La Patagonia argentina ya aguarda el inicio del Reto Pelayo Vida 2023

El Chaltén (Argentina)

Después de nueve ediciones, el Reto Pelayo Vida sigue transportando por el mundo un mensaje de ilusión y de esperanza para las mujeres que cada año son diagnosticadas con cáncer en nuestro país. En este 2023, la Patagonia argentina y chilena es el escenario donde las cinco participantes deberán desenvolverse y superarse de nuevo a sí mismas. Si descontamos la Antártida y Groenlandia la Patagonia posee la tercera placa de hielo más extensa del mundo. El campo de hielo patagónico sur tiene una superficie de casi 17.000 kilómetros cuadrados, salpicada por montañas que rondan los 3.000 metros de altitud.

El hielo, la roca, la altura y el frío son los obstáculos a batir para Laura Villa, Kica Echanove, Anna Blanco, Sonia Saiz y Yolanda Cerezo. Para llegar al otro lado del mundo, las integrantes de esta edición han sido elegidas entre casi 500 candidatas, teniendo que superar exigentes pruebas en Sierra Nevada y los Alpes. Ellas engordan una lista de 46 participantes ya en el Reto Pelayo Vida a lo largo de la última década.

Aunque cada una proviene de un lugar diferente de España (Laura es turolense, Kica toledana, Anna valenciana, Sonia cántabra y Yolanda madrileña) y de un entorno distinto (vienen del mundo de la enseñanza, del periodismo, de la arquitectura o de la enfermería), ahora todas deben formar un equipo bajo la batuta de la alpinista granadina Rocío Monteoliva. El objetivo es completar el desafío a finales de la próxima semana dentro de un marco incomparable: “es completamente diferente a lo que vimos en los Alpes y Sierra Nevada. Es como una postal, lo que has soñado durante meses lo tienes delante”, explica Yolanda Cerezo en los días previos al inicio de la aventura.

Tras un largo vuelo desde Madrid a Buenos Aires y el posterior traslado desde la capital argentina al provincia patagónica de Santa Cruz, las expedicionarias aguardan el inicio del Reto en la localidad de El Chaltén, desde donde vislumbran varios de los gigantes de roca y hielo que tendrán que sortear en los próximos días. "Ver el Cerro Fitz Roy tan cerca y a la vez tan lejos es impresionante. Hay muchos nervios pero también muchas ganas", dice una emocionada Kica Echanove. Las cumbres nevadas aparecen y desaparecen constantemente entre las nubes, y es que las lluvias y el viento también piden paso en las horas previas al inicio del viaje y amenazan con tener su cota de protagonismo.