Greta Fernández: "A los hombres que les incomoda el feminismo, que se apañen"

Madrid

Todas las generaciones tienen que lidiar con sus propios retos y tormentos, con las modas y el estado de ánimo de cada época. Para los jóvenes de hoy las redes sociales, tras su máscara de falsedad, se han convertido en una herramienta de validación y ansiedad instantánea. Todo se expone y suscita una reacción. Si te quedas atrás, si no actualizas o no refrescas a cada minuto tu perfil, estás fuera. Esa atmósfera de insatisfacción, voracidad y simulación es la que capta el cineasta Álex Lora en Unicornios, su debut en el largometraje con un drama que protagoniza Greta Fernández. La actriz, nominada al Goya por La hija de un ladrón, interpreta a una joven urbanita que busca su lugar emborrachada de estímulos. “Hacía tiempo que quería hacer un personaje así y sentía que había poco cine, al menos aquí en España, hablando de los jóvenes, se ha hecho más en series o más en un tono de comedia o thriller. Pero había poco cine de la juventud. Me apetecía mucho el juego también, y dar vida a esta chica que surfea en un mundo en el que es tan difícil mantenerte en el centro y conectada. Había algo bonito para mí en interpretarla y poner mi cuerpo y mi cara a este personaje”.

Este punto de partida, las redes sociales, es el que justifica el frenesí en el que vive la protagonista. Trabaja en una agencia de influencers, donde siempre aspira a más, a ser mejor que los demás, a que le reconozcan que es especial. Ella tiene una voz propia, una mirada que aportar al mundo. “Me interesaban las incapacidades emocionales de la juventud, sobre todo comparándolas con mi juventud, lo que ha cambiado en estos últimos 20 años, tal y como ha evolucionado todo, con el sistema capitalista, que se ha vuelto un sistema neoliberalista atroz que nos empuja a crear sin parar, que nos da toda una serie de posibilidades infinitas. O nos lo venden así, porque eso es el consumismo al final, que nos dejan o bien paralizados o nos empujan a quererlo todo. También ser seres por una parte insatisfechos, puesto que no nos contentamos con lo que tenemos y estamos pensando en todas las posibilidades que no tenemos”, explica el director de esta propuesta que debatió con su productora y amiga, Valérie Delpierre, y para la que ha contado con la ayuda de Pilar Palomero en el guion.

La protagonista no es la voz de una generación -como diría Lena Dunham en Girls, uno de los referentes para el director-, pero sí encarna muchas de las contradicciones de una juventud que busca su identidad comparándose con lo que ve en sus móviles. "Vivimos en un mundo en el que la identidad viene a ser suplantada por la apariencia. Es el consumismo aplicado a lo etéreo, si antes los objetos eran para utilizarlos y tirarlos a la basura, ahora van a una velocidad a ritmo de like. Todo eso crea una artificialidad al final, porque para profundizar en las cosas se necesita tiempo y con la instantaneidad del mundo en el que vivimos no hay ese tiempo”, explica el director. Por eso, ‘Unicornios’ va más allá de un retrato personal, es una crítica a un sistema que alimenta esta voracidad y que sustentamos todos. “No creo que sea un retrato generacional, pero sí que creo que es un síntoma de lo que está sucediendo. Lo fácil es salir de la película y decir bueno, la protagonista es una imbécil, pero a veces hay que mirarse al espejo como hace ella antes de hacer lo que hace, mirar a la cámara y esos prejuicios lanzarlos también a uno mismo, porque eso al final es lo que nos hace reflexionar sobre dónde están las trampas del sistema”.

Greta Fernández se embarca en un tour de force con un personaje que le ayuda a mostrar la fuerza y a su vez la fragilidad de una mujer que necesita recompensas rápidas. “Yo creo que soy una rara avis porque no solo encuentro la validación a través del trabajo, también la encuentro de otras maneras. Sí, desde el amor, desde la amistad, me valido a través de otras cosas. Yo no tengo una relación insana con las redes sociales, ni mucho menos tengo enganche. Tengo un poco enganche con el móvil, que a veces me veo pasando mucho rato, pero no tengo lío con la imagen que muestro o dejo de mostrar, no sufro, no tengo hate y lo llevo bien”, dice a título personal sobre su relación con la redes y la cultura de la imagen en la que vivimos.

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‘Unicornios’ captura también el ritmo de las redes sociales para mostrar un bucle casi infinito de insatisfacción. El espectador lo siente al acompañar a la protagonista, una joven dominada por eso que ahora llaman FOMO (fear of missing out, miedo a perderse algo). Ella quiere todo lo que ve, experimentar todo lo que le proponen, nunca quedarse atrás ni en lo profesional, ni en lo afectivo o lo sexual. "Me parecía también muy interesante que fuese un personaje duro, que no fuese de víctima, porque así quizá la perdonabas antes o te caía un poco mejor. Prefería que fuera egoísta y que fuera petarda, y que estuviera un poco a la defensiva y se comparara mucho, que tuviera muchas envidias", defiende la actriz. Es estimulante ver este tipo de personajes femeninos, caóticos, erráticos, apasionados y seguros de sí mismos. “Cuando son personajes femeninos, hay una presión que el sistema y la sociedad pone sobre las mujeres, que es atroz, y una manera de humanizar a la mujer y de empezar a ser compasivo es normalizando en la pantalla todo esto, que puede haber personajes que no tengan que ser complacientes por el simple hecho de ser mujer. Lo que pasa es que a la mujer se la castiga mucho", responde el director preguntado por un personaje que puede caer mal -eso no es un problema, es una virtud en el cine- y la tolerancia del público a esta representación de las mujeres.

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La exposición a todos esos vaivenes enfrentan a la protagonista inevitablemente a una desconexión. Siempre hay algo nuevo, siempre se puede ser mejor, así que los éxitos apenas son éxitos, y los fracasos lo son todo. Según Greta Fernández, es interesante seguir a un personaje que vive a ritmo de scroll y ver qué pasa cuando para. “También hay algo como de que, cuando uno no quiere estar, o no quiere conectar, no se puede encontrar. No acaba de conectar hasta que no le queda otra. Hay algo de evasión que ella tiene durante toda la película. Tiene momentos también, y creo que es bonito, cuando está sola, de alguna ducha o ante algún espejo, algún momento de pausa que la peli para en el que puedes conectar más con ella”, añade, y completa el director. “No digo que no tenga que ser responsable de sus actos. Son temas diferentes. Lo que digo es que a lo mejor también ella es un poco víctima de un contexto que la hace ser un poco como es”.

El personaje también arrastra la herida familiar. El padre ausente que le compra un iPhone pero pasa de ella, y una madre exigente y exitosa que mira con escepticismo la búsqueda artística que persigue su hija. Esa madre es Nora Navas, que interpreta a una escritora que entiende que los procesos creativos son más solitarios y lentos. “Ella se compara con una mujer de éxito y lo que necesita quizás es empatía, cariño, y su madre está muy centrada en sus cosas. Entonces esa validez la tiene que encontrar en las redes sociales y ese cariño y ese atención que busca lo tiene que encontrar en otros lugares”. Esta desconexión con su madre es también clave para la psicología del personaje, según Greta Fernández. “Yo tengo unos padres que me han cuidado mucho y me han enseñado mucho, y que han estado siempre muy presentes y siguen estándolo. Entonces, bueno, si he tenido momentos bajos, mis padres estaban ahí y no desde un sentido paternalista. No, mis padres son personas muy críticas, y si me dicen algo, sé que lo dicen de verdad y porque lo piensan de verdad, y siempre han creído mucho en mí y me han valorado. Y cuando me han visto petarda, me lo han dicho”, confiesa la actriz.

La insatisfacción que recorre al personaje también se traslada a su vida sentimental y sexual. Feminista, poliamorosa, bisexual, también fluye en una búsqueda sin etiquetas y que sintoniza con la diversidad de su generación. Es una mujer que defiende las relaciones abiertas y de fuertes convicciones que a veces chocan con ligues que tienen que pasar una auditoría de Simone de Beauvoir. Hombres que se sienten incomodados por la vehemencia de la protagonista. “A los hombres que les incomoda el feminismo, que se apañen, o sea, a mí que me cuentan, es que lo que incomoda a los hombres les crea violencia, las mujeres gestionamos de otras fórmulas lo que nos incomoda. Es que si te incomoda, pregúntate por qué y mira a ver qué qué ocurre ahí. Es que no sé, de verdad que me parece todo esto que está pasando vergonzoso. Y como se carguen todo lo que hemos avanzado es como para salir a las calles y montar la de Dios. Así que sí, que se apañen y que se incomoden" concluye la actriz preguntada por los discursos reaccionarios que amenazan los avances feministas.

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