La monarquía y la neutralidad
La liturgia del acto de hoy hace semejar la monarquía española más con las monarquías nórdicas que al boato de la monarquía británica, que tuvo que desplegar recientemente
La monarquía y la neutralidad
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Madrid
La monarquía y la neutralidad. Para aquellos ciudadanos especialmente monárquicos, lo más significativo de que la princesa Leonor haya jurado la Constitución es que garantiza la neutralidad de la Jefatura del Estado. El Jefe de Estado, según ese texto constitucional, carece de poder político efectivo. La realidad en la que ha jurado no es perfecta. Hay excepciones, por ejemplo, que en estos años no se ha cambiado la Constitución para que desaparezca la prevalencia del hombre respecto a la mujer en este asunto. La ausencia forzada de los abuelos de Leonor, Juan Carlos y Sofía, del acto de las Cortes Generales. La ausencia voluntaria de algunos ministros, que se han olvidado que representan al conjunto de la ciudadanía, independientemente de su legítima ideología. Y, sin embargo, pese a ello, y como ha apuntado la historiadora Isabel Burdiel, a la princesa se la va a exigir la perfección frente al conjunto de la sociedad. Suerte. La liturgia del acto de hoy hace semejar la monarquía española más con las monarquías nórdicas que al boato de la monarquía británica, que tuvo que desplegar recientemente todos sus recursos. Recuérdese que los países en los que ejercen esas monarquías son los países de más calidad democrática del mundo. Una cosa no tiene que ver con la otra, pero es lo que hay.
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...