'Matar cangrejos', dejar de ser niños en el Tenerife que espera a Michael Jackson
A través de un relato maduro y personal, la primera dirección de un largometraje de ficción de Omar Al Abdul Razzak nos atrapa en una historia de iniciación sobre la familia con una reflexión sobre la inmigración siempre presente.
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Fotograma "Matar Cangrejos"
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Madrid
Hay eventos que marcan a una generación. El primer aterrizaje en la luna, el mundial del 82, la invención de internet... Para miles de tinerfeños, hay un suceso que marcó sus vidas y que recuerdan aun de manera lúcida y ordenada. La visita, en 1993, del rey del pop a la isla: Michael Jackson. Omar Al Abdul Razzak se apoya en este evento para lanzar su ópera prima en ficción, Matar cangrejos, una historia íntima y sensible que parte de los recuerdos y sentimientos de la propia infancia de su autor en la isla canaria. En este contexto, Paula, una chica adolescente, y su hermano Rayco, de apenas 8 años, tratan de pasar el rato en un verano anodino, esperando la visita del artista norteamericano. Todo cambia cuando su madre se queda embarazada de un extranjero, y los cimientos en los que construyen su vida parecen empezar a tambalearse.
Matar Cangrejos trata de ser un viaje introspectivo, nacido de la sensación de nostalgia que sintió su autor al tener su primer hijo. Plantea también un debate sobre una sociedad cambiante, buscando enfrentar una realidad social y política que ya no existe con la realidad que hoy vivimos. La cuestión racial está siempre presente, en un Tenerife en el que, según la propia película, “no hay negros”, pero que se prepara para recibir efusivamente a uno. A través de un estilo visual mimado al detalle, con una paleta de color reluciente y una fotografía y arte excepcionales, nos lleva de una manera sensible y cercana en un viaje emotivo por el recuerdo. Hemos hablado con Omar Al Abdul Razzak, guionista y director, y con Paula Campos, la joven actriz que interpreta al personaje con nombre homónimo en la película, para que nos cuenten sus impresiones sobre la obra.
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Fotograma "Matar cangrejos"
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Fotograma "Matar cangrejos"
- La película parte de un punto de vista muy personal, en el que tratas de poner en orden algunos de tus recuerdos. ¿Qué significa para ti mostrarte de una manera más íntima ante la cámara?
Omar: La peli no es autobiográfica, pero sí tiene mis sensaciones y recuerdos de infancia. No hay nada plasmado de manera literal, pero sí hay muchos hechos verídicos, tiene una parte muy documental de sucesos que han ocurrido en la realidad. Lo que me pasó es que cuando fui padre me vinieron muchos recuerdos y quería transmitir en esta película la sensación que para mí suponía vivir allí, más que las cosas que me ocurrieron a mí.
- Matar cangrejos tiene una imagen muy cuidada, con una fotografía excelente y una paleta de color seleccionada al detalle. Contáis además con una localización inmejorable, con la belleza paisajística de las Islas Canarias. ¿Cómo de importante era para ti hacer un correcto retrato visual de Tenerife?
Omar: La parte visual y de arte era muy importantes en la película. Cuando empezamos a trabajar en la paleta de color nos dijimos: "la paleta es todo, todos los colores". Al final, esto la hace muy difícil de trabajar, porque tiene muchos colores. Hubo una combinación muy buena entre arte y vestuario para que todo el rato la película tuviese colores muy chillones. Había una parte, un muro en la película, una localización en la que la gente empieza a construir con los escombros que encuentra, y se crean formas y colores mezclados. Creo que esto refleja muy bien cómo se construyen estos lugares y estas identidades, y me parecía que este caos tenía que estar en esta película. Cómo conseguir cierto orden en el caos, en el caos lumínico, visual...
- Paula, tu personaje es una chica adolescente en el año 1993, hace 30 años. Supongo que has tenido también que aprender lo que era ser adolescente en esa época. ¿Has notado mucha diferencia entre lo que significa serlo ahora y serlo antes?
Paula: Demasiada diferencia. El vocabulario de ahora y el de antes no es el mismo, pero la personalidad de mi personaje no me costó nada, porque tiene muchas cualidades que yo tengo personalmente. Para mí fue lo más fácil.
- ¿Tiene mucho de ti la Paula que vemos en Matar Cangrejos?
Paula: Sí, porque yo tengo mis prontos, mi carácter fuerte y la Paula personaje pues es igual, muy igual.
- Y no solo ser adolescente, en las Islas Canarias que tú conoces de hoy en día, el Tenerife que conoces comparado con el de Matar Cangrejos, ¿es muy diferente?
Paula: A ver, diferencias en la isla no hay, porque al final todo es casi lo mismo, pero cómo se vivía antes es muy diferente a como se vive ahora. Antes, como hacemos en la película, matábamos el tiempo jugando con cualquier cosa. Hoy en día es todo móvil y no salimos mucho a la calle, y si lo hacemos es con tu pareja para dar vueltas y ya está. Antes no, antes estabas todo el día en la calle y hacías cualquier cosa.
- Es importante destacar la cuestión racial que siempre hay de fondo en la película. Estamos hablando de unas islas que están a punto de cambiar, a las que va a llegar muchísima afluencia de emigrantes africanos en los años venideros. Omar, en tu caso, ¿Cómo viviste en su día esa experiencia? ¿Cómo te has sentido al reflejarlo en la película?
Omar: Bueno, los migrantes, los subsaharianos que aparecen en la película, están ahora en esos campamentos que hay montados en Tenerife que cuentan con 3.000 migrantes, ellos son de ahí. A mí me hacía mucha gracia la contradicción que se daba en aquel momento entre recibir con las manos abiertas a Michael Jackson, un negro que no quiere ser negro y que todo el mundo quería que viniese, y entre que mientras tanto empezaran a llegar las primeras pateras, que ni siquiera llegaron a Tenerife, sino que llega a Lanzarote o Fuerteventura. Ahí hay una especie de anacronismo y me parecía interesante utilizar eso, hablar de aquellos a los que no se les quiere recibir, a los que no se les recibe de la misma manera. Cuando yo era pequeño me llamaba mucho la atención viajar a Madrid y ver negros por la calle. Nunca los había visto y sí que me llamaban la atención. Por otra parte, es verdad que no en todas las Canarias es igual. Por ejemplo, en Gran Canaria sí que hay un puerto muy grande en el que se podía encontrar gente de África, pero en Tenerife no, y llamaba mucho la atención. Rodar con Paula y con Agustín esa escena fue muy difícil porque ellos no lo entendían. Les parecía tan absurdo esa situación que fue muy complicado. Esto también nos ha servido para ver muy claramente cómo cambiaban los tiempos.
Paula: Yo tengo compañeros y amigos que son negros y no tiene nada que ver. Antes se veía mal, pero ahora es algo muy normal, al fin y al cabo son personas.
Omar: Hacer una película de los 90 me permitía decir comentarios racistas porque en aquella época se podían decir, entonces no lo estoy diciendo yo, lo está diciendo una persona de los años 90, ¿no? Ahora no se podría, evidentemente.
- Matar Cangrejos es una historia muy naturalista y en la que hay mucha verdad en los personajes. Casi todos son canarios, e incluso como comentábamos, en algunos casos tienen una personalidad muy parecida a la de las actrices o de los actores. ¿Te has apoyado en gente que conoces a la hora de escribirlos o simplemente ha ido surgiendo?
Omar: Bueno, ha ido surgiendo. Es cierto que el personaje de Paula tiene mucho que ver con una amiga mía de infancia. Era una amiga que yo siempre digo que era un poco auto... bueno, no sé si auto, pero sí destructiva. Yo creo que era una persona muy destructiva y eso sí que me inspiró mucho para escribir el personaje de Paula. El resto, bueno, pues tiene que ver con mi familia, mis amigos, un poco con todo, una mezcla de todo.
- Una de las cosas que me llamó la atención sobre tu personaje, Paula, es que se mueve en un círculo de amigos exclusivamente masculino. La historia de Paula en esta película es una historia de emancipación, de desconexión con su madre y con los adultos, una historia de adolescencia. ¿Cómo crees que afectan a tu personaje las amistades que tiene y la vida que lleva dentro de la película?
Paula: Yo creo que el ser un círculo masculino no le afecta. Me llevaba muy bien con los chicos también fuera de lo laboral. Yo, en ese pueblo, me imaginaba que simplemente no había niñas y que mi personaje se relacionaba más con chicos. Te lo pasas bien con ellos, son más pasotas y más guerreros, dicen "vamos a hacer esto" y no piensan en lo que voy a pasar. Como yo como tengo también esos prontos, como a veces siento que me da igual lo que vaya a pasar y que hay que vivir el momento, me juntaba más con los chicos y hacíamos gamberradas.
- Omar, Matar Cangrejos es tu tu primer largometraje de ficción como director. ¿Cómo ha sido sacarlo adelante? ¿ha influido que fuese una historia con una localización descentralizada, es decir, alejada de núcleos de producción como pueden ser Madrid o Barcelona?
Omar: Bueno, yo estoy acostumbrado a hacer documentales pero siempre me ha interesado mucho la ficción, y en concreto me interesa una ficción muy apegada al documental. De hecho, hay gente que cuando ve Matar cangrejos me dice que hay momentos en los que se les olvida que están viendo una película de ficción. Al final, esa era un poco la idea. Levantar una película lleva tiempo, y como cualquier película es muy complicado, pero que haya sido en Canarias no lo ha complicado, sino todo lo contrario. Ahora hay mucho apoyo de las instituciones públicas y diría que en este momento es casi más sencillo para mí, siendo de allí, grabar una película canaria que una película en Madrid.
- Muchas veces, en la cultura popular de la península, da la impresión de que las Islas Canarias están alejadas no sólo físicamente, sino incluso política y socialmente del imaginario colectivo. ¿Querías aportar con esta película no sólo fragmentos de tus sensaciones personales, sino también un acercamiento más íntimo de las islas para el espectador?
Omar: En realidad, la gente cuando va a Tenerife va, normalmente, a Las Américas si es extranjero o al Puerto de la Cruz si es de la península. Luego van al Loro Parque, un día al Teide y ya está. La gente dice: "que majos son los canarios, que buenas están las papas con mojo". Me parecía interesante mostrar otra parte de la isla.