Toca parar, descansar, respirar profundo y coger fuerzas para soportar lo que toque

Hoy es el último día de la temporada radiofónica. Han sido 11 meses muy intensos, qué les voy a contar a ustedes, tenían que ser los meses de la recuperación, de dejar atrás la pandemia o, al menos, de aprender a convivir con el virus. Y sí, hemos recuperado prácticamente la normalidad y qué ganas le teníamos, solo hace falta ver las ganas con las que cogemos cualquier actividad que nos recuerde a cómo éramos antes.

Los meses de la recuperación económica empezamos a crecer de la recuperación del turismo, de la recuperación del empleo, y aquí también se han batido récords, datos mejores, incluso, de los de antes de la pandemia. Los esfuerzos de este Gobierno para echar una mano a los que están peor se han traducido en mejoras que nos quedamos, la subida del salario mínimo, la reforma laboral que ha repercutido en la calidad del empleo y así durante un periodo de tiempo que de pronto fue demasiado breve.

Recuerdan cuando imaginábamos cómo iba a ser el fin de la pandemia, había quien lo comparaba con los felices años 20, y por unos instantes parecía que iba a ser así. Pero todo se torció, estalló la guerra en Ucrania, se agudizó la crisis energética, vivimos problemas con los suministros, China volvió a cerrar por el virus, los precios empezaron a subir y de golpe nos encontramos con una inflación que no veíamos desde hace décadas. Llenar la cesta de la compra se ha convertido en una odisea y pagar la luz o la gasolina, un auténtico sufrimiento. Y con todo esto llegó el verano, con dos olas de calor, hasta ahora, inéditas, con incendios devastadores y nos dimos cuenta de que nos habíamos olvidado de la emergencia climática, pero que sigue ahí, aparcada, otra vez, por otras prioridades.

Así que esta temporada hemos vuelto a tener que contarles noticias que nos han trastocado la vida, las ha habido de buenas, claro, pero no estamos como imaginamos que estaríamos cuando empezamos allá por el mes de septiembre. Ahora toca parar, cada uno con las vacaciones que se pueda permitir, pero descansemos un poco y disfrutemos cuánto podamos. No sabemos lo que nos depara la vuelta, lo que nos depara el otoño, pero no pinta muy bien, así que toca coger fuerzas, respirar profundo y traernos en la mochila la fuerza suficiente para soportar lo que toque.

Nosotros estaremos aquí para contárselo, para explicárselo y para acompañarles siempre que nos necesiten. Ya llevamos vividas muchas cosas juntos, y juntos creo que lo soportamos todo un poco mejor.

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Así que, feliz verano, les dejo en las mejores manos.