Se acumula la vergüenza

Madrid

Según Naciones Unidas, de los 7.800 millones de personas que habitan hoy día el mundo, un 50,5 % son hombres y un 49,5 %, mujeres. No se sabe muy bien qué razón científica hay para ello, aunque algunos sospechan que se trata de algo simple: en algunos lugares del mundo tener un bebe hembra es una desgracia tan grande que la tradición permite matarle. Ya se sabe que no hay peor enemigo para una mujer que una buena tradición. Las tradiciones, es decir, la transmisión entre los seres humanos de ritos y costumbres de toda la vida, es un verdadero infierno para un 49% de la Humanidad. El mundo ha ido evolucionando y algunas costumbres han decaído, por el ejemplo, el canibalismo, pero no hay forma de que decaiga el maltrato a las mujeres.

Claro que hay grados. Por supuesto. No es lo mismo España que Afganistán. Evidentemente. Y a propósito, ¿nos hemos olvidado de Afganistán? Hace pocos días los talibanes anunciaron que a partir de ahora está prohibido que las mujeres se asomen a la ventana. Ya sabíamos que no pueden ir a un médico varón, que no reciben educación, (luego no hay médicos mujeres), que pueden casar a niñas de 8 años con hombres de 50 y que tienen que estar tapadas de la cabeza a los pies. No tienen derecho a dar su opinión sobre ningún aspecto de su propia vida. Y ahora les han prohibido asomarse a la ventana ¡Asomarse a la ventana! Debe haber unos 19 millones de mujeres en Afganistán. Sabemos que los talibanes son sádicos, pero hacemos lo posible para olvidarlo. Van pasando los años y acumulándose la vergüenza.