Opinión

Sánchez, ideología y curanderos

El presidente del Gobierno ha advertido de que llegan meses muy complicados, que incluirán restricciones

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tras su intervención en el debate sobre el estado de la nación / Javier Lizon (EFE)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez tras su intervención en el debate sobre el estado de la nación

En una situación de debilidad política, marcada por la caída paulatina en las encuestas, Pedro Sánchez abordaba su primer debate sobre el Estado de la Nación con la incertidumbre de si optaría por dibujar un panorama autocomplaciente o, por el contrario, miraría la realidad a los ojos, por muy negra o desagradable que sea.

El presidente del Gobierno no ha ofrecido ni el más mínimo síntoma de caer en el mullido colchón del triunfalismo: en un discurso tan realista como elevado, ha advertido de que llegan meses muy complicados, que incluirán restricciones. El fondo es claro, y no haberlo reconocido hubiera sido un completo error. La diferencia entre un Gobierno y otro es cómo abordar la coyuntura actual, lastrada aún por el Covid y condicionada por la invasión de Ucrania. El mensaje ha sido nítido: no se puede repartir el coste sólo entre los de abajo. “Este Gobierno se va a dejar la piel por defender a la clase trabajadora de este país”, ha subrayado Sánchez como frase para reconectar con esa clase media que en los últimos meses se ha sentido huérfana.

Frente a la pasividad, acción y respuestas. Soluciones e iniciativas para aplacar los embates de una realidad que puede llevarse por delante a familias, puestos de trabajo y calidad de vida de millones de personas. Por eso el paquete de medidas presentado durante su intervención es clave para entender el propósito y la ambición con los que acometer no sólo el final de la Legislatura, sino el futuro del país. Impuestos a entidades bancarias, eléctricas, gasistas y petroleras; gratuidad de los abonos de Renfe de cercanías, becas de cien euros mensuales a un millón de becados de más de 16 años “para garantizar la igualdad de oportunidades” que pretende quebrar Isabel Díaz Ayuso en Madrid o la incorporación de la programación y la robótica en infantil, primaria y ESO.

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Son medidas necesarias pero, sobre todo, con una profunda carga ideológica. El batacazo en Castilla y León y, sobre todo, en Andalucía ha cambiado el paso al Ejecutivo: por fin se ha dado cuenta de que las elecciones se resuelven en la ideología. De palabra, por supuesto, pero también de acción. No es anecdótico, por tanto, que el decidido discurso de Sánchez haya sido no sólo el que esperaban sus votantes más fieles, sino sobre todo el que necesitaban todos aquellos que habían sucumbido a un desencanto propiciado, es cierto, por un Gobierno con una capacidad legislativa incuestionable pero que no ha conseguido conectar con la ciudadanía.

De ahí que fuera imprescindible abordar con empatía y sin ambages la inflación, el elemento más desestabilizador a corto y medio plazo y "el gran reto que hoy tiene España". Frente a "la tesis del curandero", en referencia a las acusaciones por parte del PP de que la culpa de los precios disparados es de la mala gestión del Gobierno, Sánchez ha detallado los datos de inflación entre los países euro y los precios de la electricidad, donde España y Portugal mantienen precios más bajos gracias a la excepción ibérica: "Si la inflación actual es culpa del Gobierno, ¿por qué hay ocho países de la zona euro y más de 65 países en el mundo con una inflación mayor que la española?", se ha preguntado sin necesidad, por imposible, de réplica.

Medidas de izquierdas en las que se prioriza a los ‘cieneuristas’ de las nuevas becas frente a los “cienmileuristas” a los que quiere favorecer el PP pero, sobre todo, determinación por ponerse al frente en una coyuntura compleja que puede afectar a millones de españoles. “Vivimos en el mejor país del mundo”, se ha felicitado el presidente del Gobierno combatiendo a los que se arrogan el orgullo de país como un sentimiento exclusivo de la derecha. En un gran discurso, cargado de iniciativas de calado ideológico, Sánchez ha expresado un realismo sensato y ha constatado que a su Manual de resistencia aún le quedan algunos capítulos por escribir.

Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez es director de los Servicios Informativos de la Cadena SER y contenidos digitales....

 
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