El PSOE fue la lista más votada en las elecciones autonómicas celebradas el 28-M en Extremadura. Logró 28 escaños y ha anunciado su intención de gobernar, aunque la mayoría de PP (28 escaños) y Vox (5 escaños) es suficiente para arrebatarle la presidencia que ha ocupado desde 2015. Fernández Vara ha asegurado que su «futuro es lo de menos», pero sí ha avanzado que si finalmente no es elegido presidente de la Junta de Extremadura en esta legislatura, facilitará «el relevo en el PSOE», y estará «ahí facilitándolo y ayudando para que el PSOE vuelva a ser el partido de referencia». La candidata del PP a la Presidencia de la Junta, María Guardiola, ha pedido al líder socialista que «por respeto» a Extremadura y a sí mismo dé un paso «al lado» porque las urnas han pedido «cambio». El escenario soñado para los populares que el PSOE se abstenga en la investidura para evitarse el trago de pactar con Vox. Pero no parece que los socialistas vayan a propiciar esa situación. Al revés. Vara y el PSOE presionan al PP para que cumpla con lo que Alberto Núñez Feijóo había propuesto durante la campaña, dejar que gobernasen las listas más votadas y, de lo contrario, obligarlos a retratarse forjando con Vox un pacto similar al que ya les permite ostentar la presidencia de la Junta de Castilla y León. Estos son los números de Extremadura: *Si no puedes ver el gráfico, haz clic aquí. ¿Cuáles son las opciones de Vara para retener la presidencia? Son escasas, puesto que sus 28 escaños y los 4 de Unidas Podemos no son suficientes para alcanzar la mayoría, que sí ha logrado la derecha con los 28 del PP y los 5 de Vox. El actual presidente podría mantenerse en el puesto si el PP se abstiene en su investidura, pero afrontaría a partir de entonces una legislatura tortuosa, pues toda su obra legislativa estaría expuesta a los designios de la mayoría conformada por la derecha y la ultraderecha. De conseguir ser reelegido, Fernández Vara se enfrentaría pues a arduas negociaciones para sacar adelante cualquier medida, lo que limitaría de forma sustancial su poder ejecutivo y podría tener un altísimo coste político. La aritmética parlamentaria ofrece otras posibilidades, pero son inimaginables desde el punto de vista político. A saber, un pacto de Gobierno entre PSOE y PP que conformara un auténtico rodillo parlamentario y convirtiese a Podemos y a Vox en meros espectadores de la legislatura o un pacto de los socialistas con Vox. Imposible. De no conseguir Vara lo que necesita, lo más probable es que la popular María Guardiola se convierta en la nueva presidenta de la Junta. Tendrá que negociar con Vox, eso sí, el peso que entrega a la ultraderecha en su gobierno. La noche electoral, la candidata aseguró que los de Santiago Abascal podrían darle el gobierno de la Junta sin estar en el gobierno de la Junta, pero es poco probable que la formación ultraderechista renuncie a la posibilidad de hacerse con cargos, como hizo en Castilla y León.