Muere Jean-Luc Godard, el revolucionario del cine
El cineasta franco-suizo, fundador de la Nouvelle Vague, crítico y símbolo del cambio del cine europeo, ha fallecido a los 91 años. Godard ha recurrido al suicidio asistido en Suiza, según han confirmado su familia
Madrid
El director franco-suizo Jean-Luc Godard ha muerto a la edad de 91 años. El autor, símbolo y fundador de la Nouvelle Vague y uno de los grandes revolucionarios de arte del siglo XX, es historia del cine gracias a títulos como 'Al final de la escapada', 'El desprecio', 'Pierrot el loco'. o 'Vivir su vida'. Ganador de todos los grandes premios, un Oscar honorífico, una Palma de Oro especial, un León de Oro en Venecia y un Oso de Oro en Berlín, Godard trascendió el propio cine por su faceta teórica y crítica. Godard ha fallecido en su domicilio de Suiza y ha recurrido al suicidio asistido, práctica legal en ese país. “No estaba enfermo, simplemente estaba agotado, ha precisado un familiar de la familia al periódico Liberation. Así que tomó la decisión de terminar con su vida. Fue su decisión y para él era importante que se supiera", añade su entorno.
Su filmografía incluye 131 títulos como director (buena parte de ellos cortos y documentales) entre 1955 y 2018, en una larga y brillante carrera cinematográfica que incluye 76 nominaciones a premios, con 51 galardones. Godard, nacido en París en diciembre de 1930, comenzó en el mundo del cine como crítico en la década de 1950 en varias revistas especializadas. En paralelo, empezó a rodar algunas películas cortas, en las que tuvo como colaboradores a otros jóvenes como Éric Rohmer o François Truffaut, que iban a crear lo que se conocería como la Nouvelle Vague.
Pero fue 'Al final de la escapada' en 1959, con Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo como protagonistas, el filme que le lanzó a la fama para convertirse en una de las obras fundadoras de este movimiento. A partir de entonces alternó éxitos y fracasos de taquilla, aunque siempre fue muy respetado por los críticos y sus actores, y muy frecuente en las candidaturas a premios cinematográficos. Desde mediados de los 60 se adentró en un cine muy político y experimental. Durante unos años también se centró en los documentales hasta que volvió al cine comercial con 'Prénom, Carmen', en 1983. Godard trabajó con los mejores actores de la época, como Belmondo, Alain Delon, Eddie Constantine, Jean-Pierre Léaud o Anna Karina, su musa durante la primera mitad de los años 60 y con la que estuvo casado durante algunos años.
Una de sus últimas apariciones fue en 2018 en el Festival de Cannes. Nadie apostaba porque apareciera, pero el histórico cineasta francés, conocido por su gusto por la provocación y por contradecir, se hizo presente con una videollamada y una charla de un hora con todos los periodistas. "La democracia moderna, a través de la política, contribuye al totalitarismo y creo que muchos actores hoy contribuyen al totalitarismo de la imagen filmada contra la imagen pensada", dijo Godard, parte activa del mayo del 68, de hecho, paralizó el Festival de Cannes aquel año, junto a Saura, Truffaut y Polanski, colgándose de la cortina.
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Sin duda, su cine fue siempre militante. En su último trabajo, Le livre d'image, jugaba con el lenguaje fílmico, con el sonido y no olvida las palabras de Bretch, Malraux o Edward Said. Con todo ello componía un tratado pesimista de la humanidad, con dos ejes principales, aquello de Marx de que la historia se repite, como un remake malo de Hollywood, y el tren como símbolo de un mundo que no deja de moverse, aunque no sepa hacia dónde va. Para Godard, la revolución había fracasado, una y otra vez, la guerra era odiosa y las religiones habían falseado nuestra sociedad; pero, debido a que vivimos en la ignominia capitalista, hay que seguir apostando por la revolución.