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El número de víctimas por bombas de racimo en 2022 fue el mayor jamás registrado por culpa de la guerra de Ucrania

La Coalición contra las Bombas de Racimo denuncia su uso generalizado tanto por Rusia como por Ucrania y acusa a Estados Unidos de no ofrecer datos transparentes sobre su distribución

Restos de una bomba de racimo recogidos por el ejército de Ucrania en Mykolaiv / Scott Peterson

Restos de una bomba de racimo recogidos por el ejército de Ucrania en Mykolaiv

1172 personas murieron el pasado año por culpa de las bombas de racimo a pesar de la existencia de un tratado internacional que prohíbe su uso y que está vigente desde el año 2008. Es el mayor número desde que hay registros según ha denunciado este martes la Coalición contra las Bombas de Racimo, un organismo que reúne a Naciones Unidas y a organizaciones como Cruz Roja o Human Rights Watch.

La mayoría de esas víctimas, 890, murieron en Ucrania, principal epicentro del uso de este tipo de armamento según han denunciado los expertos que han presentado el informe. Mary Wareham, de Human Rights Watch, ha explicado que en Ucrania se están usando "municiones de la época soviética, nuevo armamento ruso y el que está distribuyendo Estados Unidos". Habla esta experta de un uso "masivo" sobre todo por parte de Rusia, aunque también han recogido pruebas de su utilización por parte del ejército ucraniano. El informe detalla también su uso en Myanmar y en Siria.

Se ha registrado un uso mayor de este tipo de armamento que en los peores momentos de la guerra de Siria

—  Loren Persi, experto de la Coalición contra las Bombas de Racimo

La mayoría de las víctimas el pasado año fueron civiles, hasta un 95% del total, y la Coalición alerta del tremendo impacto que este tipo de munición está teniendo en niños y niñas.

Los expertos han puesto el acento también en el papel que juega Estados Unidos. Es uno de los países que no ha firmado el tratado internacional para la prohibición de este tipo de armamento, y según los miembros de esta Coalición no ofrece ningún tipo de dato fiable.

"No sabemos cuántas municiones está suministrando a Ucrania, cómo las envía allí, si por tierra o por aire, o dónde se usan exactamente", ha lamentado Mary Wareham, quien ha concluido asegurando que "todas las decisiones que se toman en Estados Unidos sobre este armamento son a puerta cerrada, en comités donde no hay representantes de la sociedad civil ni medios de comunicación".

Uso generalizado a pesar de la prohibición

La presentación del informe de este año ha comenzado con el lamento de los expertos por el uso de este tipo de armamento a pesar de la prohibición acordada por más de un centenar de países en 2008. No obstante, algunas de las principales potencias militares del mundo, como Estados Unidos, Rusia, China o Corea del Norte no apoyaron este pacto y a día de hoy algunas de esas naciones siguen produciendo bombas de racimo.

Los expertos alertan además de que hay países miembros de la Unión Europea como Polonia, Rumanía y Grecia que también siguen siendo productores de este tipo de armamento.

Más información

Durante este 2023 se han sumado dos países más al compromiso de prohibir este tipo de armas: Nigeria y Sudán del Sur. Con todo, aún quedan restos de este tipo de munición en 29 países, y esos restos que no están localizados provocan también un alto número de muertes: hasta 185 el pasado año.

Además de países que han sufrido conflictos recientes como Irak o Afganistán, la Coalición advierte de que aún hay munición de racimo sin registrar en países como Alemania o Chile. Han destacado por el contrario que Bosnia ha quedado prácticamente limpia de los restos acumulados desde las Guerras de los Balcanes y que uno de los países firmantes del pacto, Bulgaria, acaba de destruir las últimas municiones que tenía almacenadas.

¿Qué son las bombas de racimo?

Las bombas de racimo son municiones que explotan en el aire esparciendo explosivos más pequeños por una zona amplia que puede llegar a los 400 metros. Su tasa de fallo a la hora de alcanzar objetivos es muy alta, puede llegar al 30%, lo que provoca que puedan quedar enterradas y suponer un alto riesgo para civiles.

En los últimos años, se ha confirmado su uso por parte de Rusia en Chechenia y en el este de Ucrania, por Israel en el Líbano y en Gaza o por el Reino Unido en Kosovo o Irak. Estados Unidos las ha lanzado también en varias operaciones incluyendo las de Afganistán, Irak o Kosovo.

Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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