A vivir que son dos díasLas edades de Millás
Ocio y cultura

Por qué Millás piensa en Rothko cada vez que se come un cocido

Visitamos el Museo Reina Sofía para entender sus obras a través de los materiales con los que se realizaron.

Por qué Millás piensa en Rothko cuando se come un cocido

Por qué Millás piensa en Rothko cuando se come un cocido

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Madrid

“La patria es su madre y su madre es la araña” Nos plantamos delante de la escultura de Bourgeoise. Sabemos lo que para el artista simbolizaba este animal. Sus patas protectoras de Mamá que pueden ser un refugio y, a veces convertirse en una jaula… Pero ¿qué añaden los materiales al significado de esta obra? Deborah García Bello es química y autora de un interesantísimo libro en el que desvelan estos enigmas. La poética de los materiales, el análisis morfológico de los elementos que componen un cuadro, una escultura, un color. En “La química de lo bello” (Ed. Paidós) nos enteramos del lenguaje del bronce, del nitrato de plata, del acero inoxidable (inexorable para Juanjo) y, sobre todo, del mármol.

Juan José Millás y Deborah García Bello frente al Peine del viento de Chillida. Museo Reina Sofía

Juan José Millás y Deborah García Bello frente al Peine del viento de Chillida. Museo Reina Sofía / Paqui Ramos

Juan José Millás y Deborah García Bello frente al Peine del viento de Chillida. Museo Reina Sofía

Juan José Millás y Deborah García Bello frente al Peine del viento de Chillida. Museo Reina Sofía / Paqui Ramos

El Horizonte de Chillida no sería lo mismo si no estuviera hecho del hormigón que representa a la vez lo natural y lo artificial. Klein no se hubiera obsesionado con el azul si durante mucho tiempo no hubiera sido el color invisible en la naturaleza, un pigmento más caro incluso que el oro. Un cuadro completamente negro como el de Malevich es un cuadro del no color más estudiado en pintura. El bronce la primera aleación artificial de la historia. Un teléfono de baquelita, que para nosotros no es más que una reliquia, para Dalí era un objeto de lujo y seducción. Y el secreto de las pinceladas de Rothko es lo que ha conseguido que, desde esta visita, Juanjo no se pueda comer un cocido sin pensar en él. El pintor solía mezclar sus pigmentos con cola de conejo, el colágeno que se extrae de la cocción de huesos y cartílagos de animales, de tal forma que al secarse sobre el lienzo no se apreciaba el rastro de las pinceladas.

Juanjo muchas veces me dice lo afortunados que somos por poder meternos en sitios a los que poca gente accede o no lo hace de la manera en la que, como en esta ocasión, hemos hecho: con todo el Reina Sofía para nosotros y con la autora de un libro de claves para resolver los acertijos del arte.

Paqui Ramos

Paqui Ramos

Casi siempre en la radio. Siempre en la SER. Trabajando con Javier del Pino y yendo a sitios con Juanjo...

 
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