Doñana, rectificar, a medias

Barcelona

La Junta de Andalucía rectifica a medias sobre Doñana. Esa técnica del medio pasito puede servir para una cosa. O para la contraria. Responde a Bruselas que su lamentable proyecto de ley regularizando pozos ilegales (una gran amenaza para el parque natural) solo es un texto en trámite parlamentario. O sea, que puede enmendarse. Sugiere así que ella misma lo enmendará y evitará el desastre. Aunque no se compromete a nada. Nada y guarda la ropa.

Pero al mismo tiempo reconoce su intención de propiciar una agricultura intensiva en los aledaños del parque. Asegura que en su proyecto “simplemente se establece una clasificación de terrenos agrícolas regables”: ¡pues anda, menuda minucia, ese es el cogollo de la cuestión! Claro que “siempre con agua superficial y siempre que exista disponibilidad en el futuro”. Habría que ver como se controla que sea con agua superficial, teniendo en cuenta las repetidas prácticas ilegales de agricultores que usan sus pozos clandestinos para sacar el agua que Doñana necesita. Y habrá que ver si hay disponibilidad en el futuro, y cómo se mide: de momento estamos en una sequía terrible que la Junta parece ignorar en este caso alegremente… mientras pide al Gobierno medidas antisequía. Aquí alguien tiene las ideas mareadas, las medidas confundidas, y los proyectos torcidos.

Solo hay un propósito evidente: atraer el voto de un sector de agricultores. Aunque sea con promesas falsas, y rectificaciones enredadas. Aunque sea a costa de perjudicar un icono europeo de la conservación de la naturaleza.

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