Insultar ya no merece la pena
Es urgente que el Congreso encuentre una frase que haga que insultar ya no merezca la pena. Un "Señoría, agárreme el pirulí", pero en versión unisex
Insultar ya no merece la pena
01:57
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1669963702475/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Dado que, como hemos vuelto a comprobar esta semana, evitar los insultos en el hemiciclo parece tarea imposible, pediría a sus señorías que, al menos, dejen de responder a ellos con solemnidad sobreactuada. Estudié EGB en un colegio masculino donde, en pleno tardofranquismo, cualquier ofensa verbal tenía por respuesta una referencia genital en forma de rima. Por ejemplo, si alguien te decía "cabezón" tú te llevabas la mano a la entrepierna y respondías "agárrame el melón"; si alguien te llamaba "capullo", te llevabas la mano a la entrepierna y respondías "agárralo que no es tuyo". La fórmula era siempre la misma: verbo agarrar, mano a la entrepierna y metáfora fálica o perífrasis en rima consonante.
Más información
Hasta que un día Machuca, un visionario de Sexto B al que no se le daba bien la poesía tradicional, inventó la respuesta en verso libre. Alguien en el recreo le gritó: "¡Machuca cabezón!" y, cuando todos esperábamos la rima pertinente, él respondió con un sorprendente "Agárrame el pirulí". Por un momento el fragor de los juegos cesó y todas las miradas se dirigieron a Machuca que, en el colmo de la heterodoxia, ni siquiera se había llevado la mano a la entrepierna. Lo vimos claro. En aquella renuncia al deber de contestar rimando había una lección implícita: un desprecio hacia el insultador manifiesto en la negativa a esforzarse en la respuesta.
A partir de ese día, muchos decidimos usar su frase como escudo. Por muy grande que fuese el insulto y por muy fácil e inspiradora que resultara la rima lo único que respondíamos era un desdeñoso "Agárrame el pirulí", que convertía en risa el exabrupto y desactivaba la ofensa al tiempo que desanimaba al ofensor. Es urgente que el Congreso encuentre una frase que haga que insultar ya no merezca la pena. Un "Señoría, agárreme el pirulí", pero en versión unisex.
Miguel Sánchez Romero
Guionista y realizador televisivo español, Miguel Sánchez Romero es conocido por su labor en programas...