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Los fósiles de Australopithecus encontrados en Sudáfrica pueden ser un millón de años más antiguos

Un nuevo método de datación, basado en el análisis del alumino-26 y el berilio-10, convierte a estos fósiles encontrados en unas cuevas sudafricanas en más viejos, incluso, que “Lucy”, la más famosa ejemplar de esta especie que se halló en Etiopía y que es una de las parientes más lejana de los seres humanos

Varias personas trabajan en una cueva en busca de fósiles humanos. / Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

Varias personas trabajan en una cueva en busca de fósiles humanos.

Durante las últimas décadas, los paleoantropólogos y otros científicos han estudiado los fósiles de los primeros ancestros de los seres humanos que vivieron en cuevas de África hace cuatro millones de años.

Y ahora hay una importante novedad: un método de datación desarrollado por un geólogo de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, acaba de retrasar en más de un millón de años la edad de algunos de estos fósiles encontrados en unas cuevas de Sudáfrica.

Con esta nueva datación, los fósiles de los Australopithecus que vivieron en las cuevas de Sterkfontein serían más viejos, incluso, que “Lucy”, el fósil de Australopithecus más famoso del mundo y que se encontró hace décadas en Etiopía.

No en vano, estas cuevas sudafricanas son llamadas la "Cuna de la humanidad" y, como tal, este yacimiento ha sido ya declarado como un un lugar “Patrimonio Mundial” de la UNESCO.

Las cuevas de Sterkfontein se hicieron ya famosas hace 90 años por el descubrimiento allí en 1936 del primer Australopithecus adulto, un antiguo homínido.

Los homínidos incluyen a los humanos y a nuestros parientes más cercanos, pero no a los otros grandes simios. Desde entonces, se han encontrado allí cientos de fósiles de Australopithecus, incluido un esqueleto casi completo conocido como “Little Foot”.

El protagonista

Darryl Granger es profesor en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Purdue y es uno de esos científicos que trabaja como parte de un equipo internacional. Granger está especializado en la datación de depósitos geológicos, incluidos los de las cuevas.

Cuando era estudiante de doctorado, ideó un método para fechar sedimentos enterrados en cuevas que ahora utilizan investigadores de todo el mundo. Su trabajo anterior en Sterkfontein fechó el esqueleto de “Little Foot” en unos 3,7 millones de años, pero los científicos todavía están debatiendo la edad de otros fósiles en este sitio.

En un estudio publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”, Granger y un equipo de científicos (incluidos investigadores de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica, y la Universidad Toulouse Jean Jaurès, en Francia), explican que descubrieron que todos los sedimentos de estas cuevas que contienen Australopithecus datan de aproximadamente 3,4 a 3,7 millones de años, en lugar de 2-2,5 millones de años como los científicos pensaban hasta ahora.

Esta “nueva edad” sitúa a estos fósiles en el comienzo de la era de los Australopithecus, en lugar de hacia el final. En cambio, el yacimiento de Dinkinesh, donde se encontró a “Lucy” y que está situado en Etiopía, tiene 3,2 millones de años, y su especie, el Australopithecus africanus, se remonta a unos 3,9 millones de años.

La cuna de la humanidad

Sterkfontein es un sistema de cuevas profundo y complejo que conserva una larga historia de ocupación homínida del área. Sin embargo, calcular las fechas de los fósiles aquí puede ser complicado, ya que las rocas y los huesos cayeron al fondo de un profundo agujero en el suelo, y hay pocas formas de datar los sedimentos de las cuevas.

En cambio, en el este de África, donde se han encontrado muchos fósiles de homínidos, los volcanes del Gran Valle del Rift depositan capas de ceniza que pueden fecharse de forma más fácil. Los investigadores usan esas capas para estimar la edad de un fósil. En Sudáfrica, especialmente en una cueva, los científicos no tienen ese lujo.

Por lo general, usan otros fósiles de animales que se encuentran alrededor de los huesos para estimar su edad o la colada de calcita depositada en la cueva. Pero los huesos pueden moverse en la cueva, y la colada joven puede depositarse en sedimentos viejos, lo que hace que esos métodos sean potencialmente incorrectos. Un método más preciso es fechar las rocas reales en las que se encontraron los fósiles. La matriz similar al hormigón que incrusta el fósil, llamada brecha, es el material que Granger y su equipo analizan.

“Sterkfontein tiene más fósiles de Australopithecus que cualquier otro lugar del mundo”, explica el profesor Granger.

Nuevo método

Granger y su equipo utilizaron un método de espectrometría de masas con acelerador para poder medir los nucleidos radiactivos en las rocas, así como el mapeo geológico y una comprensión profunda de cómo se acumulan los sedimentos de las cuevas para determinar la edad de los sedimentos que contienen Australopithecus en Sterkfontein.

En concreto, Granger estudia los llamados ”nucleidos cosmogénicos”, porque son isótopos extremadamente raros producidos por rayos cósmicos, unas partículas de alta energía que bombardean constantemente la tierra. Estos rayos cósmicos entrantes tienen suficiente energía para causar reacciones nucleares dentro de las rocas en la superficie del suelo, creando nuevos isótopos radiactivos dentro de los cristales minerales.

Un ejemplo es el aluminio-26, un tipo de aluminio al que le falta un neutrón y se descompone lentamente para convertirse en magnesio durante un período de millones de años. Dado que el aluminio-26 se forma cuando una roca queda expuesta en la superficie, pero no después de haber sido enterrada profundamente en una cueva, estos investigadores pueden datar los sedimentos de las cuevas (y los fósiles dentro de ellos) midiendo los niveles de aluminio-26 en tándem con otro nucleido cosmogénico, el berilio-10.

Un rompecabezas

“Lo que espero es que esto convenza a la gente de que este método de datación brinda resultados confiables”, concluye Granger.

De hecho, usando este nuevo método se puede ubicar con mayor precisión a los humanos antiguos y sus parientes en los períodos de tiempo correctos, en África y en otras partes del mundo.

La edad de los fósiles es muy importante porque permite a los científicos saber cómo y dónde evolucionaron los primeros humanos, cómo encajaron en los distintos ecosistemas y quiénes fueron sus parientes más cercanos.

En suma, este es un enorme rompecabezas, pero la nueva edad otorgada a los fósiles de Sterkfontein puede ser un paso decisivo para intentar resolverlo.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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