Sin tartamudear

Madrid

En los debates televisados entre candidatos electorales suele ser complicado mentir rotundamente. Una cosa es hacerse el desentendido en algún tema, exagerar o minusvalorar o incluso intentar confundir al adversario político y otra negar tajantemente la realidad, los hechos sobradamente conocidos por los espectadores. Ese tipo de mentira aplastante tuvo su mejor exponente en Donald Trump. Su campaña rompió todos los esquemas porque Trump negó cuantas veces quiso en los debates los hechos más evidentes sin mover una pestaña, para desconcierto de los periodistas que moderaban esos debates y de sus adversarios políticos. Poco a poco unos y otros fueron comprendiendo a lo largo de los meses y años siguientes el alcance de esa estrategia, lo que Trump y sus asesores llamaban “hechos alternativos”, y lo importante que iba a resultar hacerle frente. La campaña que acaba de empezar en España abarca elecciones autonómicas y municipales, no generales, y se supone que los debates se deberían pegar bastante al terrero. De hecho, así ha sido en algunos que ya han tenido lugar. La mayor expectativa la despierta el debate, o los debates, si fuera posible tener varios, entre los candidatos a la Comunidad de Madrid, con la presencia de la actual titular, Isabel Díaz Ayuso. Es de suponer que estará bien asesorada para no saltarse algunos límites, pero de momento ya ha roto alguno: por ejemplo, ha dicho, sin tartamudear, que no había oído en su vida que los madrileños pensaran que su sanidad pública es mala.