Un tren de eurodiputados que iba de Bruselas a Estrasburgo acaba por error en Disneyland
El maquinista se equivocó y tomó la vía que llevaba a la estación Marne-la-Vallée Chessy, situada al lado del conocido parque infantil
Imagen archivo del castillo de Disneyland París. / Pascal Le Segretain
Estrasburgo
Un tren de pasajeros que efectuaba el recorrido entre Bruselas y Estrasburgo (Francia) para llevar a eurodiputados y funcionarios a la sesión plenaria del Parlamento Europeo ha acabado este lunes por error en la estación del parque temático Disneyland de París, con un retraso de 46 minutos y muchas chanzas de los viajeros en las redes sociales.
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El maquinista cometió un error después de salir del aeropuerto Charles de Gaulle de París y tomó la vía que llevaba a la estación Marne-la-Vallée Chessy, situada al lado del conocido parque infantil, ha confirmado la SNCF, empresa que gestiona el sistema ferroviario francés.
Uno de los trabajadores parlamentarios que iba en el tren ha explicado que, aproximadamente diez minutos después de salir del aeropuerto, el maquinista les ha informado por megafonía de que había tomado la vía equivocada y que debía corregir la ruta, lo cual ha hecho en la estación a las puertas de Disneyland. En total, calculó, estuvieron parados unos 20 minutos y la llegada a Estrasburgo fue 46 minutos después de la hora prevista inicialmente.
"Equipo Disneyland", escribía en X (antes Twitter) la eurodiputada liberal neerlandesa Samira Rafaela, compartiendo una foto desde el vagón de la cafetería con su compatriota socialista Mohammed Chahim.
El viaje formaba parte del desplazamiento mensual que los eurodiputados y sus equipos realizan desde Bruselas, donde se lleva a cabo prácticamente todo el trabajo de comisiones y del día a día, hasta Estrasburgo, donde se celebran los plenos durante cuatro días cada mes.
Aunque esta duplicidad de sedes parlamentarias se ha criticado por ser poco práctica y por la huella de carbono que deja, la celebración de doce plenos al año en la ciudad francesa está garantizada por los tratados europeos y París la defiende a ultranza.
