Silvia Abril y Lorenzo Caprile: Mérida y Almagro reivindican un teatro libre, feminista y orgulloso

Esta semana hemos conocido el cuarto informe del Observatorio de la Diversidad en el Audiovisual, que celebra una mayor representación y visibilidad de las personas LGTBIQ+, racializadas y con discapacidad. El 9,2% de los personajes de las películas y series españolas se declaran abiertamente, pero la representación en series y películas sigue siendo una cuestión de nicho. La mayoría de personajes gays analizados, ya que cerramos la semana del Orgullo, se concentran en muy pocas ficciones, en comedias románticas y musicales, ninguno en acción o suspense. Así que hay que empujar para tener papeles protagonistas en propuestas más comerciales, para sortear la brecha generacional -casi todos son jóvenes y con cuerpos normativos- y enterrar los clichés que asocian al colectivo con sexo y drogas.

Bob Pop recordaba hace unos días en La Ventana cuál fue su primer referente gay en la pantalla. El escritor y colaborador de Hoy por Hoy ha estado también en La Hora Extra, con Pepa Blanes, presentándonos 'Días simétricos', con Alfaguara. Un libro de diarios en los que dialoga con escritores, con la sociedad y con su pasado. Y donde demuestra una vez más que lo personal es político. "Las noches que he bailado a Chenoa han sido más productivas que las que he leído a Kafka", le ha confesado a Pepa Blanes en esta entrevista.

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Temporada estival, temporada de teatro clásico

Julio ha empezado con la gran manifestación del Orgullo en la capital, que ha coincidido con la inauguración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Entramos en la temporada estival, la de los festivales de música y teatro. El Grec en Barcelona, que traerá a Juana Dolores como uno de los reclamos y adaptaciones de clásicos catalanes. O el Festival Clásicos de Alcalá. Pero son el Festival de Teatro Clásico de Almagro y el Internacional de Teatro Clásico de Mérida nuestros protagonistas.

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El Festival de Mérida cumple 90 años y abren el telón del teatro romano esta próxima semana José Troncoso y Sílvia Abril. Hemos hablado con ellos en una de ensayos en Madrid, donde están preparando 'Las Asambleístas (las que tropiezan)'. Adaptación de la comedia de Aristófanes que estrenan el 5 de julio.

Las Asambleístas son un grupo de mujeres que interpretan Gabriela Flores, Olga Hueso, Pepa Zaragoza, Pepa Rus, Maribel Salas y al frente de todas Sílvia Abril. Una comedia contra el patriarcado, contra esas mismas piedras contra las que tropezaban las mujeres hace 2.400 años y ahora.

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De Mérida al Festival de Teatro Clásico de Almagro, que en esta edición número 46 entrega el XXIII Premio Corral de Comedias a la actriz Blanca Portillo y al modista Lorenzo Caprile. Portillo ha asegurado que acudir al Festival de Teatro Clásico de Almagro «siempre es sinónimo de placer», porque es «un lugar donde te sientes feliz, parte de algo, y genera una energía que se contagia». Lo ha hecho como actriz, como espectadora, incluso como cicerone, y ahora como galardonada.

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Antes de que le entreguen el premio a Lorenzo Caprile, nos hemos colado en su taller en el barrio de Salamanca de Madrid. Con él hemos recordado su llegada al teatro, cuando su carrera en la moda española estaba más que consolidada. "Mi relación con el teatro se la debo prácticamente al cien por cien a Eduardo Vasco, que es otro de los grandes protagonistas del Festival de Almagro", reconoce el diseñador que va a recibir en el certamen el Premio Corral de Comedias por su labor creando vestuario de obras escénicas.

"El teatro me aporta todo. Para empezar, formar parte de un equipo que es maravilloso, porque en el taller al fin y al cabo, aunque somos un equipo, la responsabilidad final es mía, yo doy la cara y el nombre del taller es el mío. En cambio, en el teatro eso es más relajado, porque yo soy una herramienta más en manos del director. Yo no soy el protagonista. Y luego es maravilloso formar parte de un equipo, de una familia".

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Peris Costumes: dos siglos cosiendo historias en el cine, el teatro y la televisión

La ilusión, la magia que se recrea en la pantalla o sobre un escenario sería imposible sin el vestuario. Puntada a puntada consiguen meternos dentro de una historia, hacer creíble un relato. Nuestra compañera de Hoy por Hoy Estela Bango se ha acercado a la mayor casa de vestuario para cine y televisión del mundo, Peris Costumes, y ha querido invitarnos a conocer, a través de la radio, lo que no se ve en la gran pantalla. El guante que lanzó Rita Hayworth en 'Gilda' o el alfiler de corbata de 'Frenesí'. Algunas de esas pequeñas piezas, de esos accesorios, no solo han completado el vestuario, han contado su propia historia.

¿Qué sería de Escarlata O'Hara sin su vestido de cortinas? ¿James Dean podrí haber sido un 'Rebelde sin causa' sin chupa pde cuero? ¿Dorothy Podría haber regresado a casa sin los chapines de rubíes? El cine se construye puntada a puntada con cada detalle que sale en pantalla. En Algete, en Madrid, se hilvana el cine. 10 millones de piezas que construyen 10 millones de historias. Junto a Myriam Weis, responsable de comunicación de Peris Costumes, nos colamos en una de las 23 naves que componen la mayor empresa de vestuario para cine y televisión del mundo.

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Hasta donde alcanza la vista se ven barras y barra con ropa colgada, esperando su momento para salir a escena. Empezando en los años 80, se avanza en pasos y se retrocede en el tiempo. Pasamos por delante de los 'Bridgerton', 'Lope' y llegamos hasta 'Gladiator', ganadora de un Oscar por su vestuario.

Rollos de cuero de todos los colores, tipos y texturas, tijeras y máquinas de coser, algunas centenarias, agujas, cajas de zapatos llenas de botones, rollos de tela, retales, patrones... un universo de fantasía para los amantes de la moda, el traje y la confección.

Kusama, Warhol y Basquiat: arte para sanar a la humanidad

Decía el gran filósofo Friedrich Nietzsche que tenemos el arte para no morir de la verdad, que el arte pone un velo sobre la realidad. El arte cura al mundo, afirma la japonesa Yayoi Kusama, que ha utilizado sus problemas de salud mental para crear. Terminamos con dos exposiciones de arte contemporáneo, con dos iconos como son Andy Warhol y Yayoi Kusama. Esta última es menos conocida en España, pero no menos importante. La artista japonesa sigue en activo a sus 94 años, internada voluntariamente en un psiquiátrico desde hace 20 años. Su universo particular, lleno de lunares, autorretratos y color ha llegado al Museo Guggenheim Bilbao.

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Y en Francia el arte de Andy Warhol y el de Jean-Michel Basquiat dialogan a través de la pintura en la Fundación Louis Voitton. Los dos artistas crearon a cuatro manos 160 obras, aquí se presentan más de 300 en total que son el retrato de un cambio de década en Nueva York que vive el final del pop-art de Andy Warhol y el advenimiento de la cultura hip hop, al mismo tiempo que el punk y la no-wave sacuden las calles, entonces en decadencia, del sur de Manhattan.

En este marco tan eruptivo, el pope Warhol y el chico radiante Basquiat, hijo de un haitiano y una puertorriqueña, se ponen a trabajar conjuntamente durante dos años en lo que representa una simbiosis fascinante de dos épocas. La exposición en 1985 en Nueva York no tuvo la acogida crítica esperada y fue motivo de distanciamiento entre ambos artistas poco antes de la muerte de los dos de forma casi seguida. Pero ahora, la Fundación Louis Vuitton de París los ha reunido de nuevo, hasta el 28 de agosto, con la mitad de las 160 obras que compusieron juntos hasta no saber, como decía el propio Warhol, qué parte hizo cada uno. Eso sí, Warhol sigue serigrafiando sus logos publicitarios y Basquiat dibuja por encima sus frases y figuras de denuncia del capitalismo y contra el racismo. Aunque luego, uno y otro vuelven para pintar aún más la tela. Con un resultado que, actualmente, aparece premonitorio de los tiempos.

Y del que también ha quedado las fotografías icónicas de Michael Halsband, que los unió como dos boxeadores simulando un combate. La instantánea de ambos con los brazos cruzados es, precisamente, el cartel escogido para este 'Basquiat x Warhol a cuatro manos'.

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Y al mismo tiempo, la Philharmonie de París organiza la primera exposición dedicada a la poderosa relación de Basquiat con la música. 'Bandas sonoras de Basquiat', una fiesta para nuestros ojos y oídos.