Las lenguas no son patrimonio de nadie
"No se es más vasco por hablar solo euskera ni se es más español por hablar solo castellano. Quizás los diputados que mejor representen a sus ciudadanos sean aquellos capaces de intercalar las dos lenguas con naturalidad"

Punto y 25 | Las lenguas no son patrimonio de nadie
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Borja Sémper, el portavoz popular en el Congreso, hizo bien en mezclar castellano y euskera en su intervención del pasado martes. Su objetivo era interesante. Quería demostrar algo difícil, pero cierto: que es compatible rechazar que las lenguas cooficiales se usen como lengua única en la cámara baja con proclamar que se aprecia, se conoce y se habla una de esas lenguas. La maniobra le salió mal, desde luego. Sobre todo porque los que no entendieron nada de nada fueron sus propios correligionarios, muchos de los cuales acabaron irritadísimos con su portavoz. Es una pena. Las lenguas no son patrimonio de nadie y se debería poder ser muy de derechas, de izquierdas o de centro y hablar y amar el euskera, el catalán o el gallego. No se es más vasco por hablar solo euskera ni se es más español por hablar solo castellano. Quizás los diputados que mejor representen a sus ciudadanos sean aquellos capaces de intercalar las dos lenguas con naturalidad. Un idioma, decía Noam Chomsky, no son solo palabras, sino también una cultura. Y eso es lo que ha entrado en el Congreso con el nuevo reglamento.

Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...