Las seis mejores cartas de personalidades sobre la muerte para celebrar Halloween
De María Estuardo a Edgar Allan Poe: misivas e historias escritas por distintos personajes al final de sus vidas
Cartagrafías | Las seis mejores cartas de personalidades sobre la muerte para celebrar Halloween
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MADRID
Ya que esta noche es Halloween, mañana la festividad de todos los Santos o en México, hasta el miércoles, se conmemora el Día de los Muertos, que honra la memoria de los que se han ido, hablamos de la “muerte” desde otro punto de vista. Con cartas e historias escritas por distintos personajes vinculadas a esta temática. En una nueva entrega de CartagrafíasLa muerte es un tema que acumula casi tantas miradas en cartas como el amor aunque sean temas antagónicos. Hay muchísimos ejemplos de todas las épocas y los que fueron pioneros en esto de la relación con los muertos fueron los egipcios. Tenían costumbre de escribir misivas a los difuntos y no en papiro. Las grababan en objetos que ofrecían y depositaban en las tumbas del muerto en cuestión. De este modo la misiva llegaba, supuestamente, hasta el más allá. Un ejemplo es esta carta que se conserva en El Cairo, va dirigida a un sacerdote llamado Intef. Le ruegan que proteja la integridad de una sirvienta, en peligro, supuestamente por las acciones de otros difuntos porque los egipcios consideraban que enfermedades o problemas cotidianos de los vivos podían estar provocados por ellos. Solicitaban que el muerto en cuestión arreglara la situación y se permitían hasta reprenderlos.
1. La curiosa carta del Antiguo Egipto que pide ayuda a un muerto
La sirvienta Imiu está enferma, ¿verdad que no estás luchando por ella día y noche, contra quienquiera que sea, hombre o mujer, que está actuando contra ella? ¿Por qué deseas que tu puerta esté tan desolada? Lucha hoy por ella con renovado vigor, de modo que pueda mantenerse tu hogar, y se verterá agua en tu honor. Si no haces nada, tu hogar será devastado. ¿Acaso es posible que no estés al corriente de que la sirvienta Imiu es quien, entre toda la gente, mantiene el funcionamiento de tu hogar? Lucha por ella, vigílala. Sálvala de quienquiera que sea, hombre o mujer, que esté actuando contra ella. Así, tu hogar y tus hijos se sustentarán”
Otra de las cartas más celebres de despedida la firmó María Estuardo, que fue reina de Escocia, brevemente de Francia y aspiraba a serlo de Inglaterra. La redactó encarcelada y seis horas antes de ser ejecutada por traición a su prima Isabel I. Va dirigida al rey de Francia, Enrique III, que había sido su cuñado. En el tribunal que la juzgó, se presentaron dos grupos de cartas contra ella para condenarla por adúltera, asesina y conspiradora. Un conjunto de misivas probarían su relación con el conde Bothwell antes del asesinato de su marido, Enrique Estuardo, y una posible colaboración para matarlo. Otra serie de cartas, probarían su supuesta traición a la reina. Hace poco, un estudio reveló que María utilizó un sistema de plegado para cerrar su correspondencia llamado “Carta-bloqueo”, que alertaba al receptor si las habían abierto previamente. El término lo acuñó una investigadora americana que trabajaba en los archivos secretos del Vaticano. Al descubrir este curioso método, analizó más de 250.000 cartas de unos 20 países escritas a lo largo de un período de 650 años. Dice que María Estuardo demostró gran destreza con esta técnica tan complicada en vísperas de su ejecución.
2. La misiva de la reina María Estuardo escrita seis horas antes de su ejecución
Reina de Escocia. 8 de febrero de 1587
Hermano, habiéndome puesto por voluntad de Dios, en poder de la reina mi prima, en cuyas manos he sufrido mucho durante casi veinte años, he sido finalmente condenada a muerte por ella y sus estados. He pedido mis papeles, que me los han quitado, para hacer testamento, pero no he podido recobrar nada que me sirva, ni siquiera obtener permiso ni para hacer testamento libremente ni para tener mi cuerpo, transportada después de mi muerte, como quisiera, a tu reino donde tuve el honor de ser reina, tu hermana y vieja aliada. Esta noche, después de la cena, me han informado de mi sentencia: voy a ser ejecutada como un criminal a las ocho de la mañana. No he tenido tiempo de darte un relato completo de todo lo que ha sucedido, pero si escuchas a mi médico y a mis otros desafortunados sirvientes, sabrás la verdad, y cómo, gracias a Dios, desprecio la muerte y hago votos. La fe católica y la afirmación de mi derecho divino a la corona inglesa son las dos cuestiones por las que estoy condenada.
El portador de esta carta y sus compañeros, la mayoría de ellos súbditos tuyos, testificarán de mi conducta de última hora. Me resta rogar a vuestra Majestad, mi cuñado y antiguo aliado, que dé prueba ahora de vuestra bondad en todos estos puntos: primeramente con la caridad, pagando a mi desdichada sirvientes el salario que se les debe: este es un peso en mi conciencia que solo tú puedes aliviar: además, haciendo que se ofrezcan oraciones a Dios por una reina que ha llevado el título de Cristianísima, y que muere católica, despojada de todos sus bienes.
Está demostrado científicamente la importancia de escribir cartas de despedida. Hay un proyecto muy interesante en la universidad de Stranford, llamado “Cartas a Familias y amigos", que invita a la gente a escribir mensajes de despedida independientemente de su edad o estado de salud. La idea partió de un médico y geriatra que creó la iniciativa después de 15 años trabajando con gente al final de sus vidas. A través de la web de la universidad, se accede a un formato carta para rellenar, disponible en 8 idiomas.
3. La carta de despedida del aventuro Roberto Falcon Scott escrita a 70 grados bajo cero desde el Polo Sur
Destaca también la carta que el aventurero británico, Robert Falcon Scott, redactó desde el Polo Sur, a 70 grados bajo cero, a su mujer y su hijo. Forma parte de un conjunto de misivas que conservan en la Universidad de Cambridge y que encontraron junto al cuerpo del capitán un año después de su fallecimiento. Se hicieron públicas 95 años más tarde, donadas por sus descendientes. Tras un año de travesía polar, el noruego Amundsen se adelantó por un mes a la expedición británica en la conquista del Polo Sur. A la vuelta, en lamentables condiciones provocadas por las condiciones climatológicas y la falta de alimento, el capitán Scott y su equipo perecieron, a tan solo 11 millas de un depósito de víveres.
Estamos en una situación muy difícil, y albergo serias dudas sobre si seremos capaces de salir de ella. En nuestro corto tiempo de almuerzo, encuentro el poquito de calor necesario para escribir cartas de despedida ante la posibilidad del fin. Si algo me ocurre, me gustaría que supieras cuánto has significado para mí y cuántos maravillosos recuerdos me acompañan en la hora de mi partida. También quiero que te consueles sabiendo que no he sufrido ningún daño, y que abandono el mundo libre de sufrimiento. Quiero imaginar que tenemos una oportunidad de salir de ésta, pero el frío no me deja hacerlo. Estamos a tan solo 20 millas del siguiente depósito, pero casi no tenemos ni comida ni combustible. Estoy escribiendo cartas acerca de todo esto, las encontrarás al final de este libro, ¿las enviarás a sus destinatarios?
No es fácil escribir por el frío: -70ºC, y nuestra tienda por único refugio. Sabes que te he amado, sabes que mis pensamientos han estado siempre contigo y, querida, debes saber que lo peor de esta situación es el saber que no te volveré a ver; pero hay que afrontar lo inevitable. Tú me animaste a liderar esta expedición, y sé que sentías el peligro que entrañaba. Lo he hecho bien, ¿no crees?
Verás que estoy preocupado por tu futuro y el de nuestro hijo. Si fuera posible, haz que se interese por la Historia Natural, es mejor que cualquier juego. No quiero que albergues ninguna duda en tus sentimientos acerca de la posibilidad de volver a casarte. Tu retrato y el del pequeño están guardados en mi pecho. Hay tantísimo que podría contarte acerca de esta expedición. Cuánto mejor sería poder hacerlo en la comodidad de nuestro hogar. ¡Qué historias tan maravillosas tendrás para contar a nuestro hijo! Pero qué precio tengo que pagar por ellas: dejar de ver tu querido rostro. Seguro que te muestras fuerte y plantarás cara a la vida.
A veces uno tiene tiempo de despedirse, otras no. Entonces son otros los que se encargan de escribir la despedida como en esta carta que escribió el guionista, Stewart Stern, a los tíos de James Dean, cuando el actor falleció en un accidente de coche. Stern firmó el guión de Rebelde sin causa, una de sus grandes películas, y era uno de sus mejores amigos. La envió a sus tíos porque fueron los que le criaron en una pequeña granja de Estados Unidos.
4. La bella carta del guionista de 'Rebelde sin causa' homenaje al actor James Dean
Estimados Marcus y Sra. Winslow:
Nunca olvidaré ese pueblo silencioso en aquel día soleado en particular. Y nunca olvidaré el cuidado con el que la gente apoyaba los pies, con cuidado en las aceras, como si el sonido de un talón pudiera perturbar el sueño del niño que dormía profundamente. Un pueblo entero se quedó en silencio, un pueblo entero con amor llenando su garganta, un pueblo entero preguntándose por qué había tenido tan poco tiempo para regalar amor.
Tampoco olvidaré la tierra en la que creció o el arroyo en el que pescaba, o las personas rectas, fuertes y gentiles de las que le encantaba hablar en las noches cuando estaba lejos de ellos. La primavera, liberada, lo arrojó a nuestras vidas y lo arrojó fuera nuevamente. Dejó una marca inolvidable en la historia con su arte.
Una estrella fugaz se vuelve loca más allá del cielo. Se apaga en ceniza y memoria. Pero su imagen residual permanece en nuestros ojos para ser vista una y otra vez. Cómo desearíamos que la vida pudiera sustentar sólo lo bueno. Pero se desvanece cuando su contrario ya no existe como escenario. Es un mármol blanco sobre nieve que no se derrite. Y Jimmy brillaba en un mundo donde mucho es deshonesto y monótono. No tengo nada de Jim, nada que tocar o mirar excepto el barro seco que se pegaba a mis zapatos, barro de la granja en la que se crió. Pero no hay necesidad de tocar algo que él tocó cuando todavía puedo sentir su mano sobre mí. Me dio su confianza, sin cuestionamientos. Pronunció mis palabras e interpretó mis escenas mejor que cualquier otro actor de nuestro tiempo o de nuestra memoria podría haberlo hecho. Siento que hay otros regalos que vendrán de él, regalos para todos nosotros. Su influencia no se detuvo con su respiración. Camina con nosotros y afectará profundamente la forma en que vemos las cosas. De Jimmy ya aprendí el valor de un minuto. Amaba sus minutos y ahora amaré los míos.
5. La carta de adiós de Leonard Cohen a su musa Marianne
Otra de las misivas de despedida más inolvidables es la que mandó el músico Leonard Cohen a la que fue uno de los grandes amores de su vida, Marianne, que inspiró varios de sus escritos y canciones, cuando se enteró que le quedaba poco tiempo de vida por una leucemia. Se habían conocido en la isla griega de Hidra en los 60. Se la leyeron a Marianne en el lecho de muerte en Noruega, su país natal. Se convirtió en un fenómeno viral tras el fallecimiento de ambos en 2016. Hay dos versiones de la carta, una la que todos conocemos y otra ligeramente diferente que es la oficial, parecida, aunque cambian algunas palabras. Está publicada en un libro llamado “Cartas que cambiaron el mundo”, de un historiador inglés. La razón por la que conocimos primero otra versión fue porque el amigo de Marianne, el director de cine Jan Christian, que hizo público el texto, lo citó de memoria en un programa de radio. Inmediatamente se transcribió y circuló por todo el mundo. Pero el historiador la solicitó a los gestores del patrimonio del músico y consiguió la original. En ambos casos, el texto es maravilloso. Cohen falleció cuatro meses después que su musa. La correspondencia inédita entre ambos se subastó ese mismo año por más de 700.000 euros:
Querida Marianne:
Estoy justo detrás de ti, tan próximo que podría tomar tu mano. Este viejo cuerpo se ha rendido, al igual que el tuyo, y el desahucio puede ocurrir en cualquier momento. Nunca he olvidado tu amor y tu belleza. Pero eso ya lo sabes, así que no es necesario que diga nada más. Te deseo un viaje tranquilo, mi vieja amiga. Nos vemos por el camino. Todo mi amor y agradecimiento. Leonard
6. Las misivas que probarían las extrañas causas de la muerte de Edgar Allan Poe
Se ha investigado mucho sobre cuáles fueron las causas de la muerte del escritor en extrañas circunstancias: rabia, cólera, sobredosis de alcohol o drogas, sífilis, por una paliza, suicidio... Poe apareció delirando en las calles de Baltimore y días más tarde falleció. Sus informes médicos desaparecieron. Un estudio reciente, que ha analizado desde la psicología sus cartas personales, refuerza esta última teoría, la del suicidio. Sin ser concluyentes, apuntan a que la depresión marcó las trágicas decisiones que tomó al final de sus días:
Durante más de diez días estuve totalmente trastornado, fuera de mí, aunque no bebí ni una sola gota; durante ese lapso, imaginé las calamidades más atroces. Fueron sólo alucinaciones, consecuencia de un ataque como jamás había experimentado en mis carnes, un ataque de delírium tremens. Tales consideraciones meramente mundanas carecen del poder de deprimirme. No, mi tristeza es inexplicable, y esto me entristece más aún. Estoy repleto de tenebrosos presentimientos. Nada me anima, nada me consuela. Mi vida parece echada a perder; el futuro me parece un erial pavoroso, pero pienso seguir luchando por tener "esperanza contra toda esperanza".
Acercarse a la muerte nunca es agradable, pero si hay una manera poética o hermosa de hacerlo es ésta, con cartas.
Laura Piñero
Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009. Ha pasado por Hoy por Hoy, A vivir Madrid y actualmente...