Hoy por HoyLas crónicas de Sastre
Opinión

Un candidato, un presidente en funciones y un presidente al que enseñan la puerta

Feijóo, que ha sido designado por el Rey como para intentar formar gobierno, pide tiempo; un tiempo que gana Sánchez para negociar con los independentistas; mientras, un Rubiales cada vez más acorralado busca salir reforzado al frente de la RFEF

La actualidad de este miércoles se explica con un candidato, un presidente en funciones y un presidente al que enseñan la puerta. El candidato es Feijóo, que tiene más escaños pero no los suficientes para su investidura. Ha dicho el Rey que lo designa porque es costumbre que pase primero quien tiene más escaños. Pero ha dicho también el Rey que esa costumbre habría decaído si otro candidato -o sea, Sánchez- hubiera logrado más apoyos. Feijóo tiene ahora 172 y Sánchez 152 escaños, así que pasa Feijóo, que habla de mayoría constitucional, aunque de momento no tiene mayoría ni tiene lo que pide la Constitución, que son más escaños a favor que en contra. Lo que tiene es una relación más sólida hoy que ayer con Vox, la que ofrece la declaración pública que pedía.

00:00

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Feijóo verbaliza su compromiso y sitúa a la ultraderecha como su socio prioritario. Cuanto más amarra ese apoyo, más se cierra los demás, aunque los quiera buscar. Para eso, el PP, que reclamó que la investidura fuera ya mismo, pide ahora tiempo, que es el que gana por su parte Pedro Sánchez para negociar con los independentistas, dispuestos a instalar otra costumbre: la de llevarlo todo al último minuto. Su exigencia es la amnistía, por lo que preguntaron ayer al presidente en funciones.

Más información

En lo que también está el Gobierno ahora mismo es en el otro gran asunto: en cómo empujar al presidente al que han enseñado la puerta, que es el de la Federación de Fútbol, que quiere incluso salir reforzado de la asamblea que ha convocado para pasado mañana. Esos son los planes de Rubiales.

Y a sus planes, al beso, al gesto que tuvo en la final, a sus disculpas de mentira y a este enroque de ahora, llega Rubiales en virtud de otra costumbre tan a la vista durante tantos años que a algunos les pareció derecho natural. Esa costumbre de que algunos ámbitos de poder en el fútbol quedaran en este país por encima de cualquier cosa, con sus propias reglas. Por eso ahora cuesta tanto cada movimiento: porque algunos confundieron las instituciones con sus propios chiringuitos.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00