'Elemental', una bonita historia sobre la identidad y el amor entre polos opuestos

Madrid

Pixar es conocida por desafiar lo imposible. Juguetes que cobran vida, sentimientos que tienen personalidades propias, coches que hablan... Con 'Elemental', busca llevar lo imposible hasta su último límite, fusionando en un acalorado romance los elementos más opuestos de la tabla periódica. La película del director Peter Sohn ('El viaje de Arlo') nos cuenta la historia de Candela, una chica hecha de fuego que se enamora, a pesar de sus incontables esfuerzos, de Nilo, un chico hecho de agua. En la Ciudad Elemento, una versión caricaturizada de Nueva York, los distintos elementos (viento, agua, tierra) conviven en armonía, con la excepción de uno de ellos: el fuego. Siendo los últimos en llegar, se ven relegados a las afueras de la ciudad, hacinados en pequeñas comunidades, en una clara alegoría a la inmigración que esconde la propia experiencia de Sohn, hijo de inmigrantes coreanos.

La historia de Sohn fue la principal inspiración para el guion de 'Elemental'. Al igual que Candela en la película, el director tuvo choques culturales con sus padres, que emigraron a EEUU en los 70 y sentían nostalgia de una tierra que él nunca llegó a conocer. Pasado el tiempo, creyó importante reflejar su lucha en el cine. "En el fondo, consistía en agradecer a nuestros padres. Comprender que nuestros padres son personas fue un fenómeno interesante cuando tenía alrededor de 30 años. Me empecé a sentir más emocionado con su historia y empecé a darme cuenta de los defectos que tenían por ser personas. Mis padres eran inmigrantes y les quería, les echo de menos, murieron durante el rodaje. Solo quería honrar su historia, y como vinieron de un lugar distinto tuvieron por delante todo tipo de retos, al igual que otras familias". En este sentido no solo es una historia que humaniza a los inmigrantes o a los elementos, sino a los padres. "No tienen porque ser inmigrantes, pueden ser simplemente padres, pero la idea de entender a nuestros padres por lo que hacen, creía que esa idea y el mundo de mis padres escondía un conflicto y un drama que era muy emocionante para mí".

Con este trasfondo de inmigración, Pixar quería interpelar a los miles de ciudadanos estadounidenses que tienen raíces por diferentes partes del mundo. Pero, según nos cuenta Denise Ream, productora de la película, lo sorprendente fue darse cuenta de lo cercano que eran para el propio equipo todas estas historias. "Lo que era interesante era darse cuenta de toda la gente de nuestro estudio que era de primera o segunda generación de inmigrantes, son literalmente de todas partes del mundo, así que fue maravilloso ver a gente conectar con la historia. Al final muchos de ellos trabajaron en la película, lo cual es realmente fantástico".

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Tras la segunda mitad de la década pasada, en la que la Disney Pixar llegó a lanzar una apabullante cantidad de spin-offs y secuelas, y con la notable excepción de la reciente 'Lightyear', Pixar parece haber recogido el espíritu de innovación que la catapultó en los 90 y estar de nuevo subida al barco de las producciones originales. Aunque en 'Elemental' la inconfundible firma de la productora americana se mantiene, el esmero puesto en la construcción de los personajes y en los efectos visuales logra un resultado fresco e innovador. Todo nace de un experimento de su director. "Los primeros dibujos que hice eran simplemente unas manos de agua y de fuego que se juntaban, y entonces el agua empezaba a hervir. Eso me recordaba al hormigueo que las personas sentimos cuando vamos a tocar a alguien por primera vez, se da una especie de escalofrío. Aunque las burbujas sean una cuestión científica, también podían sentirse como una experiencia humana". De esta manera, equipararon los efectos que los elementos producen con experiencias humanas, y de ahí surgió la magia. "Empezamos a unir el efecto a cosas distintas, si está triste su fuego decrece, cuando está enfadada su fuego aumenta, puedes sentir el efecto. Esto se convirtió en lo que intentamos hacer con todos los elementos, lo mejor que podíamos".

Y dentro de esa frescura que 'Elemental' plantea, la confección de Ciudad Elemento se lleva números de récord. Mientras que películas como 'Toy Story', ' Monstruos S.A.' o 'Buscando a Nemo' necesitaron menos de 1.000 ordenadores en su granja de renderización, 'Elemental' ha llegado a requerir más de 151.000. Pero el reto no era sólo técnico, sino humano ¿Cómo dar coherencia a un mundo en el que colisionan miembros tan diferentes? Según Peter Sohn, "los artistas tienen tanta pasión que en cuanto nos sentamos y dijimos 'la ciudad tiene que ser bonita, tiene que ser divertida', empezamos a hacerlo y dibujarla, pero luego nos preguntábamos '¿cómo suma la ciudad a lo que Candela está pasando?'. Entonces, toda esa diversión se convertía en algo más emocionante para nosotros, porque de repente nos decíamos: '¿qué puede ocasionar dificultades al fuego? Una ciudad de agua. ¿Cómo se enamora una persona de fuego de una ciudad de agua?¿Cómo lo hacemos?'. Estábamos mezclando todos estos distintos conceptos, como la fantasía, los sentimientos de películas que habíamos visto o momentos que habíamos experimentado en la vida". Define el proceso como "divertido y reconfortante". "Es una mezcla entre hablar mucho de la vida y divertirnos un montón con ello".

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A pesar del esmero en todos los aspectos técnicos, la historia de 'Elemental' puede pasar desapercibida dentro del rico catálogo de éxitos de Pixar. Todo el carisma de su aspecto visual parece irrelevante al lado de una trama con falta de músculo, que hace que el mensaje de integración que plantea se quede a medio camino de calar en el espectador. Las tibias críticas y un verano plagado de estrenos de grandes producciones han hecho que la película debute en la taquilla americana con la peor apertura en la historia de Pixar, recaudando tan sólo 29.6 millones de dólares, pero en las semanas posteriores se ha ido recuperando con números notables. Por suerte, la productora americana se cubre las espaldas, y ya tiene previsto recuperar beneficios rescatando el éxito de sagas pasadas. 'Inside Out' y 'Toy Story' esperan secuelas en los próximos años, y tienen expectativas de compensar económicamente los experimentos de la rama de animación de Disney.