"Balzac era un gran feminista": por qué la adaptación al cine de Eugénie Grandet es muy contemporánea

MADRID

El novelista y dramaturgo francés Honoré de Balzac es el representante de la novela realista del siglo XIX. El cine lo ha adaptado en multitud de ocasiones, este mismo año se estrenó la fantástica versión de 'Las ilusiones perdidas' de Xavier Giannoli, y ahora llega a las salas una revisión de 'Eugénie Grandet', su historia más feminista. Una novela publicada en 1833 que pone en el centro a una joven mujer oprimida por las convenciones sociales de la Restauración, la dictadura patriarcal a la que era sometida por un padre lleno de avaricia y la obsesión por la búsqueda de la dignidad a través del matrimonio. 189 años después, esta historia sigue vigente, tanto que su lectura forma parte de los planes educativos y es un símbolo de reivindicación y lucha feminista.

La figura de Eugénie Grandet se ha convertido en un referente de la emancipación femenina y de la lucha por los derechos igualitarios y sociales para todas las mujeres. El director francés Marc Dugain apuesta por el cine de época actualizado con un mensaje que ayude a entender la sociedad de hoy y sobre todo, a transformarla. El realizador elige a la actriz Josephine Japy para encarnar a Eugénie y a Oliver Gourmet como protagonista, un actor muy prolífico en Francia y a quien hemos podido ver en otras obras como 'El ejercicio del poder' (2011), 'El joven Karl Marx' (2017) o 'Una íntima convicción' (2018).

'Eugénie Grandet' se desarrolla en los años de la Restauración. Durante el siglo XIX, las mujeres vivían esclavizadas por la figura masculina, atrapadas en imposiciones religiosas, costumbres machistas y supeditadas a 'vivir' de puertas hacia dentro. La historia de Grandet invita a romper esas cadenas y retrata la figura masculina y paternal como símbolo de la avaricia en ese nuevo mercado naciente. "He querido hacer referencia al capitalismo naciente, tal y como aparece en las páginas de Balzac", explica el director.

'Eugénie Grandet' es una novela de Honoré de Balzac publicada en 1833 ¿Por qué ha decidido llevar esta historia al cine?

La novela está en el programa escolar de los estudiantes de educación secundaria en Francia, por tanto, es algo que marca el espíritu. La película es una metáfora de lo que sucede hoy. Por ejemplo, la figura del padre es la encarnación de la avidez, algo que hoy crece cada vez más en nuestra sociedad y que desencadena terribles situaciones como la catástrofe climática. Es un personaje que quiere todo, no solo el dinero, sino el poder sobre todas las personas que le rodean. Se asemeja un poco a Putin. 'Eugénie Grandet' es una película que refleja la violencia y la avaricia.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

¿Has sido fiel a la novela de Balzac? ¿Qué nuevo enfoque ha querido aportar a la historia?

He intentado respetar y ser fiel a la novela pero al mismo tiempo he querido renovarla por que para qué hacer un duplicado del libro. Admiro a Balzac, es un referente, pero creo que la novela, a día de hoy, puede adquirir una resonancia diferente. En la película se habla de lo que sucede día a día, de la relación entre hombres y mujeres, la relación entre padre e hija, los vínculos con el dinero que cada día son más fuertes.

No es solo una historia sobre el renacer de una mujer que se lanza a romper con los lazos opresivos que la envuelven, es una historia que también habla sobre la familia, el poder y la avaricia ¿Qué puede contar sobre esto?

Honoré Balzac era un gran feminista. Pensaba que las mujeres eran las que iban a salvar el mundo porque los hombres solo lo pierden. Hay algo de profecía en la película. El ser humano se deja llevar por esa avaricia de la que antes hablábamos y espero que las mujeres no adopten el rol de los hombres en este sentido. Por eso, el personaje del padre es la representación del patriarcado, un personaje de alguna manera monstruoso y habla mucho de la sociedad actual, en concreto de la sociedad francesa. Yo espero que evolucionemos hacia otra dirección más igualitaria y plural.

Es una película de época, basada en una novela histórica... ¿Cómo espera que la acoja el público en las salas?

Espero que al público le guste. Trabajo principalmente en películas históricas que ayuden y sirvan para explicar el mundo actual. Por ejemplo, he querido hacer referencia al capitalismo naciente tal y como aparece en las páginas de Balzac. Por supuesto espero que el espectador disfrute con la película pero sobre todo que reflexione sobre su presente.

Ampliar

Cerrar

La actriz Joséphine Japy se suma a la conversación

¿Quién es Eugénie Grandet para usted?

Eugénie es un personaje de la literatura francesa que en Francia es muy conocido. Mis primeros recuerdos en torno a su figura son del instituto. Solo pensaba en Eugénie desde la lectura, desde lo que había leído en aquellos años, hasta que Marc apareció con su propuesta. Pienso que la fuerza de la película está tanto en la adaptación de la novela como en una nueva lectura a través de una nueva modernidad del personaje. Hay muchas películas basadas en los sucesos sociales del siglo XIX, pero en Eugénie Grandet hay una gran modernidad en la fuerza de esta mujer que quiere liberarse, atrapada entre los asuntos financieros familiares, la avaricia de su padre... atrapada por la vida provinciana.

A pesar de su sobria educación, Eugénie Grandet es capaz de ver más allá y desatarse de todas sus cadenas ¿Cree que solemos trabajar el pensamiento crítico ante una situación tan personal? ¿Qué papel tiene la figura de esta mujer en la sociedad actual?

Es una pregunta difícil e incluso personal por lo que significa para mí como mujer. El personaje de Eugénie deja ver la enorme fuerza que tiene, es algo que lleva en la piel. La fuerza, a lo largo de la historia, era un atributo masculino dedicado tan solo a ellos. Pero ella, sin embargo, desarrolla esta cualidad de mil maneras y es gracias a su decisión lo que la hace tomar su vuelo. Todo ello me lleva a pensar en la educación de las chicas, no solo lo que ha sido sino también lo que es y en qué se traduce esto hoy. A las chicas jóvenes se nos educa para ser ultra gentiles y amables. Todo eso está muy bien, pero a veces me pregunto si nos pasamos de la raya con tanta cortesía. De hecho, en la película ella se libera de su corsé como símbolo de opresión.