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Venecia 2023 | Ava DuVernay pone patas arriba el concepto de raza en la fallida 'Origin'

La directora, primera afroamericana en competir por el León de Oro, firma una película con un potente y revolucionario mensaje pero que acaba siendo un melodrama convencional

Fotograma de 'Origin'

Fotograma de 'Origin'

Venecia

La gran novela americana es un concepto que se aplica a todas esas obras, escritas por hombres blancos anglosajones, que pretenden divulgar la cultura de Estados Unidos en algún momento de su historia. Cada uno de esos autores americano ha ido configurando una cartografía de una parte de su país. Faulkner del sur, Dos Passos del norte, por ejemplo. Luego está la generación beatnik. Y depués los últimos en intentarlo, Roth, Auster o DeLillo. Es curioso que entre esos grandes nombres nunca aparezcan autores afroamericanos. Quienes están tratando de trazar esa gran novela americana en nuestros días son, sin duda, los cineastas, y entre ellos, los cineastas negros. Ava Duvernay ha configurado con su filmografía un retrato de una parte de América que no siempre se había contado y, de hacerse, siempre por parte de los blancos.

Tras series como Así nos ven, donde mostraba el racismo estructural en la justicia americana, o películas como Selma, donde reivindicaba la memoria histórica de la cultura afroamericana, ahora ha fundido un potentísimo ensayo sobre los orígenes y las causas del racismo actual con una emotiva historia de ficción. Lo ha hecho en Origin, película alejada del sistema de estudios, producida de manera independiente, y con la que se ha convertido en la primer mujer afroamericana en competir por el León de Oro en el Festival de Venecia. “Nos dicen que a las personas de otras partes del mundo no les importan nuestras historias ni nuestras películas, las de los directores afroamericanos. Que no nos van a coger en los festivales de cine internacionales, que nadie vendrá a las ruedas de prensa. No sé cuántas veces me han dicho que no presentara la película a Venecia. Pero esta vez lo hemos conseguido, algo que no había sucedido en ocho décadas antes: una mujer afroamericana compitiendo. Así que ahora esa es una puerta que se ha abierta y que confío y espero que el festival mantenga abierta”, decía Duvernay.

La directora transforma en una historia de ficción, Casta: el origen de lo que nos divide, libro de Isabel Wilkerson, editado en España por Random House. En él, la autora utiliza su propia experiencia para indagar en cómo el racismo es una consecuencia de un sistema que se ha constituido la división y en la jerarquía de quienes lo forman. Las castas. Wilkerson compara la esclavitud en Estados Unidos, el sistema de castas de la India y cómo funcionó el holocausto en la Alemana nazi. Son los tres ejemplos que revelan cómo se ha moldeado nuestro mundo y cómo esas jerarquías continúan hoy dividiéndonos.

Para adaptar la obra de ficción, Duvernay convierte a la autora en protagonista, a quien interpreta Aunjuanue Ellis. A través de ella y de sus experiencias íntimas: la muerte de su madre y de su pareja, un hombre blanco, y de la escritura de su nuevo libro, nos va explicando la teoría este ensayo. Una de las escenas deja clara cuál va a ser el objetivo de la película y cómo en eso va a depender todo lo demás, desde su puesta en escena al guion. Vemos a la protagonista explicarle el tema de su nuevo ensayo a un familiar. En la conversación, la mujer le dice que se lo explique en inglés, no con tanto tecnicismo. Ese es el objetivo de la directora, convertir un ensayo sesudo que desgrana a una serie de autores y tecnicismos en un relato que llegue a un público amplio y no necesariamente formado, pero que entienda que el sistema capitalista saca provecho del racismo.

Así la directora acaba abusando del melodrama de la protagonista, con una música machacona y con escenas que no aportan demasiado a la denuncia. Decía Stuart Hall que los discursos raciales constituyen uno de los mayores y más persistentes sistemas de clasificación de la cultura humana y, como tales, son siempre sistemas discursivos. Lo que hay debajo de esos sistemas es la casta, insiste Duvernay que mezcla las escenas del día a día de la escritora y las situaciones de machismo que sufre como mujer negra. Por ejemplo, el fontanero que no le hace caso ni atiende para saber dónde está la avería. El dolor de ver el asesinato de un joven negro al que la policía confunde con un criminal. Revelarse contra la educación materna, de no molestar nunca a un blanco, o atender a los comentarios maliciosos sobre su matrimonio mestizo.

Eso se contrapone con el proceso de escritura de su ensayo. Sus viajes por Alemania, para recorrer las huellas del nazismo y conocer cómo aquel país ha lidiado con el pasado. Es escalofriante ver cómo una pareja alemana le explica que está penado con cárcel cualquier exaltación de los símbolos nazis, mientras que en Estados Unidos -lo mismo que en España- la gente puede llevar banderas confederadas, esvásticas y gritar consignas fascistas. Los viajes a La India, para conocer cómo ha cambiado la división de clases en aquel país o el viaje por los recuerdos y por el pasado de Estados Unidos. Es significativa una de las historias, la de cuatro investigadores universitarios, una pareja de afroamericanos y una pareja de blancos, que se infiltraron en una de las plantaciones que, después de la Guerra Civil, mantuvieron esclavos.

La película consigue consolidar la tesis del ensayo y acercarlo a lo íntimo, haciendo suya esa frase del movimiento feminista de "lo personal es político". Contando y mostrando cada uno de los pilares en los que, según Wilkerson, se basa ese sistema de castas, que Alemania copió del esclavismo norteamericano. Por ejemplo, usar la biblia para justificar la división de clases, hacer creer que eso es algo hereditario, insistir en la endogamia, hablar de conceptos como pureza o contaminación, dividir a las castas por tipos de trabajo, ahí están las leyes de Jim Crow en América, que ordenaban que los negros trabajaran en la agricultura o el trabajo doméstico. Deshumanizar al otro, por medio del racismo, como se hizo durante la Alemania nazi. Imprimiendo crueldad hacia el que está abajo. Sin embargo, DuVernay cuenta una historia de trazo grueso, con metáforas evidentes y fáciles y buscando la lágrima en el espectador. No hay complejidad visual en un relato que es potente por el hallazgo teórico del ensayo en el que se basa.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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