Carla Simón: "Hacer cine es una forma de vivir, una manera de estar en el mundo y observarlo, mi vida y mi cine siempre van de la mano"
La directora catalana recoge el Premio Nacional de Cinematografía hablando de la fragilidad de estos tiempos de cambio, donde se abre camino un nuevo cine feminista pero hay riesgo de volver a una censura política al arte
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La directora Carla Simón posa con el Premio Nacional de Cinematografía 2023, este sábado en el 71 Festival Internacional de Cine de San Sebastián. EFE/Juan Herrero. / Juan Herrero (EFE)
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San Sebastián
Carla Simón siempre ha defendido que su cine es íntimo y político. Sus dos películas, Verano 1993 y Alcarràs, simbolizan el gran cambio en el cine contemporáneo español. No solo por los premios o la incorporación de una nueva generación de directoras a la industria, sino porque hay una nueva mirada dentro y fuera de la pantalla, hay una nueva manera de entender el oficio que pone en el centro la comunidad, el proceso y los cuidados. "Hacer películas es un acto de comunicación con el otro y, por eso, nos exponemos, nos abrimos, nos damos y, sobre todo, compartimos nuestra visión sobre el mundo para así, quiero pensar, hacerlo un lugar más humano, más abierto, compresible y empático", ha explicado la cineasta en su precioso discurso al recoger el Premio Nacional de Cinematografía.
Frente a la contradicción del egoísmo creativo, Simón propone abrir espacios para un cine que capture lo humano, que sirva de diálogo y que cambie las dinámicas asociadas al artista. "El cine me obsesiona desde que lo descubrí, no sería tan feliz sin hacer películas, sin estos pinchazos de júbilo, casi diría de éxtasis, cuando un proyecto va tomando forma. Para mí hacer cine es una forma de vivir, una manera de estar en el mundo y observarlo, mi vida y mi cine siempre van de la mano. Siento que hay que disfrutar cada momento del proceso, yo me he creído ese discurso del sufrimiento, que el sufrimiento hace buenas películas hasta ayer, es un poco del discurso establecido y está en nuestras manos cambiarlo, esforzarse no significa sufrir y debemos encontrar una manera amable de hacer cine", ha reivindicado en una alocución donde ha agradecido a muchas pioneras que abrieran camino -Agnès Varda, Chantal Akerman, Pilar Miró, Josefina Molina, Isabel Coixet...- y ha celebrado que ahora pueda compartir esta pasión de contar historias con una generación de amigas.
Una de esas amigas es Elena López Riera, encargada de dedicarle unas palabras junto a Meritxell Colell en el acto del Ministerio de Cultura. La directora de El agua ponía en valor su honestidad, su valentía y la forma en que se ha convertido en un referente para futuras generaciones. "Es una premio a una comunidad, gracias por demostrar que podíamos reapropiarnos del cine y llevarlo a nuestras pueblos y lenguas. Después de ti ninguna niña de pueblo pensará que es imposible hacer películas", decía emocionada Riera. Ese es uno de los grandes cambios de nuestro cine en el siglo XXI, la llegada de los hijos y las hijas de la clase obrera a una industria donde es difícil acceder.
Carla Simón ha destacado los progresos en este sentido pero también ha lanzado una advertencia sobre la fragilidad de los avances. "Qué emocionantes y a la vez qué contradictorios son estos tiempos de cambio. Por fin hay mujeres haciendo cine, estamos ante una tímida democratización de nuestro oficio, algunas maneras de trabajar han quedado obsoletas, hay ciertas historias que estamos apartando de nuestro viejo imaginario y otras historias que nunca se habían contado desde estas nuevas perspectivas pero, a su vez, y por inverosímil que parezca en 2023 todavía se censuran películas y obras de teatro por razones políticas", ha alertado para también señalar la deriva de la industria y hacer una férrea defensa del cine independiente.
"Se habla de contenido para describir una serie de televisión o una película, y de consumidores para describir a sus espectadores. Siento que ahora más que nunca hay que seguir protegiendo al cine independiente, un cine con alma que es fruto de una búsqueda, de un riesgo, de unos retos, de unas dudas, de un juego, un cine que nos sale de dentro porque expresa algo honesto que tiene que ver con nuestra existencia. Este cine que necesita tiempo, mimo, pensamiento y rigor, que puede ser oscuro pero siempre encuentra alguna luz", añadía Simón, quien ha agradecido especialmente el premio a su productora, María Zamora, la persona que la ha acompañado en toda su carrera.
Desde Verano 1993, película que fue un revulsivo en nuestro cine y le abrió las puertas a los festivales internacionales, a Alcarràs, su segundo trabajo, con el que logró ganar el Oso de Oro en la edición de 2022. El premio en Berlín es un hito para el cine español, desde 1983 ningún director español había logrado ese galardón. El último fue ese año Mario Camus con La colmena. Simón, primera mujer en conquistarlo, todavía no había nacido. "Con solo dos largometrajes ha marcado la historia del cine reciente en nuestro país, una trayectoria breve pero ya indiscutible en su solidez y personalidad, reconocida además por el éxito nacional e internacional. Una carrera que no es sino la promesa de una mucho más larga y fructífera", destacaba precisamente el ministro Miquel Iceta en la presentación.
El ministro también ha recordado la aportación que esta corta carrera supone para todas las mujeres en la industria. "Este premio, permíteme la osadía, es también para todas las mujeres que te acompañan, para todas tus compañeras de profesión y generación, para todas aquellas mujeres que con vuestro ejemplo y vuestra lucha estáis haciendo del mundo del cine un lugar más igualitario, más diverso, mejor". Alcarràs tuvo una gran dimensión internacional, estuvo en la carrera de los Oscar, y tuvo nominaciones a los principales premios internacionales. La historia de una familia de agricultores que asiste al último verano y a su última cosecha, pues las tierras han sido vendidas. Un retrato de la familia, del trabajo, pero también de un momento concreto en España que Simón trazaba con sutileza y sumo cuidado, con un estilo y una sensibiliad que, desde diferentes autorías, comparte con compañeras de generación como las citadas Elena López Riera y Meritxell Colell. "Celebramos el amor al cine como una espacio de comunidad, de vínculos, un cine honesto y valiente, hecho desde el compromiso con la vida, que apela a las relaciones humanas en toda su necesidad, que clama por amar", decía Colell sobre un modo de entender el oficio que tiene más que ver con compartir que con competir.
En un momento donde es polémica la inclusión de las lenguas cooficiales en el Congreso, el cine es un ejemplo de que el arte va por delante de la política, como ha dicho la propia cineasta después en un corrillo con la prensa. "Vivimos en un país muy plural y necesitamos que haya películas en todos los idiomas. Tanto con Verano 1993 y Alcarràs, películas rodadas en catalán, ha sido muy bonito viajar y ver que la gente descubría que existía otra lengua. La cultura tiene ese poder, el de exportarnos y darnos a conocer", ha zanjado.
Precisamente su propia película será en en español, gallego, catalán y francés, según ha confirmado la propia directora sobre su tercera película, 'Romería', en proceso de preproducción y casting. Solo ha develado que la historia transcurre en Vigo, que le apetece rodar en el mar, y que contará con actores profesionales para un rodaje previsto para el verano de 2024. Carla Simón tiene trabajo por delante porque hoy también se ha anunciado que ya tiene en mente un cuarto largometraje, un musical flamenco ambientado en la barrio de La Mina de Barcelona. "Entiendo este premio como un empujón, por las película que vendrán. Larga vida al cine independiente", ha concluido la autora en un acto en el sus amigas la han descrito como generosa y magnética, igual que su cine.
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José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...