retratan a dioses, héroes, gobernantes… Y siempre son hombres guapísimos, cuerpos perfectos, músculos, tabletas... El pack completo. Todas esas esculturas representan el ideal masculino de belleza, la perfección para la gente de aquella época. Y curiosamente todos tienen el pene pequeño.

En la Grecia antigua el pene pequeño representaba el ideal de belleza porque era una forma de indicar que ese hombre era formal, moderado. Alguien con pene grande era una persona viciosa que se dejaba llevar por el deseo y los instintos primarios, alguien primitivo. Se representaba con pene grande a bárbaros, salvajes, enemigos o sátiros. Gente malvada que se dejaba llevar por las pasiones y la violencia. Si lo tienes pequeño indica que eres más racional, equilibrado, que actúas con la cabeza y no con los genitales. La potencia importante no es la sexual, sino la intelectual. Es el cerebro lo que criará hijos inteligentes que sobrevivirán mejor. Así que aquí hay un dato importante para quien viva acomplejado con el tamaño. No siempre ha sido importante.

Pablo Ortiz de Zárate

Pablo Ortiz de Zárate

Educador de arte, colaborador de 'Hoy por Hoy' con la sección 'El Artesano'. Está especializado en el...

 
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