Ecuanimidad
La respuesta más certera en estos casos provendría de la ecuanimidad. Una mirada fría sobre un asunto caliente
Barcelona
Hoy es un mal día. De la división feminista sólo hay un ganador: el machismo más empecinado. ¿Quién es responsable de este desastre después de tanto éxito? ¿Es ley de vida morir después triunfar? No necesariamente. ¿Las culpas se reparten entre las partes por un igual? Conviene aclararse sobre esto para no repetir el fiasco. La respuesta de la equidistancia no es muy buena. Es sólo buenista. La respuesta más certera en estos casos provendría de la ecuanimidad. Una mirada fría sobre un asunto caliente. Un intento de enfoque ecuánime es aquel que nos dice que romper un movimiento por tratar de estirarlo hacia alguno de sus extremos resulta ser un mal negocio.
Los movimientos sociales amplios son aquellos que generan más apoyo social y para generarlo suelen ser inadecuadas las posiciones más radicales. Romper el mínimo común denominador es quebrar la potencia de la movilización. Algunas o algunos se desapuntan, otras u otros y ya no se apuntarán. La mayoría se distancia. Es un pésimo negocio, al menos cuando su tendencia ha sido ascendente, ha cosechado resultados, entusiasmo, reconocimiento legal. La soledad del testimonio solitario no suele ser muy provechosa. Si te quedas solo o sola en el banco del poder a lo mejor pareces muy heroico o heroica, pero en nada mejorarás la condición de las tuyas o de los tuyos. Me parece.
Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...