Vivimos tiempos de paradojas
La embestida de la internacional reaccionaria es monumental y causa estupor ver cómo los partidos democráticos les siguen la corriente en lugar de enfrentar la mercancía averiada de sus argumentos

Cadena SER
Madrid
Vivimos tiempos de paradojas. Gobiernos de cualquier color político en Europa y la propia Comisión Europea se afanan en aplicar medidas clásicas de la izquierda para proteger a la población de este vendaval de guerra, inflación y crisis energética y mientras tanto crece electoralmente la derecha y la extrema derecha.
Suecia, el paraíso del Estado del Bienestar, donde ganan por mayoría los socialdemócratas desde hace cien años, pueden tener un gobierno en el que participen e incluso lideren los ultras, que ya se han convertido, en cualquier caso, en la segunda fuerza del Parlamento.
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En Italia las encuestas para las elecciones del 25 de septiembre apuntan a una primera ministra que se dispone a gobernar la tercera economía de la zona euro bajo el lema Dios, Patria y familia, el que utilizaban los fascistas de Mussolini en los años 30.
Trump ha colonizado el Partido Republicano en Estados Unidos y la ultraderecha europea se come a los moderados sin más programa político que culpar a los inmigrantes de todos los males… y la vaga promesa de volver a un idílico tiempo pasado de pureza nacional. Por cierto, un tiempo en el que sólo vivían mejor los ricos.
La embestida de la internacional reaccionaria es monumental y causa estupor ver cómo los partidos democráticos les siguen la corriente en lugar de enfrentar la mercancía averiada de sus argumentos.
En Suecia se ha hablado más de delincuencia que de la guerra o la OTAN en estas elecciones – y ahora los conservadores no descartan pactar con ellos. ¿Suecia, Italia… y España? Feijóo evita responder a la gran pregunta del pacto con Vox aunque tiene el precedente de Castilla y León. Si finalmente hay gobiernos de coalición con los ultras en Roma y Estocolmo, tendremos dos interesante ventanas para ir viendo lo que puede pasar aquí.
