Anabel Vázquez, la escritora que busca democratizar las piscinas: "Tener acceso a una debería ser un derecho para todos"
La periodista debuta en el ensayo con Piscinosofía, un tratado ligero sobre el amor y la necesidad de tener piscinas
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Anabel Vázquez, la escritora que busca democratizar las piscinas: "Tener acceso a una debería ser un derecho para todos"
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Las piscinas son objeto de deseo. Siempre, pero más en un julio y agosto de canícula en España. Quizá por eso resulte refrescante hasta leer sobre ellas. La periodista Anabel Vázquez publica Piscinosofía, un pequeño ensayo ligero, como ella lo llama, editado por Libros del K.O. y donde disecciona qué es una piscina, qué supone tenerla o no tener acceso a ella y cuál ha sido su relación con el cine, la literatura o la arquitectura.
Entre el ensayo y la crónica, con algo de diario e incluso de autoficción, Vázquez compone un libro "atropellado y desordenado", nos dice en la SER. "Soy muy lectora de ensayo y creo que el género tiene un poso que a lo mejor no tiene mi libro. Yo no buscaba escribir ninguna rotundidad". Sin embargo, no es por contradecir a la autora, pero el libro tiene su miga estética y social. Para empezar, el libro aboga porque el placer que supone la piscina sea para todo el mundo. Si eso no es una revolución, que venga Marx y lo diga. "Una piscina es una posibilidad. Es la posibilidad de un momento de disfrute. Y ese disfrute no tiene que ser banal, puede ser reflexivo. Puede ser un disfrute reflexivo, pero es un disfrute en el que tú estás conectado contigo", define.
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Portada de 'Piscinosofía', de Anabel Vázquez / Libros del KO
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Portada de 'Piscinosofía', de Anabel Vázquez / Libros del KO
Anabel Vázquez persiguió piscinas durante mucho tiempo. Las fue describiendo en artículos periodísticos y fotografiando en Instagram. Dice que no hay obsesión en esta rutina. "Una obsesión tiene un componente patológico y un componente negativo que en absoluto está presente en mi relación con la piscina. Y esto lo he hablado con psicólogos", afirma contundente al tiempo que deja claro que ella o sufre, solo siente amor hacia las piscinas. "Yo cada semana intento que haya un ratito de piscina, porque le quita un poco de peso a la vida sin que sea un escape frívolo, aunque a mí me gustan las cosas frívolas, mejor diría, un escape superficial. En definitiva, es un escape muy recomendable".
"Ojalá los partidos políticos defendieran las piscinas", nos dice la autora. "Es que lo creo de verdad. todos sentimos lo mismo cuando metemos un pie en el agua, tanto una estrella con cinco Oscar y una persona que me he cruzado por aquí por la trasera de Gran Vía. Hay un elemento bastante unificador y, realmente, en el agua somos quienes somos. Y también pienso que todos deberíamos tener acceso a una piscina. Todos, porque en una sociedad tan cálida necesitamos algo tan físico como refrescarnos en verano. Entonces no es justo que unos puedan refrescarse y otros no", insiste Vázquez. "Yo creo que todos tenemos derecho al disfrute de una piscina. La posesión es otro tema y si ganas tu dinero con dignidad y y no has hablado mal de las piscinas antes, pues me parece muy bien que todo el mundo tenga su piscina realmente. ¿Por qué la izquierda no puede vivir bien?", se pregunta sobre las críticas a los políticos de izquierda. "No quiero una piscina a cualquier precio", explica la autora sobre el concepto de posesión. "Si tengo una piscina y no me supone una esclavitud, bienvenida sea. Yo quiero viajar por la vida un poco ligera a lo Machado, entonces cuanto menos esclavitud tenga, mejor".
La autora habla en el libro de un fenómeno que ocurre en Inglaterra, la ocupación de piscinas. "En otros países, a diferencia de España, no es tan fácil acceder a una, tener una piscina cerca. Sino que la piscina es algo exótico y exclusivo de ciertas personas. Eso se cruza con la rebeldía de saltarse una valla y y ocuparla. Y como resultado se da este movimiento muy curioso y muy rebelde y yo creo que tampoco hace daño".
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Anabel Vázquez / Libros del KO
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Anabel Vázquez / Libros del KO
Las piscinas existen desde tiempos de los romanos, tienen que ver con un acercamiento a la naturaleza, con un ritual de purificación, con la manera de controlar algo salvaje e indómito como es el agua. Acotar los ríos, convertirlos en piscinas. El libro de Anabel Vázquez nos lleva por la historia de la práctica del baño y nos introduce en las sensaciones y sentimientos de la autora, como un viaje a la piscina de Matosinhos en Portugal. "Lo recuerdo con frecuencia y se me pone la piel de gallina. Es que realmente es muy poderoso el poder de la buena arquitectura mezclado con el poder de la naturaleza. Yo creo que es de los lugares más bonitos que he visto en mi vida y viajo muchísimo". Por supuesto, por ejemplos de piscinas que el cine ha convertido en objeto de deseo.
La arquitectura, la naturaleza y el uso, conceptos que la autora disecciona, por ejemplo, para explicar la piscina de la Universidad Complutense de Madrid. "Tiene mucha historia, porque el recinto en el que está tiene mucha historia y tiene esta arquitectura del régimen muy grandilocuente, muy poderosa. Forma parte de un complejo que no se construyó del todo, porque la guerra lo impidió. La piscina tuvo alguna reforma en los 60, pero básicamente estuvo como está ahora. Está la grandilocuencia y la majestuosidad que tenía la arquitectura de la época. Y por eso todavía nos llama tanto la atención que sea tan grande".
También habla de escasez de agua, de despilfarro y de medio ambiente. "Por supuesto que hay demasiada piscina. Muchas más de las que podemos llenar. Y por eso también hay cada vez más métodos de reutilización del agua. Los hoteles trabajan mucho en esa dirección. La piscina privada también. Cada vez hay más maneras de reutilización, de no dispendio, pero yo a veces he pensado también si habrá que cancelar a la piscina. Sin embargo, sí creo en un uso sensato de los recursos".
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Piscina das Mares (1966) / JosT Dias
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Piscina das Mares (1966) / JosT Dias
Y si hay algo que domina el ensayo, uno de los más recomendables para las lecturas veraniegas tras las elecciones, es la descripción de lo que es la belleza. Una belleza natural y democrática, como la ideología que subyace al libro. "Yo veo belleza en piscinas muy poco queridas, que son las de las urbanizaciones, la piscina municipal, la piscina pública. Yo veo que hay tanta vida, que pienso que eso es una maravillo, que eso es lo que define a una piscina. En cambio piscinas que no me gustan nada, que son estas piscinas pretenciosas de paredes transparentes", sentencia la autora.