España más allá de Eurovisión: "Sexo, muchas drogas, pop y rock and roll"

La sueca Loreen ha ganado Eurovisión 2023 y al público que ha votado no le ha gustado mucho 'Eaea' de Blanca Paloma, que ha recibido solo 5 puntos del televoto. Es una canción más apreciable que memorable, según Fernando Neira, prescriptor musical de Hoy por Hoy. "Peca de arquetípica, de poco atrevida, el flamenco de nueva generación fusionado con sonidos electrónicos es una veta muy explotada y el ejemplo de Blanca Paloma ni es el más brillante, ni el más elaborado ni el más carismático, aunque sea una buena canción", nos cuenta.

En cualquier caso, Eurovisión es la fiesta musical internacional, un encuentro entre países y culturas, artistas y estilos musicales cada vez más variados que llegan a los hogares de todo el mundo, a casi 200 millones de personas cada año. Los que este 2023 han visto y escuchado a Blanca Paloma. La representante española está satisfecha y pide no dejar de arriesgar y comprometerse con temas como este, "que siembran una semilla para que la planta crezca y la gente conozca nuestro folclore", decía anoche tras la gala.

Un flamenco de nueva generación que dialoga con otros estilos musicales, decía Fernando, y precisamente sobre estos puentes hemos hablado con Lourdes Pastor, cantaora cordobesa que acaba de publicar nuevo disco: La revolución a la vuelta de la esquina. Un álbum de raíz flamenca que suena a fusión, a reivindicación y a transición. Por todo ello -y por Blanca Paloma- le ha preguntado Enrique García a Lourdes Pastor y a Rosario 'La Tremendita', artista profundamente conocedora del flamenco, del jazz, del rock o de la electrónica.

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Ambas creen en el diálogo y ven como algo realmente positivo que artistas más meinstring coqueteen o juegen con el flamenco, porque así llega a más público, como decía Blanca Paloma. Lourdes Pastor celebra que nuestra propuesta este año en Eurovisión abrace, con mucho respeto, el flamenco.

La vuelta a las raíces es la gran apuesta en los últimos años de muchos grupos en los márgenes de Eurovisión y de lo más mainstream, sin renunciar a esa aspiración tampoco. Hemos hablado con The Son of Wood, una banda de Salamanca, aunque su fundador, Sergio Dimald, es de La Puebla del Montalbán, en Toledo. Apuestan por la fusión rock, folk y rap para cantar sobre las raíces y los orígenes, el campo y la urbe o la falta de conciencia medioambiental. Música comprometida, para sacar a la luz temas de los que no se habla, como nos decía la semana pasada En Tol Sarmiento. Dimald nos ha presentado su nuevo disco, Asfalto y Cereal, una apuesta por la convivencia y el diálogo entre lo urbano y lo rural. The Son of Wood apuesta por la periferia, por salir de las grandes urbes y por lo local, Salamanca en particular.

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También lo hace Siloé con Valladolid, de donde proceden Fito Robles y Xavi Road, dos de sus integrantes junto con el lucense Jaco Betanzos. ¿Cómo distinguirse del resto? Buscando la identidad de cada uno, los orígenes, la raíz, lo local, Valladolid en este caso. "Podemos tocar en grandes ciudades y países como México, pero sabemos que los besos han empezado en casa, en Valladolid están nuestros padres, nuestros profesores, nuestros amigos y nuestra empresa, La Niebla, en honor a la niebla vallisoletana".

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Con Siloé hemos hablado mucho de lo exigente y desagradecida que puede ser la industria discográfica hoy. Lo importante que es leer bien un contrato, autoproducirse, crear tu propia compañía para que no se queden otros el dinero de los discos o del streaming. Lo sabe bien también Laura Piñero, compañera de La Ventana y colaboradora de La Hora Extra, que acaba de publicar con Libros Cúpula 'Aquellos años accidentales', sobre la historia de DRO, la discográfica independiente que lo cambió todo en España. Es una historia de sueños, éxitos y fracasos. De amistad, amor, relaciones laborales en una industria muy precaria, con pequeños márgenes. Y es, sobre todo, una radiografía de aquella España de finales de los 70 y años 80 que luchaba por dejar atrás un país gris.

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Nuestra siguiente invitada también creció y se crió en esa España gris de finales de los 70 y años 80. Alana S. Portero es poeta, escritora, dramaturga, activista LGTBI, columnista y acaba de debutar en la novela con 'La mala costumbre', en Seix Barral. Todo un éxito internacional antes de su publicación, la han comprado en varios países en la pasada Feria del Libro de Fráncfort. Es una obra sobre la búsqueda de la identidad, la sexualidad, la transexualidad, pero, sobre todo, sobre esas vidas precarias, que decía Judith Butler, sobre cómo el entorno, un entorno de violencias, transforma y modula el cuerpo y la vida. Un retrato del Madrid de los 80 y 90 en un barrio de clase obrera que va perdiendo esa conciencia de clase. Una historia dura, llena de violencias, pero muy luminosa también, que reivindica la importancia de la comunidad, de las personas refugio, de los lazos y la familia elegida.

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Terminamos en el teatro reivindicando la copia como algo lícito. Todo remite a algo o, como diría Almodóvar, la posmodernidad se basó en juntar cosas de aquí y allá para hacerlas auténticas. El debate sobre lo original, sobre la copia, llevó al filósofo alemán Walter Benjamin a escribir uno de los textos más citados, en el que hablaba de cómo la fotografía había roto el aura de una obra artística. En esta época donde todo se reproduce a mil por hora y donde todo lo hallamos en las redes sociales, donde se habla de uniformidad, Nao Albet y Marcel Borràs entran en el debate con su obra Falsestuff. La muerte de las musas, que acaban de estrenar en el Centro Dramático Nacional.

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Thriller, danza teatro, teatro documental, metateatro, teatro posdramático, y hasta western sobre las tablas. Hemos entrevistado a uno de los actores, Joe Manjón.

La danza ha formado parte fundamental de las primeras sociedades, de sus ritos y de sus vidas. Es quizá la disciplina que más ha cambiado a lo largo de los años, aunque como cantaba Franco Battiato, todos los bailes son copias de danzas antiguas que seguimos repitiendo. Blanca Li, directora de Madrid En Danza, festival internacional, uno de los más importantes de España, nos ha presentado su 38ª edición. La capital acoge las grandes apuestas que van de lo tradicional a la vanguadia, como el coreógrafo israelí Hofesh Shechter o la belga Ann Van den Broek, hasta algunos nombres españoles, como Olga Mesa o Francisco Hidalgo. Uno de los talentos emergentes de esta edición la artista chilena Florencia Oz, Premio Artista Revelación del Festival de Jerez 2021.

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Y despedimos el programa con Jimena Amarillo, una valenciana de 20 años y activista también LGTBI, aunque le ha costado aceptar esto de ser referente.